MESAS REDONDAS
Crea. La mesa inaugural se centró en cómo y dónde conseguir dinero para montar una franquicia. “Hay que saber llamar al dinero. Los franquiciados necesitan apoyo en esta parcela, porque desconocen cómo funcionan los bancos”, comenzó por explicar Marcos
Baroja. “Y las garantías personales son muy importantes para conseguir préstamos”. José Antonio Guerrero hizo algunos apuntes acerca de la franquicia y de la apuesta que su entidad está haciendo por esta fórmula comercial. “Durante la crisis se ha convertido en un refugio anticíclico, además de minimizar los riesgos al tomar decisiones y emprender”. Apuntó Fernando Castillo que los acuerdos de las centrales con los bancos – para ofrecer condiciones ventajosas a los integrantes de la red– sirven para que la entidad, cuando recibe la visita de un asociado, ya conozca el modelo de negocio de ese emprendedor. “La clave en este apartado es que el banco acerque mejores condiciones a ese asociado que a un cliente particular y, según su situación particular, ver si se puede bajar el precio aún más”, concluyó Guerrero. Crece. El franquiciado – como motor de crecimiento de una cadena– fue el protagonista de la segunda mesa. Al recordar sus inicios, los tres participantes coincidieron en el hecho de que eran clientes y les atraía el producto, por lo que fueron ellos quienes se dirigieron a las centrales. Y valoraron, en idéntica medida, el soporte formativo de la central. Algo vital, si pensamos que ninguno tenía experiencia en su sector. ¿Y la inversión que tuvieron que acometer coincidió con unas estimacionesl iniciales que a veces se desvían? En líneas generales, las previsiones se cumplieron, al estar todo muy pautado. De vuelta al apoyo desde la central,
Gema Romero destacó “un soporte íntegro, con seminarios para tratar a las familias y un coordinador que me acompañó siempre”.
Marisa Lazareno subrayó la confianza que depositaron en ella.
“Me dieron la seguridad para llevar a buen puerto el negocio”. Para
Ricardo Villavantí, este respaldo también dependerá de la actitud del asociado. “Hay que ser pesado. Tú estás pagando un royalty, ¿entonces, por qué no exigir entonces esa atención?”.
Consolida. Líderes en franquicia. La tercera mesa contó con algunos de los franquiciadores de referencia del panorama español, para desgranar las claves que te permitan consolidar un proyecto y hacerlo perdurar en el tiempo. Como punto de partida, “hay que tener una cadena de suministros bien organizada, con bases económicas sólidas y un servicio al franquiciado correcto”, enumeró Augusto Méndez de Lugo. Para Ricardo Sousa, el desarrollo de un proyecto sostenible en el tiempo pasa por “ayudar al asociado a aumentar la facturación, minimizar los costes fijos y el riesgo, y, por último, tener un modelo de negocio rentable que aporte valor a su mercado local”. Interesante matiz el que introdujo Jesús Bermejo, al explicar que ellos no buscan un negocio consolidado sólo para mañana, “sino a 15 años vista”. Y a raíz de una pregunta desde el público, acerca de si en redes consolidadas se debía dar un trato diferente a los asociados en función de sus resultados, Bermejo certificó que el trato no es igual. “Es más, ayudamos al que le va peor, pero consideramos tiene potencial”. Crea, crece y consolida. La última mesa planteó un debate entre franquiciadores veteranos y franquiciadores jóvenes. De los inicios de todos se extrajeron píldoras que nos ayudaron a profundizar en la esencia del sistema. Alejandro García, que fundó su empresa con poco más de 20 años, reconoció que, “al inicio, no sabía qué era una franquicia. Hacíamos cosas muy diferentes y, para crecer, no contábamos con el músculo financiero suficiente, por lo que la franquicia era la salida natural. Pero, antes de lanzarnos, maduramos el proyecto cinco años”. Javier Sierra tampoco conocía este modelo. “Compré un concepto que funcionaba en América, por lo que pensé que también funcionaría en España… Y así fue”. Tomeu Riutord señaló que ellos son una franquicia de libro. “Gracias a ella, creces más rápido. Con nuestros recursos, sería imposible”. Con 40 años en franquicia, Félix Revuelta tenía claro, desde un inicio, que iba a franquiciar. “Operaba en un mercado muy competitivo y la única manera de hacerme un hueco era con mi canal de distribución, algo que me daba la franquicia”.