Los viejos nos divertimos más
Si volviera a nacer, sería un zorro. Esta feminista precoz con una infancia salvaje está convencida de que las utopías regresarán. En su libro ‘Cuestiones candentes’, analiza la realidad actual bajo su mirada incisiva.
Está en su casa, en Toronto. Dentro de una habitación repleta de libros. Se atusa su revuelta melena blanca y se describe a sí misma como una «procrastinadora de grado A». Le contesto que parece improbable, dado lo mucho que escribe, y pone cara de circunstancias. «Lo sé, es horrible, ¿verdad?», dice. Cuando le pregunto cómo ha conseguido condensar en su última colección de ensayos, Cuestiones candentes (Salamandra) –una obra de 500 páginas–, su producción de no ficción de las dos últimas décadas, vuelve a estremecerse ante su propia productividad: «Espantoso». Pero añade: «Si escribir no fuera un placer, no lo haría». Margaret Atwood (Ottawa, 1939) nos plantea en sus discursos si queremos seguir vivos o si vamos a actuar frente a la tragedia que supone el cambio climático; analiza la democracia y nos anima a cuidar los pájaros desde Bird Life International y a luchar por nuestros derechos, no sólo desde su creación literaria, sino como miembro de la ONG Amnistía Internacional. Su nombre aparece en novelas, poemarios, obras de teatro... Es un torrente de imaginación y actividad a sus 83 años. Algo que contrasta con el sosiego que transmiten los leves movimientos de su cuerpo enjuto, su suavísimo hilo de voz y esos pálidos ojos azules que miran sonrientes con inteligencia serena. Le gusta hacer preguntas y la han descrito a menudo como una profeta, gracias a su asombrosa capacidad para prever el futuro en sus títulos.
Una de las primeras preguntas que iba a hacerle...
¿Qué se siente al ser muy muy vieja?
¡En absoluto!
Es más divertido de lo que crees.
Bueno, amplíe eso.
Mientras no te estés muriendo, no tienes nada que perder. Los viejos nos divertimos más. A diferencia de ti, tenemos menos ansiedad, ya conocemos el final de la trama.
¿Qué tal te llevas con el mundo ChatGPT?
Lo conozco. George Orwell ya lo pensó. ¿Máquinas que producen literatura basura para las masas? ¡1984!
¿Así que no lo vas a usar para un tercer viaje a Gilead?
(Pone su mano sobre el corazón a modo de juramento). ¿Por qué iba a hacerlo? Sería malo.
persona non grata
¿Qué se siente al ser en varios condados de Estados Unidos, donde los consejos escolares han prohibido en sus bibliotecas
El cuento de la criada?
No soy la única dentro de esa lista. Toni Morrison y Stephen King también han sido censurados. Se supone que es porque hay demasiado sexo en nuestros libros. Entonces, ¿cuándo van a prohibir la Biblia?, porque tiene mucho sexo y violencia. ¿En qué siglo vivimos? ¡Por favor! Hemos visto todo esto antes, mira el estalinismo. Hay que leer más historia. Se empieza así, y luego se piensa que hay que deshacer lo que otros han hecho. A quien dice «quemadlo todo» hay que preguntarle con qué piensa reemplazarlo. Y, una vez que inicias la quema, el siguiente en arder serás tú, porque ya sentaste un precedente. De todos modos, hoy se denuncia la cultura del enfado excesivo. Así que voy a manifestarme, porque me siento ofendida por los ofendidos.
El año pasado llegó al punto de encargar una versión ignífuga de su obra censurada. ¿Con qué propósito lo hizo?