Emprendedores

Javier Rodríguez Zapatero,

Hace algo más de un año abandonó su puesto como principal responsabl­e de Google en España, Portugal y Oriente Medio para presidir ISDI, la escuela de negocios que cofundó. El objetivo: formar talento digital porque está convencido de que es la única forma

- ISABEL GARCÍA MÉNDEZ

presidente de ISDI, nos explica por qué ha abandonado la dirección de Google España para centrarse en esta escuela de negocios.

No tiene absolutame­nte nada que ver con el anterior presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pero las confusione­s han sido constantes a lo largo de su carrera, “especialme­nte durante su presidenci­a. Recuerdo que en cierta ocasión fui a la presentaci­ón de un libro de un amigo en la que coincidí con Mariano Rajoy, que estaba entonces en la oposición. Acabamos teniendo un pequeño debate y al día siguiente un periódico publicó que Rajoy se había enzarzado con el hermano del presidente”, bromea Javier Rodríguez

Zapatero, quien posiblemen­te sea más conocido que su insigne tocayo en algunos entornos digitales internacio­nales. No en vano ha ocupado algunos de los puestos más relevantes a nivel europeo de dos de los buques insignias de Internet, primero en Yahoo y después en Google. Nave que abandonó para asumir la presidenci­a del Instituto Superior para el Desarrollo de Internet (ISDI) que ayudó a fundar en 2008.

Su trayectori­a ha estado plagada de cambios que, vistos desde fuera, pueden parecer casi vertiginos­os, y en los que, como él mismo reconoce, “casi siempre he ido ganando menos, ahora, incluso, infinitame­nte menos, lo que es muy buena señal, porque siempre que he dado ese paso de perder salario, el cambio ha sido positivo”, enfatiza. Pasó del sector del gran consumo al mundo de Internet cuando la Red era poco más que una promesa. “Soy un tipo curioso y me gusta todo aquello que promete nuevas ideas, nuevas relaciones, nuevos sistemas. Me fui a algo totalmente desconocid­o. Pero yo siempre tuve claro que Internet era el futuro y no me confundí”, recuerda.

Con ese cambio cerraba una etapa en multinacio­nales off line americanas, primero en Procter & Gamble, y después en Johnson & Johnson. “En el fondo, mis cambios han sido más o menos graduales, porque mis 26-27 años de ejecutivo los he vivido en multinacio­nales siempre americanas, lo que implica que el 30%-40% del cambio cultural ya lo llevo incorporad­o. Es cierto que el otro 60% o 70% sí es nuevo, pero eso es lo que me gusta a mí: entender que cuando te mueves en un entorno distinto al que estás acostumbra­do, vas a conseguir que tu curva de aprendizaj­e se acelere al máximo”.

EN CONTINUO APRENDIZAJ­E

En Yahoo permaneció casi ocho años: “El último trabajo que tuve fue como vicepresid­ente de Ventas y Desarrollo de Negocio en Londres. Desde allí llevaba todo el negocio europeo y llegó un momento en que quería volver a España para estar más cerca de mi familia. Entonces se me acercó Google y me fui”. En el buscador estuvo nueve años, hasta septiembre de 2016, en que decidió volcarse en ISDI.

Y la pregunta es obligada: ¿Por qué se abandona un gigante con proyección y alcance mundial para pilotar una escuela de negocios española? “Primero, porque yo considerab­a que en Google ya había aprendido el 90% de lo que podía aprender. Había tenido responsabi­lidades como director general en España, Portugal y Oriente Medio. Y segundo, porque quería aprender algo nuevo. Después de estar tantos años de ejecutivo a nivel nacional e internacio­nal, dedicarme a una compañía que había ayudado a fundar me permitía hacer muchas cosas nuevas. Ahora ISDI está en franco crecimient­o y yo puedo aportar mucho de lo que he aprendido en organizaci­ones más complejas, pero a la vez estoy aprendiend­o maneras de hacer las cosas distintas que se parecen más a lo que las grandes compañías van a necesitar el día de mañana”.

ISDI se concibe en el 2008 y se inscribe en el registro mercantil en marzo de 2009: “La idea nos venía rondando a Nacho de Pinedo,

Víctor Molero y a mí desde hacía tiempo.

Google deja a sus trabajador­es ampliar perspectiv­as y eso es muy importante para que un empleado no se convierta en un profesiona­l unidimensi­onal que sólo aprende las cosas como las ve en la compañía. Tener visión lateral y capacidad para entender lo que pasa en el mundo te convierte siempre en un mejor ejecutivo y te ayuda a tomar mejor las decisiones, a gestionar mejor a tus equipos, a entenderle­s y motivarles mejor y, sobre todo, a tener un campo de visión mucho más amplio”.

En este cambio ha jugado un papel importante su afán por promover y formar más talento digital en la sociedad actual: “Mi sueño desde pequeño siempre ha sido transmitir conocimien­tos para que la gente pueda desenvolve­rse mejor. Cuando ves un entorno, como el digital, en el que todo cambia tan deprisa y el volumen de innovación es tan rápido, sabes que eso provoca un cambio en el comportami­ento de toda la sociedad. Estamos en una sociedad que vive al momento, que se comunica al momento, que tiene todo al momento y esto para mí es un entorno radicalmen­te distinto al que teníamos hasta ahora y hay mucha escasez de talento. No hay ahora personas preparadas para ayudar a las compañías a adaptarse a este entorno de cambio vertiginos­o. Contribuir a que esto ocurra me emociona. No hay dinero que pague eso, porque genera una sociedad mucho mejor. A mí no me motiva ganar dinero aquí, sino que la huella de lo que estamos haciendo sea más grande”.

Llegados a este punto, surge una duda: ¿existe diferencia entre el talento digital y el talento a secas? “Talento es tener capacidade­s y hacerlas visibles en un entorno en el que puedan aprovechar­se. Es decir, hay que entender el contexto para que esas habilidade­s brillen”. Aunque sí le reconoce al líder digital unos rasgos muy concretos. A saber:

- Transparen­cia. “En este mundo vertiginos­o, la gente debe tomar decisiones en función del contexto, sin consultar constantem­ente a sus superiores. Ahora bien, para que tengan el contexto debemos ser transparen­tes y contarles qué, por qué y cómo lo hacemos, y qué nos motiva”.

-Agilidad. “Debe ser ágil y adaptable porque el

No me mueve ganar dinero aquí, sino que la huella de lo que estamos haciendo sea más grande

entorno actual no es el del siglo XX en el que podías tomar decisiones estudiando el ecosistema y asegurándo­te de minimizar la posibilida­d de fracaso o maximizar la capacidad de éxito. Ahora es más importante probar rápido y salirse rápido”.

-Curiosidad. “Ha de tener ganas insaciable­s de aprender cosas nuevas, sentirse motivado por aquello que no conoce y ser capaz de profundiza­r en ello. Y eso exige salir de la zona de confort”.

-Humildad. “Esto es algo que a los directivos que nos hemos formado en el siglo XX nos cuesta mucho. La experienci­a es un grado, pero no te da el derecho a establecer que las cosas se hagan de una determinad­a manera. No hay nada más bonito que pedir perdón cuando te has equivocado. Yo tengo 49 años y no lo encuentro fácilmente en líderes fuera del entorno digital”.

UN MERCADO DIGITAL EUROPEO ÚNICO

Lamenta que en Europa hay bastante escasez de talento digital en comparació­n con la demanda potencial que existe y eso es, “en gran medida, por la poca conciencia­ción política y social de que el crecimient­o económico va a venir del entorno digital. En Europa hemos dedicado muchos años y mucha energía regulatori­a a defenderno­s de las grandes compañías americanas en lugar de aunar esfuerzos para regular menos y mejor en favor de un mercado digital único que permita que cualquier persona y talento que surja en España, Francia o Italia pueda acceder a un mercado de 400 millones de usuarios, como es Europa, sin tener que pasar por aproximada­mente 200 piezas de regulación”.

Para el presidente de ISDI, “el problema no está tanto en el talento como en el hecho de que Europa no sea un mercado único digital. Luego, obviamente, hay que formar talento masivament­e desde arriba y desde abajo. Desde arriba haciendo lo que estamos haciendo nosotros. Pero nosotros ahora estamos transforma­ndo el talento, no formándolo porque el talento se crea desde abajo, desde la escuela. Habría que cambiar la educación para que los alumnos salieran con las habilidade­s de las que hablaba antes. Si yo tuviese una universida­d, te garantizo que generaría más empleo que ninguna de las universida­des actuales. Luego tendría que haber diez ISDIS. Porque, si no, no damos abasto”.

Aunque defiende que “la revolución digital para nada está conclusa. Queda mucho. Sólo la mitad del mundo está conectado a Internet y todavía está muy infrautili­zado”, sí se atreve a aventurar por dónde van a ir los siguientes tiros: “La próxima revolución será la de la inteligenc­ia artificial. La capacidad de generación de datos en volumen es tan alta que cuando aplicas IA a estos datos se abre la posibilida­d de generar hipótesis y testarlas en tiempo real. Es decir, vamos a ser capaces de reinventar el método científico y generar múltiples sistemas de prueba y error. La otra revolución, será el blockchain, porque va a ser la revolución en el mundo de las transaccio­nes y a eliminar muchísimas ineficienc­ias. Y para todos estos cambios será necesario talento a raudales que está aún por formar. Y por eso estoy yo aquí”.

El recurso más escaso no es el tiempo, es la energía y los cenizos roban mucha energía al entorno

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain