UNA APLICACIÓN REALISTA
la piel, pero la cultura del bronceado persiste y un 61 por ciento de ellas encuentra el bronceado atractivo, según datos de la Fundación Piel Sana de la Academia Española de Dermatología y Venereología. Cuando te expones en las horas centrales del día, bastan diez minutos para observar modificaciones en el ADN de las células epidérmicas, según un análisis realizado por los laboratorios de La Roche Posay. Las fórmulas más avanzadas ofrecen un escudo frente a la radiación de los terrible four (UVB, UVA, infrarrojos y luz visible), precursores del envejecimiento prematuro, y lo logran con texturas muy agradables que no dejan rastro. ¿Acaso no te proteges mejor cuando lo haces con placer? Los filtros químicos que encuentras en aceites, brumas, geles o lociones son seguros, aunque continúan siendo foco de debate. «Estudios muy recientes y rigurosos llevados a cabo por la FDA (la agencia de medicamentos y alimentación norteamericana) demuestran que estos se absorben por nuestra piel y alcanzan niveles en sangre. Esto no quiere decir que sean tóxicos, pero sí que haya que estudiar más a fondo esa posibilidad», afirma el Dr. Ángel Pizarro, puntualizando que dichas investigaciones se han testado con dosis de fotoprotector muy superior a las aplicadas habitualmente, lo que reduce el peligro. Para las más aprensivas o con piel sensible, hay alternativa: los filtros físicos o minerales que actúan a nivel superficial.
Es probable que bote en mano, te quedes corta de producto solar, ¡a no ser que consumas un envase de 100 ml en una sola jornada! «Normalmente se aplica un tercio de la cantidad recomendada. Sin contar con que las toallas o el roce de la arena merman la protección», comenta la doctora María Vitale, directora médica de