PANCRACIO
Chocolate de autor
Pedro Álvarez fundó Pancracio en 2003, después de que este economista y exper to en branding y marketing dejara atrás su antigua vida y se hiciera chocolatero. “Opté por el segmento premium de forma natural, porque una marca de alimentación pequeña y que nace no tiene un ‘músculo financiero’ grande. No es realista querer entrar en el mass market. Empezando poco a poco y tú solo, lo normal es ir a un segmento gourmet, premium, o de lujo accesible”, comenta. Ofrece chocolate en múltiples formatos, como bombones, trufas, turrón crujiente, etc. Además, en Navidad realizar un panettone que desborda su tienda online cada año. Y completa su ofer ta con productos afines, como tés, mermeladas e incluso un vodka de chocolate. “Estamos dentro del lujo, pero somos lujo accesible. Cualquiera tiene 15 euros para darse un capricho”, apunta el fundador. Como exper to en la materia, Álvarez sabía que la creación de una imagen de marca era fundamental. Pancracio cuenta con un packaging inconfundible, reconocido con premios por su diseño. Además, la firma presta mucha aten- ción a su relación con el cliente. “La comunicación es muy cuidada, siempre en tono afable y de humor. También tratamos de crear valor, dando recetas cada dos semanas, proporcionando información, etc.”, precisa. En cuanto a la distribución, sus productos se pueden encontrar en establecimientos gourmet y en su tienda online. También fuera de España. Por ejemplo, tiene presencia en la cadena Neiman Marcus, incluido el emblemático Bergdor f Goodman de Nueva York. Y acaba de firmar un acuerdo con una cadena de tiendas de lujo en Dubái. La compañía sabe cuáles son sus armas frente a los grandes grupos del sector confitero. “La mayor ventaja es que somos pequeños. Somos una marca de lujo de nicho. Siempre hay unas marcas que sólo conocen unas pocas personas. Que no esté ampliamente disponible hace que sea un producto más sexy. Además, al ser más pequeños, tenemos más liber tad de creación, de innovación y de sorpresa. Por ejemplo, testar un producto en la calle puede suponer un esfuer zo enorme para una multinacional. Nosotros podemos hacer una pequeña tirada y ver qué tal funciona”, especifica.