Un verano FELIZ
decía Winston Churchill que el humor es una cosa muy seria. Y así nos lo hemos tomado en este número de agosto de ELLE que tienes entre tus manos, ¡con sano, irónico y contagioso sentido del humor! Y no sólo porque nos parece la receta infalible para disfrutar de un verano feliz, sino porque creemos que es también la mejor arma para enfrentarse a la vida en general. Saber verle un lado cómico a cualquier sofoco del día a día es toda una ventaja, ayuda a quitarle hierro al asunto y a relativizar. Y si es un don que uno no tiene de serie, lo que está claro es que se puede practicar. Por eso hemos reunido en nuestras páginas a esas personas, humoristas, diseñadores, artistas... que convierten el noble arte de arrancar sonrisas en el centro de su existencia, tanto a nivel profesional como personal. Aquellos que nos enseñan que no hay que tomarse nunca las cosas demasiado a pecho o a saber mofarnos de nosotras mismas, de nuestras manías y de nuestras pequeñas obsesiones. Empezando por Patricia Conde, quien lleva más de 20 años despertando carcajadas, protagonizando programas y concursos tronchantes y educándonos en la idea de que es necesario añadir un poco de ligereza a cualquier conversación, por muy trascendental que sea. «Reír es un acto de supervivencia, uno sobrevive gracias a que le echa humor a la realidad», explica esta actriz, monologuista y presentadora, acérrima defensora del poder de la comedia, portavoz de una nueva generación de cómicas desternillantes. «Es tan importante saber reírnos de nosotros mismos... Es algo que hace falta en la sociedad actual», añade. Yo la sigo en Instagram. Es verla y se me alegra el día. Sabe qué publicar en cada momento para sacar eso de mí y de sus otros casi 600 mil seguidores. Como sus memes hilarantes. Porque, ¿qué sería de nosotros sin los memes? Esa moderna y escueta sublimación del arte de la sátira. Gracias a ellos el ingenio es algo omnipresente en nuestra jornada. Son el reflejo inmediato, ocurrente y a veces cáustico de la actualidad. Una brillante arma de la opinión pública para reflexionar, quejarse o burlarse de lo que está pasando. En tiempo real, de manera inmediata y con alcance universal. Si antes los chistes se contaban en el bar o delante de la máquina de café, ahora corren y se viralizan por WhatsApp, Twitter y Facebook. No sé vosotros, pero, en un momento de bajón, mi mejor antídoto contra la tristeza es meterme en TikTok o Instagram y reírme un rato en cuentas ingeniosas. Hay miles y no paran de nacer, como @un_saludo_a_todos, @spainsays o @baddiewinkle. Hace unos meses, una noche, cenando en una terraza, le enseñé la cuenta de Celeste Barber (@celestebarber) a una amiga que estaba un poco floja. ¡Llegué a pensar que se ahogaba! Literalmente, lloraba de risa. Y no es para menos, porque la australiana ha construido una marca a base de parodiar vídeos y fotos absurdas, idílicas e irreales de modelos y famosas, dando su versión más original y auténtica. Sin filtros ni Photoshop. Arrasa, tanto que tiene más de 9 millones de followers y acaba de sacar un libro: 253 pasos para convertirte en la anti-it girl. Porque en la moda, como en la vida, la ironía juega un papel importante. Es lo que cree Jeremy Scott, el diseñador de Moschino, a punto de cumplir diez años en la firma italiana. A través de sus lentes pop y con sus creaciones –desde los bolsos-osos de peluche hasta vestidos en forma de lámpara–, disecciona el mundo, haciendo del sarcasmo su caballo de batalla. «Lo que más necesitamos ahora es escapismo», afirma, antes de añadir que el mejor regalo que le podemos hacer a una persona es una sonrisa: «Si con mis creaciones consigo alegrarle el día a alguien, me conformo». «No soy feliz y burbujeante todo el tiempo, pero me atrevería a decir que ¡sí casi todo el tiempo!», nos confía la gran diva Kylie Minogue. Aquí hemos venido a reírnos. Este verano, ¡hagamos el humor!