AMBER VALLETTA
La ‘top’ fue uno de los primeros rostros en reivindicar la cara ‘eco‘ de la moda. Ahora firma una colección de accesorios SOSTENIBLES para Karl Lagerfeld.
La ‘top’ nos muestra sus accesorios ‘verdes’ para Karl Lagerfeld.
Sin maquillaje, con un café en la mano y la determinación a flor de piel, Amber Valletta (Estados Unidos, 1974) sonríe mientras repite por qué cree que la moda debe cambiar de rumbo y dar el gran salto a la sostenibilidad. Fue una de las primeras en alzar la voz a favor de una revolución eco en la industria y llegó a compartir esa inquietud con el mismísimo Karl Lagerfeld. Hoy, la supermodelo de los 90, actriz, activista y musa del difunto e icónico diseñador firma una colección de accesorios para la etiqueta que lleva el nombre del couturier. Tranquila y centrada, la top es toda pragmatismo: cambiar la forma en que nos relacionamos con el planeta es una tarea diaria. Pero cada cosa a su tiempo. Primero, el café.
¿Cómo surgió la colección cápsula de accesorios sostenibles K/Kushion para Karl Lagerfeld?
Cuando estaba al frente de Master & Muse (su tienda online, en colaboración con yoox.com), quería hacer colaboraciones, y, entonces, pensé en Karl. Le propuse mi idea de una colección sostenible, se entusiasmó y me puso en contacto con Pier Paolo (Righi), el director general de Karl Lagerfeld. Desgraciadamente, la colaboración no se produjo. Pero Pier y
«PASÉ GRAN PARTE DE MI NIÑEZ EN LA NATUR ALEZA: SIEMPRE ME HE SENTIDO MUY CONECTADA A ELLA»
yo seguimos en contacto y, justo antes de la covid-19, me preguntó si quería retomar el tema. «¡Por supuesto!».
¿Fue difícil hablar con Karl en aquella época sobre la conciencia ecológica?
Era un visionario. Su mente estaba abierta, siempre al tanto de todo. No tuve que convencerlo: lo entendió inmediatamente. Creo que, intuitivamente, supo que sería un enfoque fresco y moderno del diseño.
¿Cuándo se despertó tu conciencia ecológica, qué la desencadenó?
Crecí en Oklahoma y pasé la mayor parte de mi infancia en el campo.
Siempre me he sentido conectada al mundo natural y supongo que, desde joven, le busco un mayor significado a la vida. Mi madre también tuvo mucho que ver, era un poco activista.
¿En qué momento empezaste a relacionar la conciencia y la moda?
eco
Ha sido un proceso lento. En los 90 no terminaba de encajar, pero no entendía por qué. En esa época, Al Gore comenzó a hablar del cambio climático. Empaticé mucho con él y me puse a estudiar temas medioambientales en la Universidad de Nueva York. Después, al nacer mi hijo, me involucré mucho más. Salieron a la luz datos como las malas condiciones laborales o el vertido de tintes a los ríos. Entonces decidí dedicarme a ayudar a cambiar la forma en la que vemos la sostenibilidad, como industria y como clientes.
¿Qué piensas de esta ola de sostenibilidad? ¿No es a veces puro
marketing? Cuanto más se hable de ello, mejor, incluso aunque una marca sólo lo haga porque sigue una tendencia. Cuando conoces los problemas derivados de no ser en una empresa más sostenible, resulta difícil darle la espalda. Todos estamos concienciados, de eso se trata.
¿Cómo ha sido el proceso creativo de la colección para Karl Lagerfeld?
El K/Kushion fue un bolso icónico para Karl, significaba mucho para él. Empezamos con el diseño y, luego, me enviaron los materiales y los discutimos. Ha sido una gran experiencia.
¿Qué nos puedes contar sobre los elementos ecológicos utilizados?
Estoy impresionada con la piel de cactus. Es fantástica: un tejido natural, biodegradable y teñido con pigmentos orgánicos. Su tacto es similar al del cuero. También existe una versión a partir de algodón reciclado.
¿Cómo te sentiste al ver tu nombre junto al de Karl?
Me emocioné. Karl y yo vivimos mucho juntos. Me siento honrada de que la firma haya confiado en mí para una colaboración tan importante.
Él fue uno de los primeros firmantes del Pacto de la Moda, en 2019...
Desde entonces, se han unido más de 60 marcas. Los beneficios generados por esta colección se donarán a la organización The Ocean Cleanup, que apoya los objetivos del pacto.
Llevas dos décadas defendiendo al planeta: ¿cómo te ves en 20 años?
¡No sé! Con un poco de suerte, con nietos. Me veo luchando por la justicia social y medioambiental. Aunque tengo la esperanza de que no sea necesario... ¡Crucemos los dedos!
«CUANDO LE PROPUSE UNA COLABORACIÓN SOSTENIBLE AL KÁISER, NO FUE NECESARIO CONVENCERLO: ÉL ERA UN VISIONARIO»