A nuestros MAYORES
es nuestro pequeño homenaje. Nuestro sincero tributo. Nuestra oda a los que nos abrieron camino hace años. A los audaces que fueron el futuro y ahora son los que más sufren el presente. A los que han roto moldes, dinamitado estereotipos y demostrado que la edad va mucho más allá del carné de identidad. A los que llevan grabada en la mirada la historia de una vida, tatuado en cada arruga el peso del tiempo y esculpida en el alma la sencillez de los grandes. A los que nos han cuidado, querido y protegido y que ahora se derriten con nuestros hijos: se les iluminan los ojos cuando los ven desde el otro lado de la pantalla. A los luchadores que vivieron la guerra y la posguerra y que, con su sacrificio, levantaron el país. A nuestros mayores, nuestros gurús, nuestro verdadero tesoro, nuestra memoria, nuestro ejemplo, nuestra fuente de sabiduría. A las piezas fundamentales de la sociedad, la llamada generación silver. Los viejenials, que han borrado la brecha digital: se hacen selfies, han aprendido a llamar por Zoom y te piden amistad en Facebook. A aquellos a los que este virus ha asustado, aislado y castigado más que a nadie. A los que ya no están, que se han ido en silencio, sin despedirse. Han sido muchos. Demasiados. Old is cool. Es nuestro mantra. Sí, queremos a nuestros mayores. Y, en el número de junio de ELLE, hemos decidido reunirlos en un reportaje simbólico y escuchar su voz, compartir su visión de futuro y comprobar que siguen siendo precursores, pioneros y visionarios. Esa es nuestra reivindicación. Hemos pasado décadas destacando el valor de la juventud, sus bondades, su estética, su vitalidad... Y, por fin, ahora hemos entendido que la fortaleza, la generosidad y la entrega las demuestran ellos. Nuestros mayores. Tenemos tanto que aprender... Su creatividad, su valentía, su pasión, su resiliencia y su visión constituyen nuestra mejor guía para descubrir las coordenadas del mundo que nos espera. Perlas de sabiduría son las del gurú de la moda Giorgio Armani, que, a sus 85 años, sigue al pie del cañón como referente global de la elegancia: «Se nos presenta la oportunidad de reajustar las cosas para diseñar un horizonte más honesto, cambiar lo que no funcionaba y recuperar una dimensión más humana. Tenemos la posibilidad de plasmar un nuevo presente, a nuestra medida en lugar de orientado a la ganancia».
A Iris Apfel, icono de estilo a sus 98 –mente imparable, fuente inagotable de creatividad–, se la rifan las marcas, las agencias de modelos y hasta las universidades. ¡Incluso tiene sus propios emojis! Otra personalidad que trasciende el tiempo es Jane Goodall, la célebre primatóloga, que lleva años recordándonos la importancia de cuidar el medio ambiente y los animales. ¿Hay algo más actual? Por no hablar de Judy Chicago, la irreverente artista americana que impulsó el arte feminista de los 60 con su personalidad desbordante y su energía contagiosa. En el último desfile de Dior se preguntó qué pasaría si las mujeres gobernasen el planeta. Toda una premonición, como nos han demostrado las políticas que han sabido liderar algunas de las mejores actuaciones contra esta pandemia. Permitidme en esta tribuna ponerme un punto melancólica. Este también es mi homenaje a mis mayores: gracias a ellos soy lo que soy. Porque muchos de ellos no han tenido la suerte de seguir con nosotros. Porque en esta crisis hemos aprendido qué es lo importante, aquí va mi homenaje. También para ti, zio Nicola.