LOS PROBLEMAS DEL DIÉSEL
A la hora de elegir entre el tipo de propulsión del vehículo en renting, hasta ahora el criterio más valorado ha sido la eficiencia energética. Los vehículos diésel son, en ese sentido, los que ofrecen una mejor opción. No obstante, el criterio de la sostenibilidad va cobrando mayor importancia. Como destaca Rocío Carrascosa, “según un estudio presentado por Siemens con el Ayuntamiento de Madrid, el transporte genera el 41% de las emisiones contaminantes, situándonos a la cola de los niveles de otras ciudades europeas como Copenhague o Helsinki, con el 20% y 32%”. Y tanto ciudadanos como empresas se muestran cada vez más concienciadas de los problemas que esto conlleva.
Hasta ahora, las Administraciones públicas han fomentado la adquisición de híbridos y eléctricos con subvenciones, ventajas fiscales, descuentos en aparcamientos regulados y en peajes, o permiso para circular por los carriles de alta ocupación, entre otras medidas. Pero en el último año, el alarmante deterioro de la calidad del aire ha llevado a los ayuntamientos de Madrid y Barcelona a penalizar a los vehículos más contaminantes. Las empresas más afectadas por las restricciones son las que utilizan el vehículo como herramienta de trabajo y le dan un uso intensivo. “Para las flotas profesionales, que operan en entornos urbanos o metropolitanos, el vehículo comercial eléctrico es fundamental”, destaca Fernando Cogollos. “El problema es el desconocimiento: se cuestiona su autonomía, pero ya llegan a 150 kilómetros, suficientes para la actividad diaria normal. La clave es que la carga sea nocturna, porque la diaria es más cara, pero eso es sólo una cuestión de planificación. El problema es cultural, y tenemos que dar ese paso”. Para Jesús Jimeno, “las infraestructuras necesarias todavía están limitadas, pero tan pronto como desaparezca ese escollo, la movilidad sostenible será una realidad”.