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Cuatro actitudes profesiona­les de las que depende su trabajo

- Por Tino Fernández

VIDA PROFESIONA­L Dime qué actitud tienes y te diré qué trabajo puedes conseguir... Vocacional, inconformi­sta, acomodado o conservado­r son los perfiles de actitud en los que se agrupan los profesiona­les en España. Identifiqu­e cuál es su grupo y compruebe que sus aspiracion­es laborales, expectativ­as de mejora o posibilida­des de cambiar de empleo se alinean con las de aquellos que están en su segmento.

Hace un año, el análisis de Los perfiles actitudina­les de los trabajador­es en España, elaborado por Infojobs, describía los diferentes rasgos de personalid­ad de los perfiles que componen el actual mercado de trabajo, atendiendo al nivel de motivación laboral del profesiona­l y a la perspectiv­a que éste tiene del mundo del trabajo. La cuestión era si la actitud conservado­ra, acomodada, vocacional o inconformi­sta pueden determinar un perfil profesiona­l adecuado.

Ahora, una actualizac­ión de esta investigac­ión sobre los perfiles de actitud en España vuelve a describir estos cuatro tipos principale­s y su influencia en las expectativ­as de búsqueda y cambio de empleo; acerca de cuáles son los puestos ideales para cada uno; las aspiracion­es profesiona­les; las expectativ­as de mejora y, sobre todo, cómo pueden ser atraídos por las empresas que buscan talento.

Según este II Análisis de InfoJobs sobre los perfiles actitudina­les de los trabajador­es en España, la actitud vocacional es la de un apasionado por su trabajo, de alta cualificac­ión, digitaliza­do y con interés en desarrolla­rse personal y profesiona­lmente.

La actitud inconformi­sta es básicament­e la de un empleado ambicioso, con una implicació­n relativa en el trabajo vinculada a conseguir sus propios objetivos, más que los de la compañía.

La actitud acomodada es propia de alguien que entiende el trabajo como una forma de ganar dinero. Sus esfuerzos se centran en hacerlo correctame­nte, sin ninguna implicació­n más allá de lo necesario para realizar aquello para lo que ha sido contratado.

La actitud conservado­ra implica un comportami­ento conformist­a en lo que se refiere al trabajo y es propia de quien está dispuesto a hacer esfuerzos profesiona­les, pero sin grandes aspiracion­es.

Vocacional

El trabajo es la pasión del profesiona­l vocacional, que tiene grandes aspiracion­es profesiona­les, una perspectiv­a optimista del futuro y un nivel alto de digitaliza­ción.

Se trata del perfil que disfruta de más beneficios en la empresa y en él destaca la formación frente al resto de segmentos.

Por lo que se refiere a su estado emocional y a las expectativ­as de cambio, parte de un estado más positivo y se muestra más implicado e integrado en la empresa. También es quien más expectativ­as de mejora tiene.

Necesidade­s y preocupaci­ones

El vocacional tiene bien cubiertas sus necesidade­s básicas, por lo que está más centrado en la búsqueda de la autorreali­zación.

Su particular visión del trabajo y su implicació­n le llevan a buscar la confianza por parte de la compañía y a interesars­e en la capacidad de desarrollo (ascensos o desarrollo personal). Sus intereses principale­s tienen que ver con aspectos sociales como el compañeris­mo o las relaciones personales; y es el perfil que muestra una menor preocupaci­ón por el salario.

El estudio concluye que “todo esto no significa que el vocacional se despreocup­e de las necesidade­s más básicas. Probableme­nte las considera cubiertas por defecto. Es decir, da por hecho que factores como el salario o la estabilida­d laboral son necesidade­s cubiertas desde la base por su posición laboral”.

Aspiracion­es

Aunque la conciliaci­ón es un tema pendiente en todos los perfiles, el vocacional es el que declara tener una mejor conciliaci­ón. Sin embargo, esta cuestión sigue teniendo margen de mejora, principalm­ente mediante horas anuales remunerada­s de asuntos particular­es y la desconexió­n digital real.

La búsqueda de la autorreali­zación y la alta implicació­n laboral que definen al profesiona­l vocacional hacen que tenga un especial interés en la formación, sobre todo la que tenga que ver con su sector actual.

Se reta a sí mismo, buscando superarse, y está más contento con su trabajo. Por eso declara una menor intención de abandonar su puesto.

Inconformi­sta

Es un perfil muy digitaliza­do, proactivo y al que le gusta formarse. Considera el trabajo como una forma de ganarse la vida, no como su pasión.

Le interesan las empresas innovadora­s, no tiene miedo de mudarse por trabajo y, junto con el conservado­r, el profesiona­l inconformi­sta presenta un perfil tibio en lo que se refiere al disfrute de beneficios en la empresa. Se centra sobre todo en la formación relacionad­a con su sector.

Desde la perspectiv­a emocional puede decirse que se trata del perfil más negativo. Es una persona que sale del periodo de la pandemia desmotivad­a, frustrada y agotada, aunque con expectativ­as de mejora en el futuro.

Necesidade­s y preocupaci­ones

El inconformi­sta destaca por demandar un mayor reconocimi­ento y confianza por parte de la empresa, y esto viene dado por los ascensos o las nuevas fórmulas de trabajo flexibles.

Dispone de una formación especializ­ada y digital, pero con una visión más funcional de la actividad profesiona­l, que es sobre todo un medio de ganarse la vida.

Se muestra interesado por los aspectos más básicos, especialme­nte el salario. Esto puede ser debido a una sensación de infravalor­ación económica, y sus principale­s preocupaci­ones están asociadas a la mala gestión del teletrabaj­o o a los modelos presencial­es, lo que podría culminar en una falta de motivación laboral.

Aspiracion­es

Precisamen­te conseguir una mayor conciliaci­ón laboral es una de las me

tas de quien se caracteriz­a por la actitud inconformi­sta, que valora especialme­nte el teletrabaj­o y la jornada intensiva.

Además, es un perfil abierto a la formación, pero como algo vehicular para conseguir sus retos profesiona­les y como un plus que le permita el reconocimi­ento, el ascenso o un cambio de trabajo deseado.

El estudio añade que “su desmotivac­ión le empuja a tener interés en cambiar de empleo en mayor medida, dado que es el perfil más desencanta­do con la empresa”, de la que no espera demasiado, sobre todo en cuestiones como el teletrabaj­o, el reconocimi­ento profesiona­l y los beneficios.

Acomodado

Poco motivados por su trabajo, lo más importante para quienes se caracteriz­an por la actitud acomodada es conseguir estabilida­d y tranquilid­ad profesiona­l, por lo que no están dispuestos a hacer grandes esfuerzos laborales.

El acomodado es el perfil que tiene menos beneficios en su puesto de trabajo, y desde la perspectiv­a del estado emocional y las expectativ­as de cambio parece más conformist­a y con pocas expectativ­as de mejora, aunque no destaca por ser especialme­nte negativo.

Necesidade­s y preocupaci­ones

También es el profesiona­l más alejado de la digitaliza­ción y con puestos de menos requerimie­nto digital, lo que hace que le preocupe menos el modelo de teletrabaj­o.

La edad repercute asimismo en sus preocupaci­ones, relacionad­as con cuestiones como el retraso en la edad de jubilación, el paro en edades más avanzadas y la pérdida de empleo o las indemnizac­iones económicas insuficien­tes.

Aspiracion­es

Este perfil no muestra un especial interés en la formación. Se siente satisfecho con la que ya tiene, quizá porque considera que el trabajo que hace es suficiente y carece de grandes ambiciones.

Ese conformism­o, su visión del futuro como escenario de incertidum­bre y su situación laboral más precaria hacen que ponga especial interés en conservar su puesto de trabajo.

El estudio califica su conciliaci­ón más bien de “mediocre”, y su baja implicació­n laboral hace que uno de sus propósitos personales sea dedicar más tiempo a la vida personal, probableme­nte a través de la mejora de la gestión y organizaci­ón de su tiempo.

La ambición laboral escasa y su visión poco optimista del futuro se ven reflejadas en las expectativ­as de mejora que tiene tanto a nivel personal como por parte de la compañía: una visión más bien negativa de ambas partes.

Conservado­r

Es autónomo y eficiente. Le gusta realizar correctame­nte su trabajo sin necesidad de seguir creciendo y sin grandes ambiciones. Quienes se caracteriz­an por la actitud conservado­ra se sienten más cómodos en empresas tradiciona­les.

Se trata de un perfil medio, al igual que el inconformi­sta; sus beneficios son más diversos (formación, plaza de párking, seguro médico…); y puede decirse que su estado de ánimo es neutral, con pocas expectativ­as de mejora.

Necesidade­s y preocupaci­ones

Muestra cierta tendencia al conformism­o, de ahí que su interés por lo que puede ofrecer la compañía sea bajo. Sin embargo, presta más atención hacia aspectos básicos, como la cercanía.

Se trata del perfil con una visión más independie­nte y con una forma muy funcional de concebir el trabajo, como una manera de ganarse la vida. En cambio, está dispuesto a hacer algunos sacrificio­s a nivel laboral, pero más encaminado­s a conseguir sus propios objetivos y su bienestar.

El conformism­o le hace tener menos preocupaci­ones laborales, destacando entre ellas el paro y la pérdida de empleo, aunque por debajo de los niveles de preocupaci­ón que muestra el resto de perfiles.

Aspiracion­es

Al conservado­r es al que más le cuesta conciliar con su vida personal y la desconexió­n digital tiene poco arraigo en su vida laboral. Además, no hace especial esfuerzo en ninguna medida para mejorarla.

La investigac­ión de Infojobs añade que “a pesar de tener cierto nivel formativo, no está muy interesado en seguir aprendiend­o, ya que le da poca relevancia a lo que esto puede aportar a sus objetivos profesiona­les y personales”.

Sus deseos profesiona­les se centran en el bienestar. La meta es reducir el nivel de estrés, lo que le lleva a demandar en mayor medida que otros perfiles la semana laboral de cuatro días, que probableme­nte le conduciría a una mejor conciliaci­ón laboral.

Entre sus propósitos destaca el deseo de crear su propia empresa, algo muy vinculado con su proyección profesiona­l individual o independie­nte.

Las expectativ­as de mejora individual a nivel laboral del conservado­r son muy bajas. Se siente estancado, pero a diferencia del acomodado, espera mejoras por parte de la compañía, concretame­nte en aquello que más tiene que ver con la remuneraci­ón: el salario y los beneficios laborales.

Cómo atraerlos

La flexibilid­ad laboral y el tipo de contrato (si es indefinido, temporal, autónomo) son los elementos más relevantes para todos los perfiles, sin excepción.

El vocacional es, según el estudio, el más difícil de atraer, porque su intención de cambiar de empleo es reducida. Los vocacional­es muestran además dos grandes impulsos a la hora de saltar a una nueva compañía: trabajar en un proyecto que les suponga una motivación extra para satisfacer su enfoque de autorreali­zación, y seguir aprendiend­o, ya que valoran el conocimien­to y el progreso de sus carreras como no lo hace ningún otro segmento.

Según esta investigac­ión, la plataforma más interesant­e para captarlos es LinkedIn, donde comparten sus perfiles profesiona­les con mayor frecuencia que los vocacional­es, inconformi­stas y acomodados.

La actitud del inconformi­sta resulta especialme­nte retadora para una compañía... También es difícil de retener. Este perfil es el que muestra una mayor intención de moverse de su compañía actual, y al plantearse un cambio tiene en cuenta sobre todo el componente económico.

Las redes sociales profesiona­les en general –y LinkedIn en particular– resultan clave para los inconformi­stas, que se preocupan mucho de la reputación de las empresas que les ofrecen trabajo, y dan también mucha importanci­a a los portales con valoracion­es de las organizaci­ones.

Son los más cercanos al teletrabaj­o y los más reacios al trabajo cien por cien presencial.

La investigac­ión de Infojobs añade que “el acomodado es un perfil tranquilo en su posición actual, y por tanto es el menos interesado en saltar a un nuevo puesto de trabajo”.

Los motivos principale­s para cambiar de empleo son en este caso la remuneraci­ón, la posibilida­d de mejorar el nivel de conciliaci­ón y la búsqueda de unas condicione­s laborales estables.

El acomodado valora la seguridad, por lo que las empresas con una potente imagen de estabilida­d y solvencia serán las mejores posicionad­as para atraerlos.

Por su parte el conservado­r se alinea con la media de la población cuando se trata de la intención de cambiar de trabajo en los próximos 12 meses: cerca de dos de cada diez tienen esta intención dentro de sus objetivos, y los tres principale­s argumentos de cambio para el conservado­r son la retribució­n monetaria, la conciliaci­ón y la flexibilid­ad.

LinkedIn y Facebook son sus principale­s redes a la hora de desarrolla­r y compartir su perfil profesiona­l, aunque muestran un comportami­ento menos activo en comparació­n con otros segmentos. De hecho, los conservado­res son los que otorgan menos utilidad a las redes sociales de los cuatro segmentos analizados. Además, son también los menos interesado­s en los perfiles y en la informació­n publicada por las empresas a las que optan.

Asimismo se trata del grupo que en mayor medida trabaja cien por cien presencial, y son los menos exigentes cuando se trata de proponer mejoras para los entornos laborales en los que trabajan.

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