REVOLUCIÓN EN VERDE
El tiempo para adoptar medidas que ayuden al planeta se agota. Las firmas ‘beauty’ apuestan por la transparencia para garantizar un compromiso real y demostrar que ahora, más que nunca, GREEN IS THE NEW LUXE.
Las marcas ‘beauty’ se lanzan a defender la Tierra con sus productos.
La crisis provocada por la pandemia ha generado un nuevo consumidor: más consciente, solidario y sostenible
Ser respetuosos con el entorno, en el sentido más amplio, ya no es una opción: es una necesidad. Lo afirman las Naciones Unidas, que, en sus objetivos y metas de desarrollo sostenible de cara a 2030, abordan desafíos globales como la degradación ambiental y buscan garantizar el acceso a una energía con conciencia, asegurar modos de consumo y producción respetuosos, trabajar sobre el Acuerdo de París para frenar el cambio climático y gestionar con cabeza la biodiversidad y los recursos marinos. Las marcas de belleza no son ajenas a la consecución de estos hitos, algo que ocurre también entre los consumidores: según la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética, la pandemia ha dado como resultado un perfil más consciente, solidario y comprometido. Aunque existen empresas que llevan los principios de responsabilidad medioambiental y social en el ADN, ha sido en los últimos años cuando las hemos visto abrirse a mostrar la labor que desempeñan desde departamentos específicos. Sin embargo, según el Informe Impacto Covid-19 y Consumo Consciente, impulsado desde 21gramos y Marcas con Valores en colaboración con la Asociación de Directivos de Responsabilidad Social y B Lab Spain, sólo el 8 por ciento de los ciudadanos se cree lo que comunican las firmas. María Negro, divulgadora y autora del libro Cambia el mundo: 10 pasos hacia una vida sostenible (Zenith Green), recuerda que «la transparencia, la ética y la confianza son valores esenciales que las empresas deben integrar». Reconoce que los consumidores están cada vez más informados y son más críticos; por eso, resulta imprescindible que las entidades lancen mensajes claros y específicos, con información veraz y detallada sobre los ingredientes, materiales y procesos de fabricación y elaboración de sus productos, apoyada en valores de marca tangibles y en un compromiso real de sostenibilidad y ética.
Las materias primas
A veces los conceptos nos confunden... y lo natural no siempre es lo más sostenible. Sin embargo, numerosos activos cosméticos provienen de la naturaleza, y las compañías centran sus esfuerzos de buenas prácticas en este punto. Les Jardins de Dior son un ejemplo de espacios con características excepcionales dedicados al cultivo orgánico (sin fertilizantes ni pesticidas) de plantas y flores destinadas a sus fórmulas y donde el respeto a la biodiversidad se mantiene en equilibrio con la investigación y con un sistema de extracción menos contaminante. Otras firmas que se apoyan en esta filosofía son Chanel (lleva más de una década fiel al mantra «La belleza se cultiva») y el grupo Estée Lauder, que el año pasado lanzó el programa Green Score: elaborado por expertos, analiza las materias primas por su impacto ambiental para seleccionar las opciones más adecuadas de acuerdo con los propósitos de responsabilidad de la casa. En el marco de esta preocupación Aveda, Clinique, Estée Lauder, Origins y La Mer están creando