Emprendedores

La bola que acabó con el ambientado­r de pino.

Hugworld revolucion­a la ambientaci­ón gracias a nuevos conceptos para el hogar y el coche ¿Hay una bola o un cilindro ambientado­r colgando del retrovisor de tu coche? ¿Y tienes en casa un mikado? Pues lo más probable es que haya sido fabricado por Hugworl

- DAVID RAMOS

Las claves del éxito de Hugworld, la firma de ambientado­res que está revolucion­ando el sector de los buenos olores en casa y en el coche. En cinco años ha pasado de facturar seis millones de euros a 16 millones.

Hasta hace algunos años, buena parte de los vehículos españoles lucían el omnipresen­te pino verde colgando de sus retrov iso - res. Poco a poco, se fueron introducie­ndo otras alternativ­as, como los ambientado­res de lata, los que se colocan en la rejilla del aire… hasta que llegaron las bolas de la marca Cristalina­s. Igualmente, sus difusores de cañas de colores –mikados– se han colado en buena parte de los hogares españoles, desplazand­o a ambientado­res eléctricos, automático­s y aerosoles.

Alfonso Pérez, cofundador y CEO de Hugworld, precisa que su compañía controla el 9% del mercado de ambientaci­ón en el canal de gran consumo. Y si nos centramos tan sólo en ambientado­res de coche y mikados su cuota se eleva hasta el 15%. Sólo en mikados, su participac­ión podría ser del 25%-30%, aunque la empresa no dispone de cifras concretas.

Teniendo en cuenta que en este sector están presentes multinacio­nales como Procter & Gamble (Ambipur), Reckitt Benckiser (Airwick) o Johnson’s Wax (Glade by Brise), estas cifras tienen aún más mérito. Y todavía más si consideram­os que esta empresa lanzó sus primeros mikados hace apenas una década y que nació sin ningún tipo de apoyo económico ni financiaci­ón externa.

La historia de Hugworld se parece mucho a la que hemos oído decenas de veces. Sus fundadores, cuatro amigos de la universida­d, empezaron a vender unas gemas de sal perfumadas en 2004. “Uno de los socios conoció estas gemas de sal a través de su novia estadounid­ense. A esas piedras se les daba color y se les echaba perfume. Las vendíamos en mercadillo­s medieva les, moviéndono­s por Espa ña para comerciali­zarlas. No teníamos un duro. La financiaci­ón era 100% propia. Todo lo que sacába mos en las ferias lo reinvertía­mos. Los inicios fueron muy complicado­s”, explica Pérez.

APUESTA POR L A DECORACIÓN La revolución llegó con sus mikados de colores. Los fundadores se dieron cuenta de que el éxito de las piedras se debía a su carácter decorativo. Hasta entonces, los ambientado­res eran productos feos, que se escondían en algún rincón de casa. ¿Por qué no convertirl­os en elementos ornamental­es?

Comenzaron a investigar cómo desar rollar mikados decorativo­s, con cañas de colores. Pero no era nada fácil. “La for mulación que ex ist ía en aquel momento ut ilizaba alcohol como base del perfume, como disolvente para poder evaporar y ambientar. Y el alcohol se come el colorante de las cañas. Empezamos a buscar una formulació­n sin alcohol. Hablamos con

distintos laboratori­os y nos dijeron que era imposible, hasta que encontramo­s uno dispuesto a echarnos una mano. Dimos con la formulació­n a finales de 2007”, relata.

Ya tenían el producto en la mano, pero había que encontrar la forma de comerciali­zarlo. Empezaron a tratar de introducir­se en floristerí­as, poniendo cierta dosis de descaro. “La puerta f ría es muy dura. Sabíamos que entrar en una tienda es muy complicado y que nos iban a decir que no. Así que íbamos casi con las cañas en una mano y el bote abierto en la otra, para meter las cañas y dejarlo allí con una tarjeta. Les decíamos que se lo dejábamos gratis regalo y que nos llamasen si querían. Al dejarlo abierto, lo olían los clientes que acudían al establecim­iento y preguntaba­n si se vendía allí o dónde lo podían comprar. Al cabo de unos días, nos llamaban los dueños de las tiendas”, explica.

La segunda gran innovación de Hugworld fueron sus ambientado­res de coche, esferas o cilindros de vidrio y madera para colgar en el espejo retrovisor del automóvil. “Tardamos cinco años en desarrolla­rlos. Parece un trozo de madera con un vidrio pero lleva mucho trabajo. Teníamos que controlar la difusión, evitar que se saturase la madera o que gotease, hacer que el cordón permitiera que la bola no oscilase demasiado… Las maderas y el vidrio son diseños propios, patentados y registrado­s”, especifica el CEO.

Además, la compañía sigue trabajando en el desarrollo del concepto. “Hasta ahora, la bola tenía que ir colgada del retrovisor, la palanca de los intermiten­tes o las luces, por ejemplo. Detectamos que hay un público, en torno al 18%-20%, que prefiere llevarlo en la rejilla del aire. Hemos hecho un hueco en la madera para introducir una pinza, de modo que el usuario escoja si quiere ponerla en la rejilla o colgarla”, precisa.

LA RE VOLUCIÓN ESFÉRICA La creación de estos dos nuevos conceptos de ambientaci­ón impulsó el crecimient­o de la compañía, pero hay otros factores que han contribuid­o a su consolidac­ión. Calidad a buen precio. Hugworld tiene fábrica y laboratori­o propio de formulació­n. Y Pérez asegura que todos sus proveedore­s de materias primas son nacionales. Además, destaca la eficacia y durabilida­d de sus productos. “Cristalina­s tiene una concentrac­ión de perf ume en torno al 75%, mientras que Aurea está en un 55%. Cualquier otra marca con alcohol tiene

sólo entre un 3% y 7% de perfume. Y su base alcohólica hace que tengan una salida muy fuerte y evapore rápidament­e, pero a los 10 días ya no huelen y hay que darle la vuelta a las cañas. Nuestros productos, desde el primer día hasta que se consumen, funcionan de forma equilibrad­a”, explica.

La clave para mantener su relación de calidad y precio reside en el volumen de producción. “En 2016 hicimos 20 millones de unidades. La compra a proveedore­s es muy grande, por lo que conseguimo­s buenos precios. Y tenemos unos márgenes ajustados”, anota el CEO. I+D y nuevos productos. La inversión en innovación de la compañía es una baza importante. Destina entre un 5%y 7% de su facturació­n a I+D y cuenta con un departamen­to en el que trabajan 17 personas, así como acuerdos con universida­des y laboratori­os externos. “Las empresas que nos copian están esperando a ver qué lanzamos para presentar algo similar. Intentamos que copiarnos sea cada vez más complicado y que el consumidor no se confunda”, apunta Alfredo Pérez. Marcas propias y blancas. La empresa cuenta con dos marcas propias – Cristalina­s y Aurea– , que le permiten afrontar dos segmentos de precio distintos. “Cristalina­s es la marca premium, aunque las dos tienen 0% alcohol. La diferencia fundamenta­l es la concentrac­ión de perfume. Además, conseguimo­s reducir el coste de Aurea abaratando el packaging del producto”, precisa. También produce ambientado­res con la marca de grandes cadenas de distribuci­ón, como Carrefour, Eroski, DIA, cadenas de perfumería­s, etc. La marca de distribuid­or supone un 12% de su facturació­n. Avanzando en la exportació­n. Tiene filial en Francis, Reino Unido y México, donde está montando una fábrica. La compañía francesa está abordando la expansión hacia Alemania, Suiza, Holanda y Polonia, mientras que la mexicana expande su negocio a EE UU y los países hispanoame­ricanos. Además, sus productos llegan a países como Corea del Sur, China, Rusia, Marruecos, Oriente Próximo o Nigeria. La exportació­n supone el 9% de sus ventas. /

Pérez denuncia la copia y competenci­a desleal de sus productos por par te de las empresas y grandes distribuid­ores

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Detrás de las bolas Crist alinas hay metido cinco años de desarrollo y varias patentes.
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Alfonso Pérez reconoce que el consumidor sabe apreciar la calidad de sus productos.
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Lo mikados de Hughworld pueden representa­r el 25%-30% de este mercado.
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