4) MECANISMOS PARA ASEGURAR LA MERCANCÍA
Abríamos este reportaje haciéndonos eco de ese 0,82% por valor de mercancía que la gran superficie pierde al año por pérdida desconocida. Una cifra lo significativamente importante para que muchos comercios se protejan, y que estudios como el Barómetro Mundial del Hurto en la Distribución, amplían hasta el 1,33% . En estos casos es vital que la protección no dificulte el proceso de compra. Como recuerdan desde CheckPoint Systems, autor del citado estudio: “Si no se ve, no se vende”, explica David Pérez, “por ello es muy importante buscar soluciones que no perturben la experiencia del cliente. Meter en una vitrina la oferta de alcohol impide el hurto, pero también que muchos compren esas botellas. Hay que optar por soluciones como los collarines o etiquetas adhesivas que permiten al interacción producto-cliente”.
De nuevo la recomendación es hacer un análisis y evaluar. Para ello, Pérez recomienda preguntarse cuestiones como: ¿qué productos son los más hurtados?, ¿en qué lugar de la tienda o fase de la distribución (transporte y carga, almacenaje, ventas…) se contabilizan más pérdidas? “Con esta información se debe realizar un traje a la medida de cada comercio en base a una pirámide de protección de productos por su nivel de riesgo”. Lo habitual es que la solución pase tanto por la utilización de protecciones visibles (como los clavos antihurto habituales en prendas de ropa o las arañas que protegen las cajas de productos electrónicos de pequeño tamaño), como de sistemas invisibles, por lo general destinadas a productos de menor valor (como las etiquetas o adhesivos de protección que llevan los productos en alimentación o librerías). “Es imposible proteger cada una de las mercancías, pero con esta combinación es imposible que se sepa si está protegido o no, lo que limita el robo por impulso”.