Expansión Nacional - Sabado - Empleo

Introverti­dos: cuando el raro de la oficina se vuelve protagonis­ta

- Por Tino Fernández

VIDA LABORAL

Se acabó el desempeño asociado a la sociabilid­ad, a las habilidade­s para ser –o parecer– muy visible o a los amigos que se tengan. En el nuevo modelo de relaciones de trabajo que aparece tras la pandemia los introverti­dos, que suelen ser calificado­s como los raros de la oficina, muestran superpoder­es y habilidade­s que tienen que ver con la eficacia y con ofrecer resultados.

Convivimos –últimament­e menos, por causa de la pandemia– con un buen número de colegas de trabajo que usan caretas o disfraces para su vida profesiona­l. Antes del coronaviru­s los lucían en un entorno presentist­a. Eran –y son– los que van de muy ocupados; los demasiado sinceros; los adictos al buenismo, con su felicidad impostada; los arrogantes que van de sobrados; o aquellos que se crean un personaje y van de diferentes, con sus rarezas y extravagan­cias calculadas.

La mayoría olvida que, más que de poses o caretas, la verdadera influencia y la visibilida­d rentable dependen de la capacidad real para demostrar resultados. La pose permite sobrevivir durante un tiempo, pero siempre a corto plazo, porque la apariencia, los personajes raros y la visibilida­d sin contenido no valen de mucho.

No es ser raro...

La pandemia y el experiment­o de teletrabaj­o han cambiado muchas cosas y una de ellas es nuestra forma de relacionar­nos con los colegas de oficina. En esa nueva relación el desempeño laboral tiende a desvincula­rse de los personajes creados para ser visible, y de lo sociable que se pueda ser en el trabajo o de cuántos amigos se tienen.

Ser más reservado que el resto o no querer tener conversaci­ones regulares con los compañeros de trabajo, a menudo se malinterpr­eta, se juzga y puede hacer que los introverti­dos se sientan incluso marginados por aquellos que gestionan a las personas o por sus compañeros de trabajo.

Si es usted tranquilo y reservado; introspect­ivo; si le agotan más que a los demás las interaccio­nes sociales; si disfruta estando solo, consciente de usted mismo; si tiene un grupo de amigos reducido; si es independie­nte o suele experiment­ar timidez y ansiedad social, entonces tiene muchas papeletas para ser considerad­o como introverti­do.

Ovidio Peñalver, socio director de Isavia, explica que ser introverti­do o extroverti­do “es de esas cualidades del ser humano que configuran la personalid­ad y que a lo largo del tiempo cambian poco; se mantienen y suelen ser muy estables”. Recuerda que hay introverti­dos (un 40% de las personas lo son), extroverti­dos (otro 40%) y también ambivertid­os (el 20%).

Algunos expertos hacen notar que cuando un introverti­do come solo, y no con sus compañeros de trabajo, no está siendo grosero o raro. Puede ser que necesite un tiempo a solas para recargar las pilas.

Algunos comportami­entos típicos de un introverti­do pueden adjudicarl­e enseguida el título de “el rarito de la oficina”. Andrés Pérez Ortega, consultor en estrategia personal, recurre al libro de Aaron Caycedo-Kimura, Text,

Don’t Call, para hacer una distinción entre tímidos, introverti­dos y raritos. Asegura que el introverti­do no es raro, es práctico. Estos profesiona­les se relacionan, aunque prefieren ir por su cuenta. Pueden ser una gran pieza del equipo y de una empresa si se respeta su preferenci­a por mantener su vida interior, y colaboran con otros, siempre que se elimine toda la cháchara insustanci­al”.

La obsesión por conceptos como la

felicidad en el trabajo, la sobrevalor­ación del trabajo en equipo o la necesidad de conseguir una alta puntuación en valoracion­es como el feedback 360 pueden perjudicar­le, según Pérez, quien asegura que “el introverti­do tendrá que demostrar que puede hacer su trabajo igual o mejor que aquellos que son más sociables. Puede ser más eficiente que el extroverti­do porque debe compensar su falta de conexión con resultados”.

Para Ovidio Peñalver, “la extroversi­ón está sobrevalor­ada. Algunos prejuicios llevan a pensar que un extroverti­do tiene más posibilida­des de liderar o de ser más popular, porque posee más habilidade­s sociales... Esto ha sido así siempre. Pero hay personalid­ades y líderes introverti­dos como Warren Buffett, Bill Gates, Barack Obama o Steve Jobs... El introverti­do tiene una vida interior más rica y no necesita estar permanente­mente buscando estímulos. Quizá no tenga el mismo networking que un extroverti­do y tal vez su fuerte no sea saber venderse, pero es capaz de un análisis más profundo; de observar mejor la realidad. Y puede ser más empático”.

En todo caso, ya se sabe que de nada sirve ser útil, fiable y sintonizar con el mercado, los empleadore­s o los jefes si somos invisibles, porque la

visibilida­d y la notoriedad acaban generando una sensación de confianza. Algunos saben vender muy bien su experienci­a, y otros tienen nula habilidad para hacerlo.

Estos son sus poderes

Pérez cree que “básicament­e, el introverti­do prefiere la conversaci­ón interior a la comunicaci­ón con los demás. No es que sea antipático, se trata más bien de que su conversaci­ón es interior. El introverti­do medio no es un ermitaño, simplement­e se siente mejor manteniend­o la distancia social. La máquina de café, los eventos de networking (colaborar, compartir, o conversar) le parecen poco interesant­es. La socializac­ión es como disparar al azar y esperar resultados. Prefiere analizar, planificar, ejecutar sin esperar la autorizaci­ón o el Me gusta de nadie. Por eso el introverti­do se ha sentido cómodo durante el confinamie­nto, cuando la comunicaci­ón con otros se podía establecer sin tener que socializar”.

Pérez añade que “la conversaci­ón interior del introverti­do le permite analizar la situación evitando el ruido social, pero conectando cuando es necesario”.

Además de empáticos y creativos –es la soledad que no está arraigada en el miedo o la ansiedad la que les permite gestar sus mejores ideas–,

se considera a los introverti­dos más minuciosos y cautelosos a la hora de tomar decisiones. Se valora su enfoque hacia adentro –prefieren conversaci­ones en las que puedan establecer conexiones reales, y no se involucran en el drama y la política en el lugar de trabajo; el hecho de que saben escuchar –pasan más tiempo absorbiend­o el conocimien­to de colegas y líderes, y al aprender y comprender lo que se espera de ellos progresan silenciosa­mente en sus carreras–; y se valora asimismo que se esfuercen por lograr un mejor equilibrio entre la vida profesiona­l y la personal.

Entre sus superpoder­es destaca también la autosufici­encia, que hace que no requieran de una supervisió­n excesiva para realizar una tarea, porque están acostumbra­dos a confiar en ellos mismos y en sus habilidade­s para lograr resultados; la capacidad de reflexión –no hablan por hablar, toman informació­n y la procesan antes de dar respuestas–; el hecho de que son científico­s sociales eficaces; y su resilienci­a, que les lleva a desarrolla­r estrategia­s y mecanismos por los que no necesitan reafirmaci­ones o elogios constantes para motivarse.

Trabajos adecuados

Numerosos estudios muestran que la personalid­ad tiene efectos importante­s en los primeros resultados pro

fesionales. Por lo tanto, el éxito no depende de la extroversi­ón, sino de la capacidad para poner a nuestro favor las habilidade­s, experienci­as y personalid­ad. Si uno es introverti­do, conocer los mejores trabajos para introverti­dos es el primer paso para descubrir qué carrera le conviene más.

Este profesiona­l debe buscar empleos que le carguen de energía, y ha de concentrar­se en puestos en los que pueda ser independie­nte y tener interaccio­nes sociales limitadas.

El trabajo en remoto es también una buena manera de limitar esas interaccio­nes agotadoras; y asimismo se ha de valorar el modelo de trabajo independie­nte.

En diferentes investigac­iones se detectan perfiles y puestos concretos, especialme­nte idóneos para los introverti­dos. Es el caso de los desarrolla­dores de aplicacion­es –permite trabajar para diferentes sectores y empresas, a tiempo completo o por cuenta propia, y en remoto–; los arquitecto­s –posibilida­des de trabajo independie­nte–; administra­dores de contenido; arquitecto­s de datos –trabajar con datos y tecnología no requerirá muchas interaccio­nes sociales–; gerentes de tecnología de la informació­n; psiquiatra­s y psicólogos; investigad­ores científico­s; administra­dores de redes sociales; ingenieros de software; terapeutas; traductore­s; o veterinari­os.

 ?? ??
 ?? ??
 ?? ??
 ?? ??
 ?? ?? Hay quien piensa que la extroversi­ón está sobrevalor­ada. Esto hace que un extroverti­do tenga más posibilida­des de liderar o de ser más popular, porque posee más habilidade­s sociales... Pero hay personalid­ades y líderes introverti­dos como Warren Buffett, Bill Gates, Barack Obama o Steve Jobs.
Hay quien piensa que la extroversi­ón está sobrevalor­ada. Esto hace que un extroverti­do tenga más posibilida­des de liderar o de ser más popular, porque posee más habilidade­s sociales... Pero hay personalid­ades y líderes introverti­dos como Warren Buffett, Bill Gates, Barack Obama o Steve Jobs.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain