ELLE

ROCÍO CRUSSET

-

Modelo

Es indudable que el mundo entero pasa por un momento de incertidum­bre, que vivimos desconcert­ados tanto por lo inaudito como por lo imprevisto de la crisis. Al menos, yo jamás había imaginado una situación parecida. Durante el confinamie­nto, he tratado de conservar la esperanza en todo momento, aunque no puedo negar que (como supongo que os habrá ocurrido a muchos de vosotros) he sufrido mis ataques de ansiedad. Y lo comparto porque no pretendo ser un ejemplo perfecto de superviven­cia: quiero que, al leer estas líneas, os sintáis identifica­dos. Estos días en casa he recurrido a una psicología muy sencilla (tanto que quizá haya algunos que la consideren una idiotez...). En lugar de machacarme con la idea de que el mundo está en pausa, prefiero concentrar­me en acciones cotidianas, pequeñas, a las que ahora no tengo acceso. Pienso, por ejemplo, que no podré acudir a la boda de una amiga ni a la feria de mi querida Sevilla. Mis jornadas han estado divididas. Por un lado, he intentado llevar una vida saludable; por otro, he estudiado como si a la semana siguiente tuviese los exámenes de final de curso. He trabajado en mis proyectos y he utilizado un tiempo que antes me faltaba para hacer cosas a las que me resultaba imposible llegar. Por ejemplo, además de seguir adelante con mi carrera (y de haberme propuesto aprender a cocinar), he decidido matricular­me en Diseño de Moda en la universida­d que siempre he deseado. Quizá, sin la crisis de covid-19, nunca hubiese dado el paso. Así que, sí, creo que esta es una buena oportunida­d para mejorar en todos los sentidos y para aprovechar que el universo online nos permite apuntarnos a cursos y actividade­s con los que hasta ahora sólo nos habíamos permitido soñar: clases de baile, de yoga, de idiomas, de panadería...

Estoy convencida de que vamos a valorar más los abrazos, los empujones en las fiestas, los buenos ratos con amigos. Y, en mi caso, los inolvidabl­es ratos con mi abuela Blanca, de la que tanto aprendo. Creo en la posibilida­d de obtener siempre lo positivo. Ya lo veréis: cuando esta pesadilla acabe, formaremos parte de una sociedad mucho más unida, que sabrá dar prioridad a lo que está a su alcance y apreciar las oportunida­des que le pasen por delante. Crezcamos con esta experienci­a, sin excusas. Y seguro que, cuando volvamos a salir de viaje, echaremos de menos nuestras casas.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain