Emprendedores

RDIO RDIO

Bajo el síndrome de Spotify

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Alos dos fundadores de este servicio de música por streaming, los suecos Niklas Zennström y Janus Friis, no se les podía acusar de ser novatos. Antes de fundar Rdio Rdio en Estados Unidos, habían creado startups de enorme éxito, entre ellas Skype, que vendieron a Microsoft por 8.500 millones de dólares. Igual que en el caso de Gilt con Vente-Privee, la idea de los dos emprendedo­res era adelantars­e a la prevista entrada de Spotify en EE UU y hacerse fuerte antes de que la aplicación de streaming sueca llegara al país: lo que explica que

Zennström y Friis iniciaran las operacione­s de Rdio

Rdio en agosto de 2010, año y medio después de la fundación de Spotify.

La idea les pareció tan buena a los inversores que la compañía acabó recaudando 125 millones de dólares en financiaci­ón: su valoración excedería los 500 millones de dólares, a los pocos meses de empezar a funcionar. Además, la valoración de su servicio no podía ser mejor. La revista Entertainm­ent Weekly, después de comparar varias aplicacion­es de streaming de música, concluía que la mejor era la de Rdio Rdio: “Tiene el mejor interface y es la que resulta más fácil de utilizar”. Su web llegó a dar servicio en 85 países con 24 millones de usuarios.

Al final, sin embargo, la apuesta contra Spotify resultó frustrada. En cuanto la app sueca empezó a extenderse en Estados Unidos, Rdio Rdio empezó a perder usuarios y ventas. A posteriori, según los expertos, no era tanto una cuestión de cuál era la mejor sino de que había enormes expectativ­as puestas en Spotify en el mercado americano. Había un ansia por apuntarse a la web sueca, a la que llamaban la ‘iTunes gratis’, porque Spotify tenía una oferta gratis (freemium), a cambio de publicidad, algo inédito en Estados Unidos y que no tenía Rdio Rdio, que tardó muchos meses en reaccionar y ofrecer un servio similar. Cuando ya era tarde. Por eso, en el sector se considera que los dos emprendedo­res suecos, si bien fueron capaces de diseñar un producto excelente, fallaron porque prestaban poca atención a los temas de marketing y distribuci­ón.

Luego, por si Spotify ya no fuera suficiente, fueron surgiendo otros servicios de streaming como Deezer, MOG, Napster o Rhapsody, con lo que el ambiente competitiv­o se volvió irrespirab­le. Para todos, menos para Spotify. En 2013, con el objetivo de buscar un entorno menos reñido, la empresa lanzó Vdio, un servicio de streaming de películas y series al estilo de Netflix. Fue un proyecto frustrado. Al final la empresa no pudo resistir la pérdida de usuarios, ventas y los números rojos crecientes y en 2015, cinco años después de su fundación, se declaraba en bancarrota y acababa vendida a Pandora Media por una fracción del dinero puesto por los inversores, 75 millones de dólares.

Tenían un producto excelente, según los expertos, pero fallaron porque prestaban poca atención al marketing y la distribuci­ón

 ??  ?? Niklas Zennströn. Fundó, junto a Janus Friis, el servicio musical Rdio Rdio. No pudieron competir con el éxito de Spotify.
Niklas Zennströn. Fundó, junto a Janus Friis, el servicio musical Rdio Rdio. No pudieron competir con el éxito de Spotify.

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