ELLE

PATRICIA CONDE

Dos décadas triunfando, y aún mucho por hacer. Así es tener el superpoder de la risa.

- POR GEMA VEIGA. FOTOS: DARIO ARANYO. REALIZACIÓ­N: BÁRBARA GARRALDA

Patricia Conde (Valladolid, 1979) posee una belleza reversible. Por fuera, tiene una de las pieles más deseadas; por dentro, un estado de ánimo siempre luminoso. Con un físico tan potente como ajeno a vanidades y un talento natural para hacer reír, la presentado­ra se ha consolidad­o como uno los rostros más populares de la pequeña pantalla. Ahora, tras saber lo que es arrasar con programas como El informal y Sé lo que hicisteis..., vuelve a triunfar con Dar cera, pulir #0, en Movistar+, al lado de su leal compañero Ángel Martín. En la misma plataforma dirige Nadie al volante, donde también muestra sus fortalezas como actriz. Después de dos décadas entrando desde la televisión en nuestras vidas, nos deja ver las nuevas vistas de la suya. Así es el poder de una mujer con buen humor. ¿Cómo describirí­as tu momento vital?

Estoy feliz. ¡Por fin mi proyecto es estar de vacaciones! (Ríe). Antes de que, a finales de agosto, vuelva a rodar capítulos de Nadie al volante, voy a viajar todo lo que no pude en 2020. Hay que aprovechar la vida para llenarla otra vez de experienci­as bonitas. Sería un sueño cumplido descubrir sitios maravillos­os que no conozco, como Australia, o regresar a lugares que me han gustado mucho y que en su momento no aproveché del todo, como las islas Maldivas. Diriges tu propio programa y haces doblete como presentado­ra. Dime, ¿cómo te las arreglas para conciliar trabajo y familia sin peder la sonrisa?

Yo tengo la inmensa suerte de que en el colegio al que llevo a mi hijo desde hace cinco años hay un gran grupo de madres increíbles que se han convertido en mis amigas. Todo se hace más fácil cuando puedes decir: «Oye, recógeme al niño esta tarde». Y eso es muy bueno no sólo para nosotras, sino también para ellos, porque encima se van a casa con un colega. Creo que para llegar bien es mucho mejor fórmula cooperar que competir. En mi trabajo también me lo han puesto fácil. ¡Fíjate que estoy con los mismos compañeros con los que empecé! Ahora mismo en mi equipo hay una mezcla de gente muy, pero que muy bonita, desde personas de El informal hasta de

Sé lo que hicisteis... Todos me conocen desde que era una cría de 19 años. Me llevo muy bien con ellos. Les puedo decir con absoluta tranquilid­ad: «¿Te importa que llegue un poco más tarde para llevar al niño a clase y yo colaboro viniendo peinada de casa?». Y listo (ríe).

Hablando de casa..., ¿qué enseñanza constructi­va has sacado de este tiempo de pausa y confinamie­nto? Atreverse a dejar atrás lo que hace daño. Yo no estaba bien en el piso donde vivía y me he mudado a la naturaleza. Durante los meses de confinamie­nto mi hijo y yo jugábamos a buscar una casa acogedora y con terreno. Y apareció. Así que he tirado al campo. Por fin he logrado mi refugio, mi búnker de felicidad. ¡Ya estoy preparada para cualquier cosa! Ahora estoy montando mi propio huerto; tengo mis especias y acabo de plantar fresas y pimientos. Decidir estar en contacto con la tierra te lleva a un estilo de vida más sano. Ahora, cuando me dicen «hay una fiesta en no sé dónde», contesto: «No me interesa». Estoy en el camino vital que quería, esto para mí es el éxito. Si algo veo claro es que el tiempo que me queda por delante lo quiero pasar tranquila, viendo ardillas y con mi huertecito. Así que la gran enseñanza que me ha dejado el confinamie­nto es que siempre se puede decidir qué hacer de nuevo con la vida. Podemos elegir. Hay una gran lección en el libro Aprendiend­o de los mejores, donde se narran las historias de gente como Einstein, Chanel y J. K. Rowling: todos tienen en común que han sido valientes. ¿Y cuál ha sido tu mayor audacia?

Toda mi vida he ido a contracorr­iente. Cuando era miss en Palencia, me enroscaba la banda en el brazo, iba de rubia con las raíces sin teñir y no me ponía maquillaje. El diálogo con la sociedad entonces era este: «¿Por qué no te comportas como las demás? No te salgas del camino». Y yo: «No me entendéis, yo lo que quiero es hacer sketches, que la gente se parta de risa, ser como los Monty Python». Y me decían: «No puedes tener tantas ideas, tú eres mona». Y yo replicaba: «Ya,

Me he mudado al campo con mi hijo. He montando mi propio huerto y he plantado fresas y pimientos. Ahora me dicen que hay una fiesta no sé dónde y contesto: ‘No me interesa’. Estoy en el camino vital que quería, esto para mí es el éxito

pero soy una gamberra». Y replicaban: «Da igual, nosotros te adoctrinam­os, así logras ser azafata y nos enseñas cosas sencillas, que es a lo que estamos acostumbra­dos». A lo que no está acostumbra­da la sociedad es a que una mujer dirija su propio programa, que la gente se fíe de ti para ponerte al mando de un directo cada día de lunes a viernes. ¡Y eso es por una frase que me dije a mí misma: «Hasta que consiga hacer algo como lo de Andreu Buenafuent­e, no estoy dispuesta a parar! (Ríe). ¿Cuál crees que ha sido la fórmula de tus logros?

Hacerlo todo desde el esfuerzo personal, sin pisar a nadie. Siempre me ha gustado leer libros que, además, de entretener, me enseñen. Y en mi camino hasta aquí me ha servido mucho

Los cuatro acuerdos. Se lo recomiendo a todo el mundo porque no puede ser más sencillo... ¡Sólo cuatro pasos! ¿Podrías compartirl­os?

Lo primero de todo es: «Sé impecable con tus palabras». Bueno, es verdad que yo he hecho muchos chistes a lo largo de mi trayectori­a –ya se sabe: los chascarril­los de los cómicos–, pero siempre he sido impecable con mis compañeros. No debes ir con un discurso demoledor hacia los demás, porque eso se queda ahí para siempre. Es como plantar malas semillas en la cabeza de la gente. Puedes destruir a una persona con dos palabras, hay que ser consciente de eso.

Y, también, del karma, de que todo lo que siembras lo recoges. La segunda máxima la llevo a rajatabla: «Nunca te tomes nada de manera personal». A mí, si alguien me dice que soy una idiota, le respondo: «Bueno, esa es una opinión tuya, algo que sale de ti porque cada uno da lo que lleva dentro. Así que... ¿Te apartas de mi camino, por favor? Te lo agradezco, que tengo mucha plancha» (risas). Las cosas nos acaban llegando cuando estamos centrados en lo que queremos, es importante no despistars­e. ¿Se pude saber cuáles son los otros dos lemas de vida? «No adivines ni supongas». Yo he oído mucho a gente decir sobre mi profesión: «Claro, como tú eres rica...». Pues a lo mejor no es verdad. El último paso para una buena vida es: «Haz siempre lo máximo que puedas».

Yo reconozco que hay días en los que no me he preparado bien el texto porque me he quedado dormida encima del guion porque mi hijo, Lucas, no se dormía. Pero luego pienso: «Voy a aprovechar para darle un empujón mientras me peinan». Después, cuando me comentan que la secuencia está bien, digo: «¡Ole!». Y, sí, igual podía haberlo hecho mejor, pero lo que importa es que he dado todo lo que podía y, sobre todo, me he podido ocupar de mí. Porque hay quien es un hacha pero, cuando se mira en el espejo, está extenuado. Has hecho bien tu trabajo, aunque igual no lo has hecho bien contigo. Y lo mismo: si nos sentimos bien, vamos a tener mejor carácter, criticar menos y aportar mucho más.

Además de por dentro, ¿cómo haces para estar tan bien por fuera?

Mi entrenamie­nto es un todo en uno de musculació­n con un poquito de yoga y pilates. Lo más importante es comer sano, con mucha proteína. Llegada una edad, no son buenos los hidratos de carbono ni el azúcar. Tampoco el gluten, que es un oxidante, todo lo contrario que las frutas y las verduras, lo que viene a ser una proteína amorfa.

Y un alimento estrella para ti es...

El sentido del humor, eso no puede faltarnos nunca. Para mí es un estilo de vida, se trata de un mecanismo que sube las defensas y que ha salvado a mucha gente. Puedes comer sano, hacer deporte, trabajar bien, pero, si no te ríes, si no tienes alegría, no tienes nada.

A mamá mono no le vengas con bananas verdes. Así se llama tu divertido libro para comprender al lado masculino. ¿Volveremos a verte volcando el sentido del humor en el mundo de la literatura?

Pues justo ahora estoy pensando en escribir una especie de guía vital para sacarles partido a mis aprendizaj­es. Un libro que recoja mi paso por la vida y que, a la vez, pueda ayudar en su camino a los demás. Si mi experienci­a sirviese sólo para eso, ya estaría bien.

Y, ahora, ¿podrías resumir en una frase el rumbo que te ha llevado a buen puerto?

En la vida siempre hay varias opciones. Coge la que más miedo te dé porque acertarás. ■

Para mí el humor es un estilo de vida y un mecanismo de defensa. Ha salvado a mucha gente. Puedes comer sano, hacer deporte y trabajar bien, pero, si no te ríes, si no tienes alegría, no tienes nada

 ??  ?? ‘Blazer’ negra de Zara y vestido de Dsquared2.
‘Blazer’ negra de Zara y vestido de Dsquared2.
 ??  ?? Camisa y pantalones blancos de Temperley London.
Camisa y pantalones blancos de Temperley London.
 ??  ?? Camisa de Dsquared2, sujetador de Stella McCartney, ‘coulotte’ de Sportmax y sandalias de Aquazzura.
Camisa de Dsquared2, sujetador de Stella McCartney, ‘coulotte’ de Sportmax y sandalias de Aquazzura.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain