UNA OBRA DE ARTE
Hace cinco años, el museo Whitney inspiró y dio nombre al BOLSO ICONO de Max Mara. Ahora, la firma celebra su quinto aniversario con una edición especial.
‘Whitney’, el bolso más ‘arty’ con sello Max Mara.
Qué tienen en común Max Mara y el Whitney? Para empezar, la firma es benefactora del museo estadounidense desde hace más de una década. Además, los fundadores de ambas entidades, Gertrude Vanderbilt Whitney y Achille Maramotti, fueron unos visionarios para su época. La primera dio vida en plenos años treinta a una galería dedicada a artistas locales contemporáneos, mientras que el italiano inventó, en la década de los cincuenta, el concepto de power dressing, empoderando así a la mujer. Esta conexión se selló en el año 2015, cuando el museo cambió su emplazamiento al downtown neoyorquino, trasladándose a un futurista edificio ideado por Renzo Piano. En homenaje a este, nació el Whitney Bag, obra del director Creativo de la etiqueta, Ian Griffiths, en colaboración con el estudio del arquitecto italiano. «Queríamos emular su característica fachada, con esa cubierta acanalada tan particular. Un bolso, al final, se basa en los mismos principios que un edificio, necesita una estructura que lo sustente. Es igual, pero a diferente escala», explica el diseñador. Esta afirmación la hace desde la experiencia, ya que, antes de desembarcar en Max Mara –hace ya más de 30 años–, estudió arquitectura: «Siempre me interesó la moda, pero pensé que si era capaz de
«AL IGUAL QUE EL MUSEO O UN ABRIGO DE MAX MARA, EL DISEÑO CLÁSICO DEL BOLSO ‘WHITNEY’ LO HA CONVERTIDO EN UN ‘HIT’ ATEMPORAL»
crear una casa, podría diseñar cualquier cosa que imaginara. Así que, poder trabajar con el Renzo Piano Building Workshop es un sueño de juventud cumplido». El resultado es un bolso que es una auténtica obra de ingeniería fashion. Confeccionado en piel, su superficie se pliega con una técnica de calor y es aplanada hasta convertirse en meros trazos que evocan ese aspecto modular del museo de Nueva York. Ahora, cinco años después de la creación del Whitney Bag, la firma celebra su aniversario con una edición especial en la que cruza las puertas del museo para inspirarse en una de las célebres artistas que acoge: la pintora modernista Florine Stettheimer. «Siempre he admirado su obra. Cuando descubrí Sun quedé maravillado por su expresividad y exuberancia. Así que traté de plasmar
en el bolso esa ingenua sofisticación y sentido del optimismo que le caracteriza. Creo que el mundo ahora lo necesita más que nunca... Por otro lado, los colores juegan un papel fundamental, cada uno expresa un sentimiento. Por ello, lo teñimos en cinco colores extraídos directamente del cuadro: clavel, hortensia, gerbera, peonía y amapola. Por último, forramos su interior con un estampado floral», continúa Griffiths. No es de extrañar que el modisto eligiera a Stettheimer como musa, ya que representa a la perfección el prototipo de mujer Max Mara:
«Siempre la imagino fuerte, con ganas de cambiar el mundo, y Florine encaja mejor que nadie en esa idea. En un tiempo en el que ellas eran infravaloradas, levantó la voz con gran valentía y se atrevió a hablar de temas como el feminismo, la raza y las preferencias sexuales. Además, su talento la llevó a ser la primera mujer en tener una retrospectiva de su carrera en el Museo de Arte Moderno. Me gusta pensar que, si viviera hoy, llevaría mis diseños», concluye el creador de un hit que, como Jane Panetta, curadora y directora de la colección, apunta, «es una forma de poseer algo inspirado en una pieza importante de la historia del arte». ■
«LA VISIÓN ÚNICA DE FLORINE STETTHEIMER DEMUESTRA QUE PODEMOS MEJORAR EL MUNDO»