Toni Nadal, director de la Rafael Nadal Academy
Su apellido es sinónimo de éxito. No sólo por los logros deportivos de su sobrino, Rafa Nadal, al que entrenó desde niño y llevó hasta el número uno del ranking mundial de tenis. Sino porque Toni Nadal (Manacor, 1961) demuestra cada día que el éxito es mucho más. «No se puede conseguir todo lo que nos proponemos. No todo el mundo puede ser un número uno, pero todos tenemos la capacidad de hacer las cosas cada día un poco mejor». Y, para ello, la salud mental es el factor clave. «He visto a grandes jugadores desperdiciar su carrera por no tener una buena predisposición. Tengo muy claro que la actitud modifica la aptitud». El mejor ejemplo de esa habilidad es precisamente Rafa. «Algo que le repetí cuando era pequeño es que, si no logras controlar tu voluntad, es muy difícil que puedas controlar tu cabeza. En la vida, todo se puede mejorar, sólo depende del empeño que tú pongas en ello. En eso, Rafael es un referente, y ha demostrado que, con esfuerzo y sacrificio, las cosas son mucho más fáciles de conseguir. Y eso es lo que intentamos transmitir en la Academia. Sabemos que, desgraciadamente, muchos no conseguirán ser grandes jugadores. Y lo que pretendemos es que asuman esta realidad y que intenten dar en todo momento su mejor versión. Nuestra intención es que su paso por aquí les sirva para su desarrollo personal y su futuro». Considera que la inmediatez que domina hoy va en contra de esa perseverancia. «Para tener una vida sana, el equilibrio es fundamental. Y el mundo actual nos lleva a todo lo contrario. A esa necesidad de pasarlo exageradamente bien, de hacer constantemente cosas para no aburrirnos... La moderación es la opción más segura para ser feliz».