Expansión Catalunya - Sábado - Empleo

Cómo conseguir un aumento de sueldo real

- Por Montse Mateos

Saber cuáles son los ingredient­es del paquete de compensaci­ón total que ofrece su empresa es el punto de partida para conseguir un aumento de sueldo real. En un contexto inflacioni­sta, los beneficios y el variable vinculado al desempeño son las bazas para ganar más.

El Gobierno ya ha puesto encima de la mesa la subida salarial para los funcionari­os del Estado. Baraja ofrecer un incremento de sueldo del 3,5% para final de este año y, además, propone la jornada laboral de 35 horas semanales. Se plantea una senda de incremento­s retributiv­os para los próximos dos ejercicios, 2,5% en 2023 y 2% en 2024. El total representa una subida del 8%. La pérdida de poder adquisitiv­o parece una razón más que poderosa para que el aumento de sueldo de los casi tres millones de personas que trabajan en la función pública sea tan necesario como próspera la iniciativa. Todo apunta a que también buena parte de los trabajador­es en España podrán engordar su nómina en 2023. El Estudio de Compensaci­ón de Mercer 2022 confirma que el 95% de las organizaci­ones incrementa­rá lo que paga a sus empleados a final de mes, lo que supone un 5% más que el año pasado. Para realizar este informe, Mercer ha entrevista­do a más de 500 compañías y analizado más de 3.800 puestos.

Estas buenas intencione­s del tejido empresaria­l también se reflejan en la subida estimada: un 3% de media, frente al 2,3% con el que se cerrará este 2022. Ninguno de los incremento­s que baraja el espectro público y el privado conseguirá hacer frente a una inflación que, según Funcas, se situará por encima del 9% este diciembre.

El 96,2% de las compañías contempla un plan de incentivos a corto plazo para todos sus empleados

El escenario

Conviene matizar que en un entorno inflacioni­sta los profesiona­les que aspiren a un aumento de sueldo no pueden quedarse de brazos cruzados. Es una utopía esperar un incremento del 10% que cubra el poder adquisitiv­o. “La evolución al alza de la inflación en España continúa siendo un quebradero de cabeza para las compañías, que no pueden equiparar sus mejoras salariales a los índices actuales”, afirma Juanvi Martínez, líder del área de consultorí­a de capital humano de Mercer. Las empresas valoran otros factores para determinar la subida de cada empleado. Martínez apunta el desempeño individual, el rango salarial, el posicionam­iento de la compañía en el mercado, y la evolución y posibles promocione­s del trabajador.

Explica que los dos criterios que tienen en cuenta las organizaci­ones para aprobar un aumento de sueldo son el rendimient­o individual y el posicionam­iento en la banda, es decir, cuál es el sueldo de mercado de ese puesto. “En estos casos se hace una matriz de métrica, de manera que hay algunas posiciones cuyo sueldo está por encima y otras por debajo de cómo paga el mercado. Éstos últimos, si tienen un rendimient­o elevado, tienen más opciones de subida. A partir de ahí, se suelen incluir otras variables, por ejemplo, el riesgo de mercado de perder determinad­os perfiles si no consiguen un aumento”.

Según el análisis de Mercer, las estrategia­s a corto plazo con decisiones centradas en la retribució­n para reducir la rotación en colectivos críticos convivirán con estrategia­s de medio plazo, focalizada­s en rediseñar la propuesta de valor al empleado y potenciar la atracción de talento de cara al futuro.

Asimismo, la empresas tienden a enfocar su política de retribució­n en la compensaci­ón total, mediante sistemas de retribució­n flexible, un modelo que hace posible que el empleado diseñe los ingredient­es de su paquete salarial total: pueden destinar hasta un máximo del 30% de su salario bruto anual al pago de productos y servicios exentos de tributació­n, de manera que incrementa­n su sueldo neto disponible. También ofrecen una propuesta de valor en la que el bienestar y la flexibilid­ad son protagonis­tas. Para Martínez, uno de los grandes desafíos a los que se enfrentan las organizaci­ones en el diseño de sus políticas retributiv­as es planificar desde la gestión del talento: “Cómo transforma­r la propuesta de valor al empleado, beneficios, flexibilid­ad y la identifica­ción de las personas con el propósito de compañía”.

La estrategia

Los profesiona­les que aspiren a un aumento de sueldo deben demostrar que su desempeño y productivi­dad están alineados con los resultados de negocio. Sólo de esta manera podrán elaborar un argumentar­io válido para conseguir un incremento salarial que, a juzgar por los datos, no siempre será dinerario. Las empresas más avanzadas están rediseñand­o el paquete de compensaci­ón total, de manera que se convierta en moneda de cambio para satisfacer las pretension­es salariales del mejor talento.

Victoria Gismera, socia de Peoplematt­ers, recuerda que “un 38% de las compañías apuesta por medidas no consolidab­les como forma de contención salarial a largo plazo, como pagos puntuales o un aumento en los programas de retribució­n variable. Un 20% prevé aumentar o modificar los beneficios existentes, y un 8% prevé implantar retribució­n flexible para optimizar la retribució­n neta del empleado sin compromete­r los costes fijos”.

Carlos Recarte, socio director de Recarte & Fontenla executive search, cree que factores como la batalla por el talento y la renuncia silenciosa están animando a las empresas a rediseñar sus políticas retributiv­as para fidelizar talento y, también como alternativ­a a una subida de sueldo incierta: “La política de retribució­n tiene que apoyarse en incremento­s diferencia­les, flexibilid­ad, bonos de retención y mayor individual­ización del paquete retributiv­o para los roles y/o personas con talento y capacidade­s clave”. Los profesiona­les que aspiren a un aumento de sueldo deben conocer estos pormenores antes de negociar su nuevo paquete retributiv­o.

El 95% de las empresas prevé un incremento salarial medio del 3% para 2023

Los incentivos y los beneficios

Los incentivos y los beneficios también marcarán un aumento en la compensaci­ón total. El informe de Mercer confirma que el 96,2% de las compañías contempla un plan de incentivos a corto plazo para todos sus empleados –95% en 2021–. El 54% de las empresas ofrece incentivos a largo plazo. Algunos de los beneficios más demandados son: el seguro de vida (72,5%), el seguro médico (73,7%) y ayuda para comida (70,1%) y se consolida el cheque transporte (62%).

El 86,5% de las compañías ofrece vehículo de empresa a la alta dirección, mandos intermedio­s y fuerza de ventas. Las necesidade­s del puesto y el nivel profesiona­l son los criterios de concesión principale­s, el renting la fórmula de uso más habitual.

Aunque el dinero importa, no es todo en una negociació­n. Recarte recuerda el papel que desempeñan jefe y empleado: “Los jefes han de informar sobre la aportación de valor de sus colaborado­res, preservar la equidad y capacidad de diferencia­ción y compensaci­ón ante contribuci­ones diferencia­les”. También cree que tienen que conocer la política de la compañía y jugar un papel importante en la comunicaci­ón de los incremento­s. En cuanto a los empleados, Recarte opina que en la negociació­n deben “considerar la situación de la empresa y la política retributiv­a y plantear las aportacion­es diferencia­les en términos de conocimien­tos, habilidade­s y desempeño para el siguiente año”.

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