SIN MIEDO AL CAMBIO
Al frente de la firma que lleva su nombre y de la dirección creativa de Chloé, la uruguaya ha redefinido la industria con su apuesta por el ‘handmade’ y su compromiso con el medio ambiente. El ACTIVISMO salta a la pasarela.
Gabriela Hearst, una creadora comprometida con lo ‘eco’.
Gabriela Hearst creció en un rancho en Uruguay. Allí, de su experiencia con los caballos aprendió una valiosa lección. Cuando el animal se desboca, puedes entrar en pánico o dejarte llevar, explica: «Mi educación me expuso a situaciones peligrosas en las que tenía que actuar y reaccionar». Su instinto ahora es luchar, no huir. «El miedo no me paraliza». Esta actitud la ha ayudado a mirar de frente al reto que supone el cambio climático. Desde que fundó su marca homónima, en 2015, ha trabajado sin descanso para redefinir la industria con una imagen más sostenible y ha marcando la pauta para que otros la sigan. En su desfile de Otoño 2017, usó el stock sobrante y el excedente no vendido, «una práctica que hoy es habitual». Dos años más tarde, organizó el primer show de moda con certificación sostenible. Y compensó la huella de carbono de la presentación de su colección de Primavera 2021 con una donación al proyecto Madre de Dios, de EcoAct, para la conservación de la Amazonía. «Mirando atrás, me doy cuenta de que lo que intentábamos era ser más responsables y recopilar información útil para la industria». Su objetivo actual: la transición al cien por cien de materiales reutilizados de cara a finales de 2021 o principios de 2022 («ahora estamos en torno al 50 por ciento»). Además, ha sido nombrada directora creativa de Chloé, con lo que contará con una plataforma mayor para su activismo. «He empezado a confiar más en mi instinto que en mi cerebro», responde Gabriela cuando se le pregunta por las consecuencias de la pandemia. En un momento dado, su subconsciente tomó el control: soñó con su abuela, ya fallecida, y se imaginó a sí misma anudando telas para crear la espalda de un vestido. Otro talismán que le ha aportado paz es una pulsera de conchas de la Isla de Pascua que su madre le regaló justo antes de que se desencadenara la crisis. Son elementos –los nudos y las conchas– presentes en la línea de Primavera 2021, llamada Dreamsof Mothers andGrandmothers y que rinde tributo a generaciones enteras de mujeres que en el pasado
«QUEREMOS SALVAR TODOS LOS OFICIOS ARTESANALES POSIBLES Y CELEBRAR LA MARAVILLOSA IMPERFECCIÓN HUMANA»
afrontaron retos supuestamente imposibles. También es clave el handmade: en torno al 80 por ciento de la colección está hecha a mano. «Coserle conchas a un vestido es imposible para una máquina», comenta Gabriela, que cree que la magia del proceso reside en «transformar la imperfección humana en algo maravilloso». «Nosotros somos partidarios de intentar salvar todos los oficios artesanales posibles –continúa–. Es importante recordar que somos físicos, y resulta un reto expresar esto en un contexto tan marcado por lo online. ¿Cómo serás capaz de manifestar emoción y provocar en un mundo digital?». Uno de los pilares de Hearst es «el componente social de quien hace la ropa. Es muy sencillo: la gente feliz crea ropa feliz. Soy una gran defensora de la conciencia del producto». Parte de la colección de primavera ha sido confeccionada por Manos del Uruguay, una ONG con la que lleva años colaborando y que da empleo a cientos de mujeres, muchas de ellas, madres e hijas que cosen codo a codo. «Pero no trabajo con ellas por una cuestión de buenas intenciones, sino porque consiguen un resultado precioso y entienden la estética que busco. Nadie compra nuestro producto por sus propósitos positivos; lo compran porque les parece deseable». Es probable que Gabriela no tarde en trasladar su compromiso con el diseño ecofriendly a su nuevo puesto en Chloé, firma en la que acaba de presentar su primera colección, la de Otoño 2021. «La pandemia nos ha demostrado que podemos cambiar nuestros hábitos de un día para otro –afirma con una mezcla de rotundidad e ilusión–. Sigo siendo optimista, creo firmemente que vamos a ser capaces de alejarnos del precipicio». ■
«NOS IMPORTA EL COMPONENTE SOCIAL DE QUIEN HACE LA ROPA. ES SENCILLO: LA GENTE FELIZ CREA ROPA FELIZ. SOY DEFENSOR A DE LA CONCIENCIA DEL PRODUCTO»