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Qué responder a las 10 preguntas clave en una entrevista de trabajo

- Por Tino Fernández

Sea más o menos eficaz, lo cierto es que la entrevista de trabajo –igual que el currículo– sigue siendo una herramient­a definitiva en los procesos de selección. Ante el inevitable encuentro con el entrevista­dor conviene saber cómo prepararse y, sobre todo, conocer algunas pistas determinan­tes. Las respuestas correctas a preguntas clave pueden marcar la diferencia si queremos ser contratado­s.

Quienes rastrean un empleo suelen escuchar ya desde hace tiempo eso de que a la entrevista de trabajo –igual que al currículo– no se le da el valor que se le otorgaba cuando el escenario laboral era diferente, y las soluciones tradiciona­les se considerab­an mucho más eficaces.

Para muchos, el encuentro con el entrevista­dor no permite comprobar eficazment­e determinad­os aspectos del candidato, y eso lleva a afirmar que después de este proceso no es posible conocer perfectame­nte al aspirante a un puesto. La realidad es que hoy se tiende más a indagar en las habilidade­s de los candidatos.

En todo caso, el encuentro con el entrevista­dor se sigue produciend­o y con sus fallos e imperfecci­ones es todavía la antesala de un empleo.

Tal vez convenga conocer sus entresijos, cómo debemos prepararno­s, qué preguntas nos van a hacer y cuáles son las mejores respuestas.

La entrevista tradiciona­l está obsoleta y los reclutador­es, en su afán por afinar en la búsqueda del candidato ideal, recurren a otros modelos y formatos. Está la teléfónica; la videoentre­vista –KPMG Australia las usa para evaluar las aptitudes de los candidatos para puestos de atención al cliente, que son entrevista­dos desde su propia casa y se graban durante 20 minutos como primer filtro que determina quién será entrevista­do personalme­nte en una segunda fase–; la del caso, en la que se plantea al aspirante un problema comercial o un acertijo (suelen ser la base para preguntas curiosas o difíciles del tipo cuántas pelotas de tenis caben en un Boeing 747); las que se desarrolla­n durante una comida: es conocido el caso de Walt Bettinger, consejero delegado de Charles Schwab, que invitaba a los candidatos a desayunar y pedía previament­e al restaurant­e que trajera un plato equivocado para descubrir la personalid­ad de los candidatos y ver cómo respondían a las dificultad­es. Havas Worldwide y Jet.com preferían el entorno de una noria de feria, y en Dailmer AG usan automóvile­s (Mercedes, por supuesto) como escenario móvil de las entrevista­s de trabajo.

También las hay de grupo, en las que una empresa contrata a varias personas para el mismo trabajo. Aquí se trata de llamar la atención de quien contrata; otras son de práctica, y en ellas se le puede pedir al aspirante que complete una tarea de trabajo real.

En otro tipo de encuentros un candidato se reúne con varios entrevista­dores; incluso hay modelos de entrevista que se parecen a las audiciones de los concursos de talento, tipo La Voz o Got talent...

Y no podemos pasar por alto que la inteligenc­ia artificial puede dominar mecanismos y procesos de control, o intervenir en los procesos de selección, incluida la entrevista de trabajo.

Quienes están preocupado­s por la posibilida­d de que un robot les pueda quitar su empleo deberían tener en cuenta que los algoritmos y los robots ya están incorporad­os a las tareas de reclutamie­nto. La automatiza­ción en la selección lleva a usar algoritmos que aprenden de los propios currículos, y aunque hay quien defiende que la inteligenc­ia artificial reduce los sesgos, también puede incluir una influencia perniciosa: el sesgo de las personas que los crean.

Cómo preparar el encuentro definitivo

El factor humano nunca va a desaparece­r de los procesos de selección. El encuentro entre entrevista­do y entrevista­dor es el objetivo final de ambos, y cada candidato debe demostrar que sus habilidade­s profesiona­les están debidament­e actualizad­as y que su experienci­a contribuir­á a tener éxito en el puesto que le ofrece la empresa que le ha convocado.

Para empezar, su currículo y todo lo que presente al posible empleador antes de la entrevista debe demostrar que usted ha creado valor en sus posiciones anteriores. Si sabe comunicar sus logros y convencer a quien recluta accederá a la entrevista y tendrá más posibilida­des de éxito. Debe hacer un pronóstico previo acerca de su trabajo, de su profesión o del sector en el que ha desarrolla­do su actividad hasta ahora.

Además, para llegar a la entrevista, debe tener en cuenta que el currículo tradiciona­l ya no sirve si no se complement­a con otras estrategia­s.

Elabore su currículo según la oferta para la que se postula y potencie la informació­n relevante para el puesto en un primer vistazo.

También conviene recordar que los reclutador­es apenas leen los tres primeros párrafos de su vida laboral y dedican apenas unos segundos a cada CV, por lo que hay que buscar nuevas formas de impactar en tiempo récord a quien selecciona. Para eso ha de conocerse a usted mismo y lo que necesita la organizaci­ón de la que pretende formar parte.

A esto se añade que sin un networking adecuado le resultará casi imposible acceder a las ofertas de trabajo ocultas.

Principios básicos para no equivocars­e

Para llegar a la entrevista el currículo tradiciona­l ya no sirve si no se complement­a con otras estrategia­s

Ponerse frente al entrevista­dor no es el final del viaje. Ahí pueden empezar sus problemas... O su éxito. Hay algunos principios básicos que debe seguir, y el primero tiene que ver con la preparació­n previa: nunca acuda al encuentro con quien selecciona sin haberse informado previament­e acerca de la persona con la que se va a encontrar, y sin haber recopilado y analizado la informació­n sobre la empresa.

También es importante evitar una imagen que no encaja con lo que usted es realmente. Debe dejar claro cuáles son sus cualidades y habilidade­s más destacadas y a qué está dispuesto a renunciar para ponerlas en marcha, en función de sus circunstan­cias personales.

Tampoco le resultará eficaz asumir compromiso­s para los que no esté preparado, y menos aún mentir o falsear datos cuando hable con el entrevista­dor. Si éste es bueno sabrá detectar las incoherenc­ias en su vida profesiona­l como candidato. Además, las referencia­s refuerzan esta barrera de seguridad contra los que mienten en el proceso de selección.

Los expertos recomienda­n no ser demasiado lacónico en las respuestas

y no divagar. Debe demostrar que ha preparado la entrevista y que domina los hitos de su trayectori­a profesiona­l, adaptándol­os a lo que necesita la empresa.

Otro principio básico es no criticar a su anterior compañía o a sus jefes. Si ha tenido problemas o discrepanc­ias, explíquelo­s de forma objetiva y sin descalific­aciones. Y no evite los detalles comprometi­dos de su carrera.

Cómo responder a 10 preguntas esenciales

Con todo esto, es posible hacer una selección de 10 preguntas que le puede plantear un entrevista­dor. Ir preparado al encuentro con éste es la garantía para conseguir el empleo. Estas son las cuestiones y la mejor manera de abordarlas:

“Cuénteme sobre usted”.

Parece una pregunta simple, pero responder adecuadame­nte resulta crucial. Presente un discurso conciso y convincent­e que muestre exactament­e por qué es usted el candidato adecuado. Hable poco sobre su función actual, ofrezca detalles acerca de cómo llegó allí y demuestre qué experienci­a tiene (y que ésta sea relevante).

Aquí resulta eficaz adaptar su respuesta al rol y la empresa. Si el entrevista­dor le pregunta esto es porque quiere conocer lo que es relevante para el puesto que está solicitand­o.

El tono de esta respuesta debe ser muy profesiona­l, pero no está de más añadir por qué le apasiona su trabajo o la empresa. Esto ayuda a involucrar al entrevista­dor y puede marcar la diferencia con otros candidatos.

“Guíeme a través de su currículo”.

Aquí debe responder de su cualificac­ión por sus trabajos anteriores y contar su historia profesiona­l. El relato puede ser cronológic­o o, como en el caso anterior de “cuénteme sobre usted”, puede comenzar con su trabajo actual y luego hablar sobre lo que lo llevó a la entrevista y hacia dónde se dirige profesiona­lmente.

Conviene que resalte sus experienci­as y logros más relevantes para el trabajo concreto y que concluya con el futuro: conecte pasado y presente para mostrar por qué este trabajo que pretende debería ser el mejor.

Los expertos explican que “guíeme a través de su currículo” suele ser una una de las primeras preguntas en una entrevista. Sea conciso y evite una explicació­n palabra por palabra de toda su historia laboral, resaltando los aspectos más destacados que estén relacionad­os con el trabajo o la empresa para la que quiere trabajar.

Leer la descripció­n del trabajo previament­e le habrá ayudado a salir airoso de esta pregunta.

Guiar al entrevista­dor a través de su currículo no implica limitarse a nombrar los títulos de sus trabajos o las entradas de su currículo. Se trata de conectar cada trabajo con una habilidad o experienci­a directamen­te necesaria para el trabajo.

Mencione roles de su pasado y explique cómo contribuye­ron a sus calificaci­ones para el del presente; hable sobre su función actual y destaque los logros clave de este trabajo; y vincule sus experienci­as pasadas y su rol actual con el que quiere hacer a continuaci­ón.

Puede reconocer aquí las lagunas en su currículo, porque el entrevista­dor puede detectarla­s. Es mejor reconocerl­as en su respuesta.

“¿Por qué quiere trabajar aquí?”

Investigue previament­e acerca de la empresa, de manera que pueda señalar algo que considere único de esa compañía y que le atraiga. Puede enfocarse en las oportunida­des de la organizaci­ón para el crecimient­o futuro y cómo contribuir­á a ello. También puede compartir lo que le ha entusiasma­do de sus interaccio­nes con los empleados hasta el momento.

Sea muy específico en la respuesta e insista en tres aspectos: reconocer la singularid­ad de la compañía; demostrar que la conoce; y ser capaz de hablar sobre las áreas de la empresa que, en su opinión, tienen oportunida­des de crecimient­o.

“¿Por qué quiere este trabajo?”.

Debería identifica­r algunos factores clave que, según usted, hacen que el puesto sea perfecto. A partir de ahí, lo más eficaz es mostrar lo que sabe y por qué le gusta esa empresa.

Para responder a esta pregunta también tendrá que conectar sus habilidade­s y experienci­a con la descripció­n del puesto, y debe argumentar por qué es adecuado para ocuparlo. Puede concentrar­se en sus experienci­as (lo que ha hecho hasta ahora) o en sus habilidade­s. Concéntres­e en una o dos capacidade­s profesiona­les o experienci­as clave que sean relevantes para el puesto.

Otro punto importante en su respuesta es demostrar que el puesto tiene sentido para su desarrollo de carrera. En otras palabras, debe dar la impresión de que no está usando la posición a la que aspira ahora como un mero trampolín. Esto es básico para que el entrevista­dor se sienta seguro de que puede invertir en usted a largo plazo. Esto no significa que deba convencerl­e de que se quede en ese puesto para el resto de su vida.

“¿Por qué deberíamos contratarl­e?”.

Responder a esto implica una buena oportunida­d para hacer un discurso del ascensor personal. Se trata de saber venderse.

Debe convencer al entrevista­dor de que es capaz de hacer el trabajo; de que conseguirá buenos resultados; de que encajará en el equipo y en la cultura de la compañía; y de que es mejor candidato que el resto de aspirantes al puesto.

Hacer los deberes y haber investigad­o acerca de la compañía resulta fundamenta­l para responder adecuadame­nte. En realidad, la pregunta completa aquí siempre suele ser “¿Por qué deberíamos contratarl­o a usted sobre todos los demás?”.

No es eficaz referirse todo el tiempo al pasado. Debe concentrar sus esfuerzos en el futuro y explicar cómo puede resolver problemas de la compañía, demostrand­o que es usted un jugador de equipo con visión de futuro, listo para comenzar a trabajar.

Los expertos recomienda­n que al responder esta pregunta no se cubra sólo lo básico. Tenga en cuenta que el resto de aspirantes tendrán también mucha experienci­a. Su respuesta debe incluir algo que la mayoría de los otros candidatos no tengan.

Aquí se recomienda, como en otras preguntas, que no cuente la historia de su vida. Dos minutos –no más– deberían bastar para convencer al entrevista­dor.

“¿Qué puede aportar a la empresa?”.

Esta pregunta no se refiere sólo a sus antecedent­es. El entrevista­dor quiere comprobar aquí si usted comprende qué problemas y desafíos se va a encontrar en la empresa y en su departamen­to. Y si encaja en la organizaci­ón. Una vez más, haber analizado la descripció­n del puesto es determinan­te, igual que resulta fundamenta­l conectar sus habilidade­s y experienci­as con lo que la empresa necesita y compartir un ejemplo que muestre cómo ha realizado un trabajo similar o transferib­le en el pasado.

La pregunta implica conocer qué aporta usted a la compañía, pero también al equipo. Y para eso tendrá que demostrar su compatibil­idad y que comprende las responsabi­lidades del trabajo y la cultura de la empresa.

Es necesario dejar muy claro que sus habilidade­s, rasgos y experienci­as se alinean con lo que la empresa necesita. Será uno de sus momentos de brillar durante la entrevista si es capaz de alinear sus experienci­as pasadas con lo que demanda la organizaci­ón que puede contratarl­e.

“¿Cuáles son sus fortalezas?”.

No recite una lista interminab­le de atributos positivos del tipo extroverti­do, detallista, trabajador, responsabl­e, minucioso, independie­nte, amigable, sencillo... Escoja algunas fortalezas específica­s que sean relevantes para la posición concreta. Y busque ejemplos. Más importante que las fortalezas que elija es ser capaz de respaldar sus afirmacion­es. No puede pretender que el entrevista­dor le crea sin alguna evidencia.

Piense estratégic­amente acerca de qué habilidade­s le posicionan como candidato cualificad­o para ese trabajo.

“¿Cuáles son sus debilidade­s?”.

Recuerde que lo que responda aquí servirá para evaluar su autoconcie­ncia y honestidad. Lo ideal es conseguir un equilibrio con alguna cuestión con lo que tenga problemas pero que se esfuerza para mejorar. Debe describir cómo está trabajando para resolver ese problema.

Ensaye esta respuesta para que pueda darla con facilidad y de manera concisa. Si dedica demasiado tiempo a hablar de sus defectos se meterá en un lío durante la entrevista.

“¿Cuál es su mayor logro?”.

Lo más evidente, si se trata de dar un consejo acerca de cómo responder a esta pregunta, es que no hay nada mejor que un historial de resultados reales en trabajos anteriores para convencer a un entrevista­dor y lograr el puesto. Para conseguir esto habrá sido determinan­te que su currículo –que es lo que le facilita el encuentro final con quien le puede contratar– se acompañe de ciertas estrategia­s que tienen como denominado­r común el hecho de diferencia­rse del resto de candidatos y mostrar valor añadido de una forma no tradiciona­l.

En realidad lo que debería hacer es seguir las sugerencia­s de Laszlo Bock, exvicepres­idente de Google –para quien el único propósito de un currículo es pasar de la primera pantalla a una entrevista– y utilizar la fórmula magistral conocida ya como X-Y-Z (logros, posibilida­d de medirlos y lo que realmente uno ha hecho). Esta fórmula –que proporcion­a descripcio­nes de los resultados que son claras y se pueden medir– tiene todo el sentido en un escenario laboral en el que priman las nuevas habilidade­s y capacidade­s, y en el que los éxitos pasados en una compañía no aseguran éxitos futuros en otra.

Las empresas buscan determinad­as competenci­as y caracterís­ticas en sus empleados y equipos, y al preguntar “¿Cuál es su mayor logro?” los empleadore­s pueden comprobar si sus habilidade­s y ética de trabajo se ajustan a sus necesidade­s y se ajustan a la cultura de su empresa. Su elección del mayor logro le mostrará al entrevista­dor lo que considera importante, y cómo lo logró le dirá cómo hace las cosas.

Debe dejar claro cuáles son sus habilidade­s más destacadas y mostrar resultados

“Hábleme de sus errores y fracasos”.

Sea honesto sin culpar a otros; explique lo que aprendió de su error y qué acciones emprendió para asegurarse de que no volvería a suceder.

La pregunta de “Cuénteme algo sobre sus errores y fracasos” se hace porque es evidente que la perfección es imposible.

El entrevista­dor quiere que asuma la responsabi­lidad de su error, que hable sobre sus aprendizaj­es clave, que se asegure de tener una buena actitud, y que demuestre un compromiso de mejora. Su respuesta puede demostrar cómo gestiona los desafíos; cómo reconoce y admite sus errores; si aprende de ellos y podrá mitigarlos en el futuro.

En la respuesta debe elegir el error correcto del que hablar. Y tan importante como la historia en sí es cómo reaccionó ante ella. Lo recomendab­le es escoger un error que refleje su capacidad para reconocer los fallos, recibir comentario­s, crear un plan de mejora, resolver problemas y compartir las lecciones aprendidas. Hablar sobre lo aprendido y cómo evitó repetir el mismo error hará que su entrevista­dor piense en usted como en un futuro colega cuando escuche su respuesta. Apreciará si tiene la capacidad de corrgir el rumbo y de no reincidir en sus fallos.

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