AGUIRREZABAL HERMANOS
Emiliano Aguirrezabal puso el germen de esta compañía hace más de 50 años, cuando implantó la fábrica de reductores navales e industriales Tacke-Olalde, en Mungía. En 1965, sus hijos – Alejandro y Josu– tomaron el relevo, fundando la actual compañía, dedicada a la comercialización de dichos reductores. Con el tiempo, la empresa se fue especializando en la distribución de elementos de transmisión mecánica, como acoplamientos, anillos de contracción, reenvíos, etc. La tercera generación alcanzó la dirección en 2010, de la mano del nieto del fundador, llamado también Emiliano. Su llegada supuso un impulso para la compañía. “Buscando soluciones para mejorar y potenciar el negocio, se ha avanzado en dos líneas”, detalla. Por un lado, se ha creado una red de distribuidores en el ámbito nacional, “dándoles formación y el asesoramiento técnico necesario para potenciar las ventas en las diferentes zonas”, señala. El otro desafío es la internacionalización. “El reto que nos planteamos en esta tercera generación es aumentar el mercado internacional para que dé beneficios en todos los países en los que trabajamos”, afirma. Así, se ha creado GV T (Grupo Vasco de Transmisiones), junto con otras tres empresas del sector industrial: Cotransa, Ralpe y Maquinaria Eléctrica Bilbao (MEB). “Nos complementamos en producto y acudimos a ferias y presentaciones en Iberoamérica, principalmente Cuba, México, Colombia y Chile”. No obstante, la transición no fue sencilla: “Lo peor fue tomar las riendas en plena crisis, pero veníamos fuer tes y eso nos ayudó a sopor tar el bache. La clave para superar con éxito estos cambios se basa en el equipo”.