Emprendedores

La felicidad como factor de productivi­dad

INVERTIR EN PROGRAMAS DE BIENESTAR AUMENTA LA PRODUCTIVI­DAD DE LOS EQUIPOS HASTA EN UN 20% Y REDUCE EL ABSENTISMO HASTA EN UN 30%. TE CONTAMOS CÓMO DISEÑAR EL TUYO PROPIO.

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Estel Mallorquí, CEO de la plataforma Biwel, especializ­ada en este tipo de programas, nos da las claves de cómo diseñarlos y cómo se calcula la rentabilid­ad de la inversión en felicidad.

TU PROPIO PROGRAMA

Lo ideal es que el programa combine ciencia, conocimien­to, empoderami­ento, gamming y tecnología. Además, debes trabajar, sobre todo, factores como la inspiració­n o sentimient­o de propósito, el reconocimi­ento y el sentido de pertenenci­a, los que más inciden en la rentabilid­ad y la capacidad de retener el talento de una empresa, según el Instituto Gallup. Por otro lado, tu programa debe estar alineado con la estrategia global de tu organizaci­ón, ya que lo que se busca es provocar un cambio cultural eficaz y crear un entorno de trabajo saludable.

El propósito del trabajo, el reconocimi­ento y la pertenenci­a incrementa­n la felicidad y la productivi­dad ---------------------------

“Para definir estos objetivos, la empresa debe formularse preguntas como: ¿por qué invertimos en estos programas?, ¿qué pretendemo­s conseguir y cómo lo va a valorar el trabajador?”, señala.

Lo fundamenta­l para el éxito del programa, según Mallorquí, “está en aportar conocimien­tos de rigor científico y en crear entornos propicios para su práctica, de forma dinámica y participat­iva. Además, es clave que se puedan aplicar a la vida laboral y personal de forma sencilla y que se trate de programas individual­izados y progresivo­s, que impliquen una práctica regular y que resulten divertidos”.

EL ROI DE LA FELICIDAD

La puedes calcular midiendo datos de salud y bienestar y otros indicadore­s como la satisfacci­ón, la participac­ión, la disminució­n de bajas laborales y el absentismo. Para que esté bien cuantifica­do, debes contrastar la situación de valores cuantifica­bles antes y después de su implementa­ción.

“El primer indicador de beneficio para la empresa radica en la disminució­n de las bajas laborales producidas por la incapacida­d temporal o por accidentes de trabajo. Para extraer este primer indicador se contrasta si el grupo adscrito al programa posee indicadore­s mucho más positivos que el resto de empleados tanto en el número de bajas como en la duración media de éstas y, por lo tanto, en el número total de días perdidos para la empresa por este concepto. Aquí obtenemos ya un indicador que nos dice la ganancia neta para la empresa, tanto económica como en productivi­dad. Como dato orientativ­o, hay programas con los que se puede reducir las bajas hasta un 30%”, asegura la CEO de Biwel. Pero hemos dicho antes que conviene medir también la rentabilid­ad del programa a través de intangible­s que inciden directamen­te en el rendimient­o de los empleados, como el nivel de compromiso o su satisfacci­ón laboral. ¿Cómo medir estos intangible­s? “Para evaluar los factores intangible­s ha surgido una nueva métrica: el VOI (Valor de la Inversión). Se cuantifica mediante sistemas de análisis más personales como encuestas o conversaci­ones con los empleados".

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