ELSA PATAKY
Una vida a flor de piel
La actriz española es un referente absoluto a la hora de luchar por un cambio real en nuestra relación con la naturaleza.
TIENE CASI 45 AÑOS, TRES HIJOS, UNA MENTE POSITIVA, UN CUERPO EN PLENA FORMA Y UNA CONCIENCIA COMPROMETIDA CON EL MEDIO AMBIENTE. QUEDAMOS CON LA ACTRIZ FRENTE A LOS OCÉANOS QUE RODEAN SU CASA EN AUSTRALIA PARA DESCUBRIR LA NATURALEZA DE UNA MUJER PARADISIACA.
Elsa Pataky (Madrid, 1976) es una mujer en la que cada día se mira más gente. Junto al actor Chris Hemsworth, célebre por encarnar en la gran pantalla a Thor, forma un matrimonio muy admirado en la industria del cine. La pareja desarrolla sus proyectos alejada de los focos mediáticos en Australia, para que sus tres hijos, India Rose y los gemelos Sasha y Tristan, crezcan en contacto directo con la naturaleza. Su lifestye en Byron Bay, un pueblo en la costa este de la isla, con 9.000 habitantes y que combina montañas subtropicales y playas idílicas, ha atraído a otros rostros famosos, como Nicole Kidman, Natalie Portman, Sacha Baron Cohen y Zac Efron, que ahora son sus vecinos. Quedamos con Elsa a orillas de este Hollywood eco para charlar frente al mar de todo lo que nos lleva por buen camino en la vida.
Desde que te mudaste a Australia, eres mucho más selectiva con tus trabajos. ¿Qué te animó a decir que sí a Interceptor, tu nueva aventura en el cine?
Soy una fan de las películas de acción. ¡Y esta la tiene desde el principio hasta el final! El director es Matthew Reilly, un escritor australiano famoso por firmar best sellers de suspense muy reconocidos por la crítica internacional. ¡Su guion me encantó! Viene a ser como la versión femenina de La jungla de cristal.
Yo interpreto a una mujer que tiene que sobrevivir en una situación extrema, alguien que ha de ser muy fuerte físicamente porque debe pelear con hombres. ¡Para mí está siendo todo un reto!
Aun así, eres una mujer admirada por su gran estado de forma... ¡Hemos llegado a verte en tu cuenta de Instagram haciendo flexiones con una sola mano!
¡Sí!, es verdad que a mí me gusta entrenar duro. Pero, esta vez, además, necesito buenos músculos, porque mi personaje es una mujer soldado. Las chicas de la armada en Norteamérica están muy preparadas, y yo quería ponerme al mismo nivel. Practico boxing y kick boxing,
algo que me ha ayudado mucho para no partir de cero, pues los movimientos en las peleas se parecen bastante.
De todas maneras, tuve que estar un mes y medio entrenándome con dobles que me han enseñado a luchar. ¡Así que al final he ganado en fuerza y en masa muscular! La mujer para ti es sinónimo de...
¡Resistencia! Lo digo en el sentido de que somos capaces de hacer tantas cosas que a veces incluso parece imposible que lo consigamos. Siempre tenemos coraje para seguir hacia delante. Las mujeres nunca se rinden.
¿Qué significa para ti la maternidad?
Es la mejor forma de dar amor y de poder recibirlo. ¡Y, también, de descubrir lo que es la paciencia! (Risas).
¿Cuáles son tus herramientas para equilibrar la vida y el trabajo?
El yoga me ayuda muchísimo. Esa hora y media en la que tienes que parar la mente y concentrarte en ti misma es muy valiosa para mí. Ahora también he empezado a meditar por las noches, justo antes de irme a dormir. Aunque, si te soy sincera, durante este rodaje, con el ritmo que llevo, es imposible. A las cinco y media de la mañana me vienen a buscar y por las noches llego para acostar a los niños. Aun así, soy una persona que siempre busca momentos para estar consigo misma. Winston Churchill decía: «Todo el mundo necesita tener una afición o dos en la vida». Yo también lo creo. Nunca hay que perder de vista la importancia de hacer algo con lo que seamos felices, porque eso siempre nos va a transportar a un lugar en el que no existen las preocupaciones. Me parece muy sanador.
Y, de todas, ¿cuál es tu principal evasión?
Los caballos. Monto tres o cuatro veces a la semana. Es la actividad más eficaz para lograr que me aleje de la locura de los niños, el trabajo y el mundo en general. Y, a la vez, es lo que mejor me permite entrar en contacto conmigo misma. Creo que todos debemos dedicarle tiempo a una pasión. Disfrutar es una actitud mucho más importante de lo que parece. Espanta los problemas.
¿Qué es la solidaridad?
Una cuestión de respeto. Además, te hace feliz, porque cuando das es cuando más recibes.
Has afirmado tu estilo de vida sostenible desde el ejemplo. En el año 2015 abandonaste Hollywodd para instalarte en medio de este paradisiaco rincón australiano...
Es que, a mí, la naturaleza me da la vida, literalmente.
La mujer para mí es sinónimo de resistencia: siempre tenemos coraje para seguir adelante, nunca nos rendimos. Somos capaces de hacer tantas cosas que hasta parece imposible
«Vamos en bici para evitar contaminar, y mis niños ya han aprendido a reciclarlo todo. Hay que educar a nuestros hijos para que influyan a los demás y aporten algo bueno al mundo»
Siempre me ha entrenar gustado duro. Practico ‘boxing’ y ‘kick boxing’, dos disciplinas que me han ayudado en mi nueva película de doy vida a acción: una mujer soldado
«El cambio real depende grandes de las compañías que están destrozando el planeta con su polución. Tienen muchísimo dinero para sacar el plástico de los mares»
¿De qué manera actúas para proteger el medio ambiente?
Además de colaborar siempre que puedo con Oceana, ahora estoy muy unida a WildArk, una asociación que se ocupa de cuidar el ecosistema y los recursos naturales y que promueve la vida salvaje. Es de unos amigos nuestros; en ella está Sophie Hutchinson, productora de documentales y una de sus fundadoras. Estamos desarrollando un proyecto muy bonito para rescatar a los demonios de Tasmania; desaparecieron de aquí por la introducción de animales que no eran autóctonos, como los perros salvajes. Así que vamos a rescatarlos soltando crías en varias zonas de Australia. También me he implicado en un proyecto muy especial... Se trata de una nueva fórmula: los expertos en medio ambiente se han dado cuenta de que, salvando sólo determinados animales, incluidos algunos insectos, podemos ayudar a cientos de especies más. Es como una cadena, una acción increíble. Y algo que siempre me ocupa es salvar a los koalas, que viven asolados por una enfermedad terrible contra la que los estamos vacunando. El tiempo que me queda intento poner yo misma mi granito de arena en el día a día.
Cuáles son tus rutinas ecológicas? Siempre que podemos, vamos en bici para no contaminar, y mis niños ya han aprendido a reciclarlo todo. Hay que educar a nuestros hijos para que sean capaces de influir en los demás, para que le aporten algo positivo al mundo. Yo voy con botellas reutilizables a todas partes, también al cine. Ahora, en Byron Bay, estamos intentando vetar las bebidas en recipientes de plástico. Lo ideal es que la gente lleve envases reusables y poner fuentes donde rellenarlos. Ya existen lugares donde se ha conseguido. Sería increíble que todos nos uniésemos y nadie se ofreciera a vender esas bebidas porque supondría menos plástico para el océano, que es una pena verlo. Aun así, lo que podemos hacer individualmente es muy pequeño en comparación con lo que debería hacer el gobierno. El cambio real depende más de las grandes compañías que están destrozando el planeta con la polución. Si destinasen una parte de lo que ganan a cuidar la Tierra, lo lograríamos. Los colosos tienen muchísimo dinero para sacar el plástico que hay en los mares. Se puede hacer. ¡Claro que se puede! Si quisiéramos, tendríamos un mundo mejor. Y no nos queda mucho tiempo.
¿Son importantes las redes sociales?
Creo que, bien usadas, son una herramienta no sólo para conectar, sino para animar a los demás. Hay que hacer un camino en el corazón de la gente, ayudar.
¿Necesitamos soñar?
Los sueños son algo que aporta una gran dosis de energía para seguir adelante. Yo he soñado mucho.
¿Te queda alguno por cumplir?
He cumplido muchos en el ámbito personal, así que sería egoísta seguir pidiendo cosas para mí misma. Mi gran sueño ahora mismo es lograr que algo cambie de verdad en este mundo y protejamos nuestros ecosistemas. Significa también darles un futuro a mis hijos.
¿Y qué me dices de rodar a las órdenes de Benjamin Millepied?
Benjamin es el marido de Natalie
(Portman). Es una persona con una energía superespecial. Nos conocimos aquí, en Australia. Participar en su primera película fue algo imprevisto, de esas cosas que pasan, como del destino. Charlando, me dijo: «Estoy rodando
Carmen». Y yo le contesté muy entusiasmada: «¡Ah, qué maravilla, Carmen!». Entonces me propuso uno de los papeles, que no sé si el día en el que nos conocimos lo tenía previsto. Fue un gesto que me emocionó. Será una película pequeñita e independiente, aunque muy especial, tipo musical pero con la historia contada de otra manera. Y en la que, además, te veremos al lado de Rossy de Palma.
¡Sí! ¡Tener la oportunidad de trabajar junto a ella ha sido de lo más maravilloso! Rossy es una mujer absolutamente increíble ¡Y nos lo pasamos tan bien...!
¿Puedes desvelarnos qué planes tienes en el horizonte?
Ahora necesito tiempo para estar con mis peques, volver a casa después de estos rodajes en Sídney. Los ves crecer, y lo hacen tan deprisa que me digo: «¡Lo que quiero es pasar cada instante con ellos!». Me encanta trabajar, pero sigo disfrutando de estar con mi familia y de volver a nuestra pequeña vida en el pueblecito.
Si yo te digo la palabra amor, ¿tú que me contestas?
Que el amor lo es todo en este mundo. Que, si no hay amor, para mí no existe nada. ■
Si quisiéramos, un tendríamos mundo mejor. Sueño con que las cosas cambien protejamos de y verdad nuestros ecosistemas, porque eso significa también un futuro darles a mis hijos
Benjamin «Colaborar con Millepied, el marido de Natalie Portman, en ‘Carmen’ fue una cosa del destino. Me lo propuso nos conocimos en cuando Australia. Trabajar con él y con una mujer tan Rossy de increíble como Palma ha sido maravilloso»
El yoga me ayuda a equilibrar trabajo y vida; esa hora y media para parar la dedicarte mente y a ti misma es muy valiosa para mí. Nunca hay que perder lo que de vista nos hace felices