Cuando lo que toca es ‘calentar la silla’

⬤ “Algunas veces, exceder la jornada laboral no es que esté mal visto, es que es ‘lo que toca’”. Esta afirmación de José Luis Gugel, socio y fundador de The Key Talent, ilustra lo que popularmente se llama ‘calentar la silla’, es decir, dejarse ver... que no siempre es lo mismo que hacer. “Casi nunca esas horas de más tienen un impacto claro en la productividad de los trabajadores. Cuando sales de casa a las nueve de la mañana y sabes que vas a llegar a las diez o a las once de la noche, casi nunca tienes un incentivo claro para ser productivo. El número de horas que vas a pasar en la oficina te va a permitir trabajar a un ritmo lento o con interrupciones constantes. En jornadas maratonianas, la productividad es siempre la víctima”.

⬤ Sin embargo, Daniele Tramontin, director comercial de Adecco Outsourcing, no cree que esté mal visto que alguien exceda la jornada por costumbre, pero reconoce que es un comportamiento que se ve cada vez menos. En su opinión, la calidad del profesional no depende de la duración de su jornada laboral (si es voluntaria por supuesto), pero afecta a su relación con los demás cuando esta dinámica daña el trabajo de los compañeros.

⬤ Carlos Alonso, ‘managing partner’ de TMI, afirma que extender la jornada laboral por costumbre está mal visto, pero explica que dependiendo del estilo de dirección de las compañías es algo que sucede: “Hay empresas en las que los coches de los directivos están en el aparcamiento hasta que se va el director general, y el día en que el director general está de viaje todos se van a su hora”.