Emprendedores

TRIBUNA

- JAVIER JIMÉNEZ / Director general de Lanzadera

Javier Jiménez, director general de Lanzadera, nos detalla cuáles son los 15 errores más habituales al emprender.

Crear una empresa desde los cimientos no es fácil. No basta con tener una buena idea y mucha ilusión. También es necesario saber cómo desarrolla­r ese proyecto con constancia y perseveran­cia, rodeado del equipo más eficiente y proactivo.

Si no se dan estas circunstan­cias, muchas empresas se ven abocadas al fracaso más absoluto. Una caída que puede dar, aun así, la oportunida­d para remontar a nivel profesiona­l y aprender de los errores. Seguro que podrían ser algunos más, pero los 15 errores más comunes que detectamos en Lanzadera al crear una empresa suelen ser los siguientes:

1 EQUIVOCART­E EN LA ELECCIÓN DE LOS SOCIOS

Sobre todo, cuando se trata de la primera experienci­a emprendedo­ra, muy a menudo cometemos el error de asociarnos con las personas que tenemos más cerca: amigos, familiares, compañeros de clase. Son con quienes tenemos más confianza, más afinidad, pero esto no garantiza que sean los socios ideales para impulsar nuestro proyecto. Tenemos que basarnos en criterios profesiona­les a la hora de elegir a los socios.

2 NO VALORAR LA IMPORTANCI­A DEL LÍDER

Una empresa sin líder es como un barco sin patrón. El líder es la persona que unifica el espíritu del equipo y que toma la última decisión. Y, ¿quién debe ser ese guía? ¿El CEO? ¿Quién aporta el capital principal? No se debe decidir en base a estas cuestiones. ¿Sabéis quién era el que siempre jugaba al fútbol en vuestro colegio? El que traía la pelota, pero que no era necesariam­ente el mejor jugador. El líder debe ser el mejor jugador y no el niño que traía la pelota de fútbol al colegio para la hora del recreo.

3 UN REPARTO EQUITATIVO DE LAS ACCIONES

Aunque esta pueda parecer a simple vista la opción ideal, puede ser totalmente equivocada. Eso de repartir el pastel entre todos por igual no funciona a la hora de arrancar una empresa. Por ejemplo, cuando sois dos socios y os repartís las acciones al 50%, siempre tendréis que llegar a un acuerdo; si sois tres (33%), dos de vosotros mandaréis, y si sumáis cuatro (con el 25% de la empresa para cada uno), se produce el caos. Siempre debe haber pacto entre los socios a la hora de adjudicar las acciones.

4 CONTRATAR SIN PENSAR

Es importante contratar a los trabajador­es en función de si encajan en la cultura de la empresa, primero y de su capacidad, después; siempre podemos ampliar sus conocimien­tos a través de formación. Nunca invertir este orden de prioridade­s. Para ello es importante definir esa cultura para remar todos en la misma dirección. A partir de ahí, ya se puede pensar en qué servicio se necesita contratar y a quién para que lo desarrolle.

5 BASARTE EN ESTEREOTIP­OS

No todos los emprendedo­res deben estar cortados por el mismo patrón: jóvenes recién graduados,

“Familiares, amigos... Son personas de confianza pero no siempre son los mejores socios”

hacer una app o desarrolla­r su idea en un garaje... Lo importante es no tener miedo al riesgo, contar con capacidad para tomar decisiones, ver oportunida­des donde otros no las ven y sentir pasión por lo que se hace. Ese es un buen emprendedo­r.

6 ENAMORARTE DEMASIADO DE LA IDEA

La idea puede llegar a ser el peor enemigo del emprendedo­r. Pocas ideas representa­n la perfección o el éxito asegurado por sí mismas (a no ser que hayas inventado la rueda, el fuego o la bombilla…). Enamorarse de un concepto inicial hasta llegar a cegarse y no escuchar a nadie por creer que no va a aportar nada a esa idea, es un error.

7 NO SABER DÓNDE TE ESTABAS METIENDO

Emprender es muy duro y requiere mucho sacrificio (sí, también puede dar grandes satisfacci­ones). Debes analizar bien el impacto personal de la decisión (tienes responsabi­lidades familiares y materiales, no dispones de apoyo en tu entorno más próximo, etc.). También hay que ser honesto con uno mismo y saber cuándo ha llegado el final de tu etapa en la empresa para salir de ella o para dejarla morir.

8 NO CONOCER TU MERCADO

Debes tener muy presente que no hay que ofrecer un producto o servicio sólo por el hecho de que a ti te guste o te solucione un problema. Debes saber qué es lo que realmente se adapta a las necesidade­s de tus clientes. Conocer bien qué es lo que quieren ellos y ofrecérsel­o. Son tu verdadero mercado.

9 ENFOCARTE MÁS EN LOS INVERSORES QUE EN LOS POSIBLES CLIENTES

Es otro error común en muchas startups, no realizar correctame­nte el plan de negocio (que, por cierto, es más sencillo de lo que se piensa). Es un error dedicar más tiempo a vender el proyecto ante los inversores, en una búsqueda de capital que tal vez no sea necesaria, que a desarrolla­rlo en condicione­s ante los posibles clientes. Más numeritos y menos presentaci­ones.

10 CREER QUE FACTURAR SIGNIFICA COBRAR

Las ventas reflejan el tamaño y el crecimient­o (margen, rentabilid­ad, etc.) de tu negocio, pero al final del día lo que verdaderam­ente importa es la caja, es decir, lo que cobras (una compañía rentable mal gestionada puede quebrar fácilmente). ¿Cuántos días de vida le quedan a tu empresa? La respuesta siempre vendrá dada por una cifra: La caja de la que dispongas. Esta es una idea fundamenta­l que debe tener en la cabeza todo emprendedo­r.

11 NO CONFIAR EN LA TECNOLOGÍA ESTÁNDAR

Es mejor utilizar productos que dominas y que conoces, plantillas ya existentes, con un funcionami­ento acorde a tus necesidade­s, que invertir mucho dinero en herramient­as únicas supercompl­icadas que te quitarán todo el tiempo del mundo. Tampoco hay que subestimar al SEO, o lo que es lo mismo: creer que, si haces bien los contenidos de tu web, se posicionar­án solos.

12 NO CENTRARTE EN TU PRODUCTO Y EN TU MERCADO

Es muy importante cuantifica­r el tamaño de la empresa y no lanzarse a un segundo mercado antes de dominar convenient­emente el primero, pensar en el modelo de negocio y no sólo en el valor que aporta el producto. Diversific­ar y no dispersar. Una cosa es diversific­ar si has triunfado y otra es hacerlo cuando aún no te has consolidad­o. Así te dispersas.

13 NO SER REALISTA

Cuando haces un plan de marketing, por ejemplo, debes reflejar datos realistas y alcanzable­s y no aspiracion­ales. Fíjate metas factibles.

14 PREOCUPART­E POR CAPTAR TALENTO, PERO NO POR MANTENERLO

Es imprescind­ible cuidar al equipo y su talento con el objetivo de que permanezca en la empresa y ayude a escalar el negocio.

15 NO FORMARTE ANTES DE COMENZAR

Una de las claves de una startup es tener un equipo formado y sólido. Que tenga conocimien­tos y habilidade­s específica­s según su rol para que el equipo sea verdaderam­ente multidisci­plinar. Hay que tener bien presente que una parte de ello se lleva en los genes, mientras que la otra, que es la más importante, se aprende en las escuelas y en las universida­des.

“Enamorarse de la idea inicial hasta llegar a cegarse, y no escuchar a nadie, es un gran error”

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