ENCUENTRA LA CALMA
Con estos sencillos cambios en tu casa y en tu vida llevarás una existencia más relajada, ganarás en seguridad ¡y serás más feliz!
El estrés, los atascos, las prisas por querer llegar a todo, los cambios, elegidos o no, a los que nos enfrentamos cada día… Seguro que te suena más de lo que te gustaría, pero en tu mano está conseguir que te afecte lo menos posible. A través del proyecto El hogar del cambio, de IKEA, la psiquiatra y neurocientífica Rosa Molina te propone una serie de pautas para tener una vida más relajada:
¿Qué hacer para tomarnos las cosas con calma?
Dormir lo suficiente es fundamental y hay que crear el ambiente adecuado para ello. Pero, además, como nuestro cuerpo dispone de relojes internos, acostarnos siempre a la misma hora hará que tendamos a tener sueño en torno a esa misma franja horaria. El hogar debería ser ese lugar que nos permitiera huir del ruido. Y no me refiero sólo al auditivo, sino también al que entra por otros canales como el de la vista. Tener una habitación ordenada y con poco ruido visual nos ayudará a estar más relajados. Establecer rutinas, limitar el consumo de tóxicos, hacer ejercicio y cuidar las relaciones sociales son otros hábitos de higiene mental que conviene aplicar.
¿Qué señales del cuerpo se asocian al estrés?
El estrés activa el sistema de ‘lucha o huida’ de nuestro sistema nervioso autónomo, lo que puede llevar a cambios físicos y químicos en el cuerpo, como el aumento de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial, tensión muscular, sensación de agotamiento físico, molestias gástricas o náuseas. Además, el estrés mantenido en el tiempo produce la liberación de hormonas, como el cortisol que, a largo plazo, puede debilitar nuestro sistema inmune. Conviene estar atentos a estas señales de alarma para poner solución lo antes posible y que el problema no vaya a más.
En nuestra vida nos enfrentamos a infinidad de cambios, ¿cuáles son los que nos suelen afectar más?
Los cambios siempre suponen un reto. Si son elegidos, pueden ser emocionantes y positivos, pero al mismo tiempo generar cierta ansiedad y estrés por la incertidumbre y el miedo al fracaso o a lo desconocido. Si son impuestos, podrían ser, psicológicamente hablando, más difíciles de manejar al quedar fuera de nuestro control y suelen generar mayor malestar, especialmente cuando tienen un impacto negativo en nuestras vidas.
Y cuando somos nosotros quienes generamos esos cambios, ¿cómo debemos hacerlo?
Ayuda mucho identificar objetivos y priorizar, establecer metas realistas, comenzar con pequeñas medidas conscientes, practicar la autodisciplina y buscar apoyo, sinergias y retroalimentación.
¿Por qué debemos dedicar un tiempo a relajarnos?
Es una de las mejores inversiones a futuro. Además de mejorar la salud física y mental, nos ayuda a pensar mejor, a priorizar y a tomar las decisiones correctas. El hogar debería facilitarnos esta labor y ser ese espacio que nos aporta la calma y seguridad que precisamos. Y es que, ¿quién no ha experimentado esa necesidad de volver a su casa tras una situación emocional intensa?