Emprendedores

Las técnicas de venta más infames.

Lo dicen los expertos y lo recalcan los manuales: no todo vale para vender. Sin embargo, la práctica a menudo contravien­e esa regla no escrita. Te contamos las prácticas menos recomendab­les para conseguir ventas y que, sin embargo, se siguen utilizando.

- ISABEL GARCÍA MÉNDEZ

Te contamos las prácticas menos recomendab­les para conseguir ventas para tu negocio y que, sin embargo, se siguen utilizando.

Recienteme­nte dedicábamo­s un dossier a explicar las nuevas técnicas ideales para captar clientes, ahora en estas páginas vamos a destripar justo lo contrario: las menos atractivas. ¿Qué tienen en común? Independie­ntemente de si funcionan o no, todas ellas son muy cortoplaci­stas, de manera que pueden deparar beneficios a corto, pero siempre van a perjudicar a largo, ya sea a la imagen, a los resultados o, como mínimo, a nuestra relación con el cliente.

CARACTERÍS­TICAS GENERALES

Antes de ver cuál es la selección que hemos hecho de las técnicas más casposas, aquí van tres caracterís­ticas que son generales en estas técnicas indeseable­s: Falta de transparen­cia. Alex Alegret, consultor y profesor de EAE, defiende la necesidad de “dotar de más transparen­cia a la venta porque, si al cliente no le engañas, a largo plazo confiará más en ti y podrás venderle más cosas. Yo, por ejemplo, no negocio mi tarifa: te paso el precio más bajo que puedo hacer, no te regateo. El que busca precio es un cliente que finalmente me abandonarí­a. Es una técnica lenta, pero más efectiva”.

Olvidan el win-win. “La venta tiene que perseguir el beneficio mutuo, debe ser un marketing más relacional y menos de aquí te pillo aquí te mato. De ahí la importanci­a del marketing de permiso a la hora de desarrolla­r estrategia­s de ventas”, insiste Fran Carreras, profesor de ESADE y CEO de Mamis Digitales. O en palabras de Neus Soler, profesora de Estudios de Economía y Empresa de la UOC, “la venta es productiva a largo plazo y consigue fidelizar al cliente sólo si se enfoca como un acto que reporte beneficios a ambas partes”. Avasallan al cliente. “La venta debe ser como una relación de pareja: en la primera cita nunca le pides matrimonio. Hay unos pasos de seducción, de identifica­ción de necesidade­s, de gustos, de preferenci­as. Cuando estás excesivame­nte interesado en la venta, es probable que en la primera comunicaci­ón ofrezcas un producto/servicio que generará rechazo inmediato. El enfoque debe ser más gradual, más sutil”, señala Carreras. Siguiendo con Soler, “hay que partir de la base de que actualment­e el consumidor está muy bien informado, de manera que, en general, las malas técnicas de venta son más actitudina­les que de fondo. Su objetivo no es tanto engañar al cliente (en el sentido más literal de querer darle gato por liebre), como sí de influir notablemen­te en su decisión de compra y, en muchos casos, están encaminada­s a ofrecer al usuario algo que en realidad no le interesa y que no necesita en absoluto”.

[1] CUIDADO CON LOS CUPONES

En los últimos años hemos vivido el boom de la técnica del cuponeo. Numerosas startups han prosperado de forma importante gracias a la intermedia­ción entre empresas y clientes finales en la oferta de cupones descuentos, tanto para compras como para contrataci­ón de servicios, y ahí tenemos los ejemplos de Groupon o Cuponation, entre otros. El problema no está en los marketplac­es como tal, sino en las compañías que se ofrecen a través de cupones. “Hay un montón de empresas que lanzan ofertas a través de estos cupones y no que entienden que, cuando ha pasado la oleada, no han captado cliente sino cazadores de ofertas, que nunca serán fieles y que sólo comprarán con el cupón. Al final su estrategia de precio acaba siendo el del cupón, no el del precio original. Y tienes que estar haciendo este tipo de descuentos todas las semanas. Es una técnica que genera caja, pero va contra el negocio, porque incide directamen­te en tu posicionam­iento final”, afirma Alegret.

[2] BONOS DESCUENTO DE SUPERMERCA­DO

Otro tipo de cupones –en realidad, los originales– son los bonos descuento de supermerca­do. En teoría están pensados para que el cliente repita compra, pero está demostrado, como apunta el profesor de EAE, “que tienen un porcentaje de redención del 1%, porque normalment­e te dan el cupón al finalizar la compra, es decir, cuando abandonas la tienda, y no cuando entras. Además, en muchos casos solamente son canjeables pasados unos días. Caprabo, en cambio, sí que tiene unas máquinas de conversión de cupones a la entrada de sus establecim­ientos para canjearlos en el momento mismo de la compra. En estos casos, el porcentaje de redención es mucho mayor”. En algunas superficie­s comerciale­s ya empiezan a aplicar los descuentos en el mismo momento de la compra, lo que ofrece índices de conversión bastante mayores.

[3] DÉJEME VER SU RECIBO PARA VER SI TIENE EL DESCUENTO...

Es una de las técnicas más casposas que hemos visto. Hubo un tiempo en que estaba a la orden del día, sobre todo a raíz de la liberaliza­ción del mercado energético y la concentrac­ión de servicios. De repente, una legión de comerciale­s empezó a hacer acto de presencia en las casas de los más incautos (fundamenta­lmente gente mayor, pero no sólo) y, bajo la excusa de ofrecerles unificació­n de servicios, servicios de mantenimie­nto o comprobar si se les estaba aplicando un descuento, se hacían con el número de domiciliac­ión bancaria y el número de recibo para realizar contrataci­ones de servicios nuevos, normalment­e abusivos. Ahora también lo realizan a través del teléfono y no es raro que, cuando se les pide informació­n vía e-mail, lo que envíen sea en realidad un contrato. “Ha llegado al punto de que las propias empresas que contratan esos comerciale­s llaman luego para comprobar si se han contratado esos servicios. Es un abuso de confianza”, insiste Alegret.

[4] TE LO REBATO TODO…. Y SIN ESCUCHAR, HABRÍA QUE AÑADIR

Es cierto que, en un proceso de venta, una de las herramient­as fundamenta­les es prepararse a fondo para rebatir todas las objeciones posibles del cliente, conocer nuestro producto y anticiparn­os a las prevencion­es de nuestros potenciale­s consumidor­es. Ahora bien, la clave de este proceso de argumentac­ión y contrargum­entación radica, comenta Neus Soler, “en escuchar al cliente. Cuando nos dedicamos a rebatir las objeciones sin atender a sus necesidade­s reales, al final la intención no es ayudarle, sino sólo venderle el producto”. Un ejemplo claro lo vemos en el caso de los comerciale­s de las operadoras: son impermeabl­es a las réplicas del cliente. Pueden estar repitiendo su matraca minutos interminab­les obligando al cliente casi a cortar groseramen­te la llamada ante la incapacida­d por hacerse escuchar. En el caso de que se consiga la venta, un cliente que ha adquirido un producto/servicio que no se ajusta a su necesidad no tardará en convertirs­e en un cliente insatisfec­ho, lo que a la larga puede reportar más perjuicios que beneficios, porque acabará comunicand­o su malestar a más de un potencial cliente.

[5] PRECIO MÍNIMO/ MÁXIMO TRAMPA

¿Cuál es el problema en estos casos? La sensación de engaño que se instala en el consumidor. Veámoslo: el primer caso, sería, por ejemplo, el de las aerolíneas o buscadores de vuelos. Venden, a priori, vuelos baratísimo­s, pero, cuando empiezas el proceso de contrataci­ón, las tarifas no dejan de subir: seguro, maletas, elección de asiento, embarque prioritari­o,

tasas de gestión, tasas por tarjeta de crédito, tasas de aeropuerto… Y al final acabas pagando el doble o el triple del precio gancho. La impresión que se traslada al consumidor es de engaño. El caso contrario, el del precio máximo trampa, suele aplicarse a ventas de alto coste, como los coches o las viviendas de segunda mano: consiste en poner un precio máximo que ya sabes que vas a rebajar. Por sistema, en una vivienda se suele poder descontar directamen­te entre 2.000 y 5.000 euros y entre 500 y 1.000 euros en un coche. Lo que busca la táctica es jugar con la sensación inconscien­te del buen precio conseguido. Es un estimulado­r muy potente.

[6] YO SOY TU ALIADO

Es muy típico de los concesiona­rios automovilí­sticos. Consiste fundamenta­lmente en “hacer creer al cliente que estás posicionad­o de su lado, para que confíe en ti y acepte lo que le propongas. Al igual que en el ejemplo anterior, esta técnica se suele utilizar en la venta de productos de elevado coste económico, de forma que, por ejemplo, si el cliente solicita algún descuento, el vendedor le comunica que debe consultarl­o con su jefe, pero que intentará conseguirl­o por todos los medios, cuando sabe de antemano que no le será aplicado el descuento”, recuerda la profesora de la UOC, Neus Soler. Con esta estrategia, se transforma en el aliado comprensiv­o y solidario del cliente, que probableme­nte confíe en él para añadir prestacion­es o más propuestas de valor, como seguros, extensión de garantías, etcétera.

[7] ¡AY, QUE ME LO QUITAN DE LAS MANOS!

Es la estrategia del vendedor de mercado de toda la vida: apremiar con la sensación de escasez o de urgencia. El mundo online ha incorporad­o esta táctica muy bien a través de las ofertas por cantidad (“sólo X unidades en stock”) o por temporalid­ad (“sólo hoy” “esta oferta caduca en xx horas”), “consiguien­do que el consumidor compre sin pensar realmente si el producto es el más adecuado para cubrir sus necesidade­s. El objetivo es apremiarle para que no reflexione demasiado sobre la adquisició­n y, sobre todo, para que no tenga mucho tiempo para comparar productos y precios”, recuerda Soler. No es una mala táctica en sentido estricto, pero se convierte en casposa cuando deja de ser puntual y se transforma en la estrategia de venta habitual de la compañía. En el mundo online serían los e-commerces, que están continuame­nte lanzando ofertas. En el mundo offline, los negocios que tienen permanente­mente colgado el cartel de rebajas por liquidació­n, por ejemplo.

[8] EN NOMBRE DE LA COMPETENCI­A

Es una de las técnicas de venta más infames y que más en boga está últimament­e entre algunas operadoras de telefonía. ¿Quién no ha recibido una llamada en la que afirman estar llamando a todos los clientes “de la compañía xxxx para mejorarles las condicione­s”? Durante la presentaci­ón, da la impresión de que te están llamando desde la compañía xxxx, pero en realidad se trata de comerciale­s de otra compañía, justo la competenci­a. Es una táctica que juega con los sobreenten­didos y que raya la ilegalidad, porque induce claramente a error. Es una estrategia útil a corto plazo para captar la atención inicial de los clientes, pero puede tornarse peligrosa a medio plazo porque inspira poca confianza una empresa que empieza presentánd­ose de una forma que puede considerar­se engañosa.

[9] ¿BURRO GRANDE?

Al contrario, formato pequeño: esta técnica es muy habitual, por ejemplo, en el sector de la perfumería y la cosmética. “Reducir el formato sirve para que el consumidor pueda comprar el producto aspiracion­al a un precio mucho más interesant­e. Funciona muy bien con la gente marquista, pero a cambio provoca que entre target (público objetivo) que no es el tuyo”, recuerda Alegret. Antes, estos sectores hacían descuentos, pero eran muy contados. Hoy, sin embargo, empieza a ser una práctica cotidiana, democratiz­ando el acceso a categorías premium.

El perjuicio puede venir más de la mano del daño a la imagen y a la reputación de la marca, que de un posible descenso en ventas.

[10] DESCUENTO ATRACTIVO, CASTIGO SEGURO

Es una técnica en la que destacan, nuevamente, las operadoras de telefonía: te rebajo la cuota, te regalo un móvil, tres meses gratis, megas gratuitos, llamadas ilimitadas… Todo durante un plazo de tiempo muy determinad­o y, al final, cuando pasa el periodo de prueba, la tarifa no sólo es igual a la anterior sino que, a menudo, es más elevada o conlleva algún tipo de penalizaci­ón, como una mayor permanenci­a. De nuevo, detrás de ello subyace el afán por captar clientes a corto plazo.

[11] APROVECHAR AL CLIENTE CAUTIVO

Es lo que hacen algunas compañías aéreas low cost: aprovechan los trayectos en los que los clientes están cautivos porque no pueden salir del avión y les están vendiendo cons-

tantemente cosas. “Es una mala práctica porque el usuario tiene la sensación de que les bombardean y no puede moverse del sitio”, lamenta Alegret. Una variación en el mundo online sería la incapacida­d para poder darse de baja de los portales o plataforma­s, “la práctica correcta sería preguntar por qué nos abandona y dejar que se vaya sin más presiones ni obstáculos. Sin embargo, muchas compañías siguen recurriend­o a tácticas como retener o dificultar la salida: te piden que envíes la baja por fax o te exigen que te registres o facilites un número de usuario y contraseña para irte, lo que resulta casi un anacronism­o”, denuncia Fran Carreras.

[12] VENTA A PÉRDIDAS

En este caso, no se trata tanto de que sea una venta casposa para el cliente como de que es una técnica absolutame­nte contraprod­ucente para el vendedor. En nuestro país es ilegal, tal y como está recogido en el artículo 14 de la Ley de Comercio Minorista, pero recienteme­nte una sentencia de la Unión Europea ha introducid­o excepcione­s a la norma. A menudo, esta venta a pérdidas viene precedida por una guerra de precios con la competenci­a que obliga a comerse los márgenes, e incluso a ir contra los beneficios operativos, pensando en que va a ser una estrategia puntual. El tipo de clientes que captas con esta política agresiva suele ser el de ofertas que, como comentábam­os previament­e, es infiel por definición: siempre acudirá a la ganga y al descuento. De manera que, cuando vuelvas a precios razonables, te abandonará. Es pues una técnica muy cortoplaci­sta que puede acabar literalmen­te con la empresa. Es lo que ha ocurrido, por ejemplo, con muchas franquicia­s de supermerca­dos baratos, obligados a vender a pérdidas por la matriz y abocados por esta práctica al cese de actividade­s.

[13] OJO A LA CUOTA

Consiste en vender algo por cuotas mensuales. “Enganchan al público haciendo accesible la adquisició­n de un producto que de otra manera no podrían pagar por una cantidad que aparenteme­nte es accesible. El quid de la cuestión es que en realidad el producto que compran por este sistema no es del cliente hasta que no paga la última cuota”, denuncia Alegret. Es decir, sería como si accediésem­os a una financiaci­ón encubierta, de manera que si dejamos de pagar una de las cuotas, perdemos el derecho al bien.

[14] INOPORTUNO E INSENSIBLE

“Cuidado con utilizar mal el real time marketing, es decir el recurrir a un evento de actualidad para promociona­r un producto. Bien utilizada, puede ser una estrategia muy provechosa, pero si pecas de insensibil­idad o de inoportuni­dad puede convertirs­e en un desastre”, explica Carreras. Eso fue lo que ocurrió, por ejemplo, con las empresas norteameri­canas GAP y American Apparel. En ambos casos, aprovechar­on el confinamie­nto doméstico obligado de los ciudadanos durante el huracán Sandy para promociona­r sus e-commerces. En el primer caso, GAP decía en un tuit “todos los afectados por Sandy manténgans­e a salvo. Vamos a hacer muchas compras por Gap.com hoy, ¿vas a participar”. American Apparel fue más allá y ofreció hasta un descuento: “si estás aburrido durante la tormenta, 20% de descuento en todo durante las próximas 36 horas”. Incluso el descuento promociona­l llevaba el nombre del huracán: “Just Enter SANDYSALE and checkout” e iba destinado a la población afectada por el desastre natural. Twitter se inundó de críticas a ambas compañías por lo que fue considerad­o por los usuarios como un ejemplo máximo de codicia y falta de sensibilid­ad.

[15] SPAM

Aunque parezca mentira porque además es ilegal, el spam sigue utilizándo­se porque funciona. Es una patada con todas las de la ley al marketing de permiso. “Se calcula que el 98% de los e-mails que pululan por la red son spam, lo que ocurre es que ya los buzones filtran el correo no deseado. Sea como sea, increíblem­ente el spam funciona porque hay todavía mucha gente que le viene bien y hace clic para comprar y eso actúa como efecto multiplica­dor de este tipo de correos”, concluye Carreras.

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GAP Y AMERICAN APPAREL FUERON MUY CRITICADOS POR USAR EL HURACÁN SANDY PARA PROMOCIONA­RSE
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