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La empatía, la amistad y otros remedios para trabajar a gusto
⬤ Estar ‘a gusto’ es una expresión que denota satisfacción, comodidad, calma y pausa en un entorno propicio. Pocas veces se relaciona con la empatía o la amistad sana que hacen que la actividad laboral fluya sin preocupaciones, un antídoto contra los malos rollos que circulan en entornos de trabajo nocivos para las personas, su productividad y, por ende, para los resultados de negocio. Son precisamente la empatía y, en algunos casos, la amistad entre los miembros de un equipo los mejores remedios para trabajar ‘a gusto’. ⬤ La empatía y la amistad son clave para generar colaboración e innovación en los equipos, según Miguel Pardo, ‘chairman’ de Vistage España: “Suelen apoyarse en la confianza –sin ella no hay relaciones, sin relaciones no hay equipo–; el cuidado –no sólo cuenta el trabajo, sino nuestra salud, vida personal y familiar–; y el desafío: los equipos con amigos se desafían de forma positiva. Buscan nuevas ideas, proyectos y horizontes.
⬤ Para Paz Calap, ‘coach’ de desarrollo personal y emprendedora, la amistad y la empatía son buenos aliados. Sin embargo, cree que “el mejor antídoto y el socio perfecto para salir fortalecido en entornos laborales hostiles es el desarrollo de habilidades de autogestión mental y emocional”.
⬤ Diego Fernández Requejo, especialista en estoicismo organizacional, recuerda que “las personas solitarias, egoístas o inseguras tienden a hacer de sus defectos el centro de su personalidad en el entorno de trabajo, ya sea esforzándose por ocultarlos, dándoles vueltas o exteriorizándolos”. Por este motivo cree que, “contar con un entorno empático, que no juzgue, que mire más por las posibilidades de crecimiento y que se detenga menos en revolver los problemas y más en solucionarlos, es un buen antídoto para entornos laborales hostiles”. Dice que, en ocasiones, basta con unos segundos de coraje irracional para no aplaudir una crítica y sustituirlo por un cumplido: “Puede que no se consiga nada, pero la persona antídoto debe intentarlo, porque la inacción cumple su objetivo: perpetuar el entorno tóxico y hostil”.