Amaya Ascunce, natural y cercana.
Suele leer cuatro libros a la vez y su obra más valiosa es un poemario de Gustavo Adolfo Bécquer que le regaló su padre cuando tenía diez años. Se declara fan del regaliz negro y de los perfumes, mantiene en su casa una varita de un tejo mágico milenario y crea truenos imaginarios para su hija Manuela. Se ha aliado con Rochas para crear Generación
R –un espacio en el que comparte micro y conversa con mujeres extraordinarias– y tira de su propio hilo narrativo y lector en su newsletter Leer por leer. Ella es Amaya Ascunce (Pamplona, 1979), periodista, podcastera y la directora digital de ELLE.ES. Autora de la saga y el blog Cómo no ser una drama mamá, regresa al universo editorial con La idea de ti (Bruguera). Un libro personal donde habla con honestidad, humor y sin artificios sobre la maternidad, el dolor, el éxito, la infertilidad, la vulnerabilidad, la ansiedad y cómo la vida no siempre sigue el camino que tú misma marcas.
¿Cómo ha sido este viaje hasta el centro de ti?
Difícil. Un proceso largo, porque por mi personalidad, hasta que no supero algo no puedo hablar de ello. Y tras seis años de travesía, he conseguido soltar y escribirlo.
¿Aprendes a sufrir menos cuando decides aceptar las circunstancias?
A mí lo que realmente me ayudó fue parar e ir a terapia. Me permitió verme desde fuera y observar esa madeja en la que me estaba convirtiendo y atravesando. Cuando estás en estos procesos, te arrastras en el afán de «necesito conseguir», por esa idea del éxito.
¿Por qué era importante contar desde dentro los procesos de fecundación y romper su tabú?
Mi propia sensación mental es que si habría problemas, la ciencia los sabría solucionar. En el 99 por ciento de los casos. Las clínicas de fertilidad son un negocio y además tratan de venderte bien su historia. Por ejemplo, te dan unos porcentajes de embarazo, no de que tengas un hijo. La primera vez que fui era joven, tenía 35. No era un caso complicado. Y he tenido en realidad tres embarazos y una hija.
¿Cuándo fuiste consciente de que ibas a ser madre?
Cuando salió Manuela. Hasta entonces pensé que algo podía fallar. Aunque fue un embarazo horroroso y un parto de 23 horas con luxación de costilla, lo disfruté. Lo recuerdo escuchando a Eminem y AC/DC en bucle. Necesitaba canciones poderosas para aguantar.
¿Qué te está enseñando Manuela?
A ser vulnerable... Ya sólo por el proceso de conseguirla. No puedo dejarme llevar por el miedo.