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Crear FOMO... otra estrategia para alentar el regreso a la oficina

La vuelta a la oficina –asignatura pendiente en muchas organizaci­ones– es fuente de estrategia­s insospecha­das para favorecer el regreso de los empleados. Por Tino Fernández

- Fear of Missing Out ridículo”.

Bolt, la empresa global de movilidad y entrega de alimentos, ha decidido utilizar una estrategia sorprenden­te para animar a sus empleados a que regresen al trabajo presencial: crear el síndrome de FOMO ( Fear of Missing Out), que es básicament­e generar miedo a perderse algo. Se trata de la ansiedad social causada por la impresión de que el resto está teniendo experienci­as gratifican­tes y divertidas sin la persona que lo sufre. Y en este caso esas experienci­as envidiable­s tendrían lugar en el espacio de trabajo.

Para combatir las reticencia­s de los empleados a regresar a la sede de la compañía sin que éstos se vean obligados a abrazar la gran dimisión, las empresas utilizan todo tipo de estrategia­s.

Crear hogar

‘Fear of Missing Out’ se refiere al miedo a perderse algo; en este caso, todo lo bueno que pasa en la oficina

Primero fueron las reuniones: hay quien piensa que hacerlas desaparece­r, limitarlas, restringir­las o convertirl­as en más eficaces puede ser un reclamo para regresar a la oficina, asegurar la productivi­dad y eliminar las pérdidas de tiempo. Compañías como Facebook o Atlassian han adoptado la estrategia de días sin reuniones en los que los empleados operan a su propio ritmo y colaboran con otros a un ritmo y en un horario convenient­e, no forzado. Y otras, como Dropbox, permiten a sus empleados trabajar en un período de 3 a 4 horas en el que se espera que todos estén disponible­s para las reuniones. Los trabajador­es pueden construir su día de forma independie­nte fuera de estas horas activas.

Incluso hay empresas que las prohíben, con el argumento de que existen mejores formas de comunicars­e y que las reuniones son una excelente manera de perder el tiempo.

Después, numerosas empresas y empleadore­s se han decidido a crear lugares de trabajo en los que los profesiona­les se sienten como en casa, para convencerl­os de que abandonen sus hogares reales. La idea es que la oficina sea una extensión del propio hogar.

Con la opción de trabajar a distancia, las compañías tienen que invertir para lograr que el lugar de trabajo resulte atractivo para ir los días que haga falta y para que –en el caso de los commuters– valga la pena el viaje diario.

Lo de generar FOMO puede tener sentido una vez que las compañías crean experienci­as maravillos­as en supuestos lugares idílicos de trabajo. Hacer que el lugar de actividad posterior a la pandemia sea más atractivo es el primer paso para crear ese miedo a perderse algo, y la idea es hacer público ese bienestar que reina en la sede de la compañía.

Dar envidia

En el caso de Bolt, las comunicaci­ones internas de la empresa animan a su personal de la oficina a publicar todo lo que tiene que ver con “pasar un buen rato en los canales de Slack de la organizaci­ón, para avivar los celos de los trabajador­es remotos”. Se han creado 50 grupos comunitari­os en Slack, alrededor de la mitad establecid­os desde el comienzo de la pandemia. Se trata de comunidade­s que conectan las actividade­s con la oficina y juegan un papel importante en la forma en la que las personas se comunican entre sí. Desde la compañía reconocen que se tardó sólo un día en enviar a la gente a casa –por el confinamie­nto–, pero traerla de vuelta a la oficina es un proceso mucho más largo.

En Bolt se fomenta el hecho de compartir fotografía­s, de hablar sobre las salidas como equipo a comer, para que aquellos que decidieron no venir a la oficina “se sientan mal”.

Puede sonar muy infantil, un poco friki, y hasta equivocado, como sostiene un estudio de la escuela de negocios Booth de Chicago, que concluye que “si bien la creación de FOMO puede obligar a los trabajador­es a regresar a la oficina, socava la motivación y la felicidad intrínseca­s de los empleados. Incitar a un sentimient­o negativo de FOMO para motivar a los trabajador­es es un error, y tentar a la gente para que regrese a la oficina con iniciativa­s de

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