Francisco Javier Vera
Ambientalista, fundador del movimiento ‘Guardianes por la vida’ y defensor del derecho humano a un ambiente sano.
Cuenta Francisco Javier Vera (Bogotá, 2009) que siempre se sintió maravillado por el lugar en el que vivía, un pequeño pueblo en las montañas de los Andes llamado Villeta, rodeado de arroyos y con una especie única de tucanes. Pero un día de hace tres años, viendo la televisión, se enteró de que el Amazonas estaba sufriendo graves incendios forestales y aquello le causó tanta impresión que pensó que había que hacer algo más que contemplar el desastre en imágenes. Así que no se lo pensó dos veces: convocó a seis compañeros de aventuras y fundó Guardianes por la vida. Y lo que empezó siendo una reunión de amiguitos sin mayor trascendencia se ha convertido ya en un movimiento de más de medio millar de niños y niñas que se movilizan por la acción climática en Latinoamérica y en España.
¿No es un peso muy grande ser activista con 14 años?
Yo lo veo como un privilegio, creo que este momento de la historia necesita de líderes que inspiren a hacer un cambio en la sociedad. También hago las cosas que cualquier otro niño: voy al instituto, me encanta oír música, ver TikTok y shorts de YouTube de creadores de contenido que sigo como entretenimiento. En el día hay mucho tiempo para todo.
¿Qué pueden hacer los niños y los adolescentes para frenar la crisis climática tan preocupante que vivimos?
Podemos llamar la atención de los adultos sobre la necesidad de actuar, pero nosotros no somos quienes vamos a solucionar el tema. Al final, estamos poniendo en la agenda pública un asunto que compromete nuestro presente y nuestro futuro, y creo que eso ya es un gran aporte.
¿En qué iniciativas inmediatas estás metido ahora?
Estamos desarrollando una escuela de formación ambiental para niños. Y hemos creado un manifiesto para que se escuche nuestra voz y se lo hemos enviado a varios gobiernos.
¿Tienes esperanza en el futuro o lo vives con angustia?
El presente es preocupante. No sólo atravesamos una crisis climática sino hambrunas, conflictos bélicos, pandemias, enfermedades, pobreza y desigualdad. Mucha gente joven está sufriendo ecoansiedad porque son muy sensibles a todo esto. Yo no lo vivo así y, de hecho, uno de mis objetivos es promover en los otros niños el concepto de ecoesperanza.