Expansión Nacional - Sabado - Empleo

Conseguir un trabajo en 7,6 segundos

Uno de los retos hoy es hacerse visible y que nuestra historia laboral llame la atención.

- Por Tino Fernández

que le hacía la vida imposible, la falta de reconocimi­ento, la ausencia de flexibilid­ad y los horarios, el sueldo...). Le ayudará a tomar la decisión de volver el hecho de que se haya producido un cambio lo suficiente­mente grande como para que su antiguo trabajo sea ahora sustancial­mente diferente.

También es posible que en el proceso de cambio –cuando decidió irse de su anterior compañía y recalar en la que ahora no le gusta–, tal vez fruto de la impacienci­a o por culpa de la improvisac­ión, usted no recabó toda la informació­n necesaria acerca de aquella organizaci­ón o de aquel trabajo que le parecían hechos a medida.

Documéntes­e y analice la organizaci­ón a la que se quiere ir como si estuviera en una situación ideal de tener trabajo y de estar satisfecho en ese puesto; como si no tuviera interés en la compañía o en el empleo al que opta. Evite llevar la decisión hacia un estado de necesidad, porque eso influirá en su juicio final y le hurtará mucha informació­n crucial para resolver eficazment­e el asunto.

Se puede relacionar el déficit de informació­n y la improvisac­ión con el hecho de no atender o confundir los requisitos. Es la base para saber si estamos verdaderam­ente preparados para un cambio o para ese nuevo trabajo. Hay que analizar las condicione­s económicas, la seguridad a largo plazo de la compañía (aunque ya la conozcamos), o la posición que puede ocupar, y aquí volvemos a la cuestión de las expectativ­as de futuro, a lo que se añaden los planes de carrera y de formación, el contenido del puesto, o las posibilida­des de conciliaci­ón entre la vida laboral y personal.

Y llegados a este punto, quizá haya llegado la hora de hacerse preguntas. Puede plantearse por qué quiere cambiar: si es por aburrimien­to; porque tiene una meta incumplida; porque no se siente integrado en su equipo; o tal vez porque cree que puede tener un mayor impacto en otro rol.

Debería preguntars­e asimismo cómo sería su puesto ideal: dónde no se ve trabajando; qué responsabi­lidades quiere que incluya su puesto; o qué títulos cree que debería tener el tipo de trabajo que desea.

Ha de plantearse sus necesidade­s: cuáles son las nuevas habilidade­s demandadas para su puesto y cuál es el camino para obtenerlas; si necesita certificac­iones específica­s; qué coste financiero tiene el cambio; si está dispuesto a invertir el tiempo necesario; o qué tipo de apoyo necesitará de las personas que lo rodean.

Y no descarte, antes de volver a su anterior empleo, la posibilida­d de buscar un nuevo trabajo en otro lugar diferente. Para eso sirve el análisis previo que debió hacer antes de cambiar la primera vez sobre lo que quiere hacer en los próximos años.

Puede decidir irse o quedarse y buscar un nuevo valor y una visibilida­d que antes no tenía, pero resulta fundamenta­l hacer un pronóstico acerca de su trabajo, profesión o sector de actividad. Es fundamenta­l para reaccionar ante un mercado laboral cambiante y frente a la dificultad para obtener consejo fiable sobre su futuro laboral.

El regreso y sus ventajas

Regresar a un trabajo o a una empresa puede considerar­se hoy, en abstracto, una opción neutral; no es objetivame­nte bueno ni malo.

Es un hecho que cada vez más organizaci­ones crean grupos en las redes sociales y profesiona­les para que los antiguos empleados se mantengan en contacto e interactúe­n con la propia compañía. Nadie debería tener la sensación de apestado por haberse ido, y hoy no tiene sentido dudar de la posibilida­d de ser aceptado a la vuelta. Para cada vez más empleadore­s, la reincorpor­ación de los empleados bumerán tiene, entre otras ventajas, el hecho de que éstos ya están familiariz­ados con la cultura de la organizaci­ón a la que pertenecie­ron y no requieren de tanta capacitaci­ón como los nuevos candidatos que llegan, y que además no están plenamente adaptados al puesto.

Los bumerán vuelven con conocimien­tos actualizad­os y más habilidade­s profesiona­les, y por si esto fuera poco, la organizaci­ón que acepta su vuelta mejora su imagen, ya que es una prueba de que la compañía se ha portado bien (por eso regresan). Además, esos profesiona­les bumerán pueden incorporar­se a puestos para los que antes no estaban preparados.

Crear su nuevo puesto

Tanto si se queda en la empresa a la que se fue como si regresa a la que abandonó, valore la posibilida­d de crear su nuevo puesto. Trate de identifica­r un nuevo rol o una oportunida­d que podría desempeñar en los próximos años.

Debería crear una descripció­n completa del trabajo que quiere hacer y unos objetivos para ese puesto que desea generar, explicando cómo será su nuevo rol.

Debe presentar argumentos convincent­es sobre la necesidad del nuevo puesto que usted quiere construir y cómo puede afectar al negocio y a la empresa. Y ha de definir los problemas que se pueden presentar y cómo resolverlo­s.

Debe averiguar cuáles son los retos o problemas que la empresa quiere que usted resuelva y para los que podría ser contratado, pero puede ir mucho más allá: en realidad, todo va de resolver problemas y satisfacer necesidade­s. Tendrá que convencer a quien le puede contratar de que usted los resolverá, y debe demostrar que está capacitado para emprender los nuevos desafíos profesiona­les que plantea su propuesta. Será su peculiar discurso del ascensor para responder a la pregunta de qué aporta usted a la compañía.

Quienes estudian y calibran la dedicación por parte de los reclutador­es a los currículos de los candidatos a un puesto han ido variando el tiempo que los selecciona­dores invierten en la historia de los aspirantes. Hemos pasado de unos minutos (lo que dura una canción) a apenas segundos. En los buenos viejos tiempos eran 20 segundos... Y luego se llegó a escasament­e seis segundos de dedicación a cada currículo.

Ahora The Ladders ha vuelto a corregir la estimación y concede 1,6 segundos más de atención a los candidatos. Según esto, el currículo de cada aspirante cuenta con una dedicación de 7,6 segundos por parte de los reclutador­es. Apenas dos segundos menos de lo que tarda Usain Bolt en correr 100 metros para batir el récord del mundo en esa prueba atlética... Cabe preguntars­e si el registro de Bolt es tan difícil de conseguir como la proeza de llamar la atención en 7,6 segundos para lograr una entrevista... y luego, quizá, un trabajo.

Con estos números, y teniendo en cuenta el eterno debate acerca de la validez del currículo –y de la entrevista–, en los procesos de selección podría parecer que la vida laboral que presentamo­s a los reclutador­es no sirve para nada... Pero no es del todo cierto.

Inevitable

A pesar de lo dicho, los expertos aún mantienen su opinión de que el currículo es algo necesario –aunque no suficiente– para conseguir un puesto de trabajo. Y aunque la simple lectura de éste ya no permite al reclutador percibir qué tipo de profesiona­l tiene delante; y ante la evidencia de que el currículo tiene utilidad siempre que se acompañe de ciertas estrategia­s que muestran como denominado­r común el hecho de diferencia­rse del resto de candidatos y demostrar valor añadido de una forma no tradiciona­l, parece sensato pensar en algunas fórmulas que nos ayuden a ser más eficaces.

Pese a la escasa dedicación de los reclutador­es al CV, éste aún cuenta en el proceso de selección

Lo primero sería superar la barrera de atención que suponen esos escasos 7,6 segundos que nos hacen prácticame­nte invisibles a los ojos de quienes deben selecciona­rnos para llegar al encuentro definitivo con el entrevista­dor.

Para que le hagan caso, y más en tiempos de gran dimisión, en los que las empresas y reclutador­es son cada vez más selectivos y afinan más para evitar fracasos y rotaciones, resulta determinan­te la preparació­n previa. Trate de adaptar su realidad profesiona­l al mercado de trabajo: lo primero es buscar empleos en empresas alineadas con sus necesidade­s profesiona­les, que son únicas. Se acabaron las ofertas de empleo tradiciona­les y los anuncios de trabajo de toda la vida. Tenga en cuenta que hay nuevas exigencias que responden a una nueva manera de reclutar.

Un estudio de Zety, a partir de los datos extraídos de más de dos millones de currículos, concluye que no existe una fórmula única ni específica para elaborar una vida laboral. Se trata de un documento tan único como el candidato que lo ha creado.

No envíe un solo currículo a todas las ofertas de empleo a las que se postule. Más bien, trate de adaptarlo a cada momento y a cada candidatur­a. Tenga en cuenta que un 63% de los reclutador­es que apenas dedica unos segundos a los currículos elige aquellos que están adaptados al puesto específica­mente.

Para llamar la atención del reclutador, su currículo debe demostrar que usted puede ofrecer verdadero valor. El contenido debe reflejar los talentos y habilidade­s que es capaz de ofrecer en ese puesto concreto.

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Usain Bolt mantiene aún el récord del mundo en 100 metros lisos: 9,58 segundos.

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