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Sólo el dinero no vale
Harvard Business School, una de las escuelas de negocios más prestigiosas del mundo, ofrecerá matrículas gratuitas de MBA a los estudiantes con menos ingresos como respuesta a la creciente preocupación en Estados Unidos por los costes de la educación superior y la necesidad de aumentar la movilidad social.
La escuela renunciará a las tasas anuales durante los dos años de su emblemático programa de MBA de una décima parte de los alumnos, unos 200 de la actual promoción de 2.000.
“Harvard Business School debe ser un lugar en el que los futuros líderes con más talento puedan desarrollar su potencial”, señala el decano Srikant Datar en un comunicado, en el que añade que la escuela “quiere eliminar las barreras financieras que se interponen en su camino y aliviar la carga de la deuda para que puedan centrarse en convertirse en líderes que marquen la diferencia en el mundo”.
Los solicitantes serán valorados en función de sus ingresos brutos en los tres años previos, sus activos, su entorno socioeconómico y sus niveles de deuda universitaria. Aun así, se les exigirá que cubran los gastos de manutención y el seguro, estimados en unos 35.000 dólares al año.
Mejores condiciones
El dinero no siempre ayuda a quien pretende entrar en una universidad excelente, en una escuela de negocios selecta, o en un programa exclusivo. Tampoco los contactos o unas relaciones bien tejidas. La credibilidad y el futuro a largo plazo de universidades y escuelas de negocios descansa en sistemas de admisión que garantizan captar a los mejores. Los filtros son fundamentales e independientes. Al aceptar a un candidato, éste queda sometido a una presión tremenda, y ahí no valen enchufes y recomendaciones. Si no tiene un perfil adecuado, corre el riesgo de tener que abandonar por bajo rendimiento.
Lo que cuenta es captar en primer lugar a los más listos; luego a los que ofrezcan un perfil que encaje con la institución; más tarde a los que cuenten con una recomendación... Y por último está el expediente académico.
El presidente Joe Biden prometió durante su campaña electoral reformas en relación a la deuda estudiantil de 1,6 billones de dólares del país, que hasta ahora han incluido algunas pausas en el cobro de los pagos.
El movimiento Black Lives Matter también ha reorientado el debate sobre el acceso a la universidad. Steven Rogers, antiguo profesor de Finanzas, dejó Harvard en 2019 tras expresar su “fuerte decepción” con la escuela de negocios por no haber hecho más en aras de la diversidad. Desde entonces, ha publicado un plan de acción de equidad racial y ha nombrado a un jefe de diversidad e inclusión, así como a otros profesores que se identifican como negros o afroamericanos.
A principios de este año, Dartmouth anunció que se uniría al puñado de universidades estadounidenses que aceptan a estudiantes universitarios de todo el mundo, independientemente de su capacidad de pago, en un esfuerzo por mejorar la diversidad de sus estudiantes. La universidad renunciará a tasas anuales de matrícula y alojamiento de 80.000 dólares para aquellos que reúnan las condiciones necesarias.
Sin embargo, otras universidades estadounidenses han abandonado en los últimos años las políticas de admisión que eximen del cumplimiento de determinados requisitos financieros, alegando la presión económica.
Harvard posee el mayor fondo universitario del mundo, y su escuela de negocios, apoyada por las donaciones de exalumnos, proporciona un presupuesto anual de ayuda financiera estimado en 45 millones de dólares. La Harvard Business School explica que alrededor de la mitad de sus estudiantes reciben becas basadas en la necesidad, con una ayuda anual promedio de 42.000 dólares en 2021-22.
Chad Losee, director general de admisiones de MBA de la escuela de negocios, declara: “Es inusual que una escuela de negocios de posgrado siga un enfoque de ayudas financieras basado en las necesidades. Creemos que tenemos el mayor”. Señala que los estudiantes entienden el valor a largo plazo del MBA, pero “queremos ayudar a la gente a abordar realmente las preocupaciones sobre los costes iniciales”.