Seguir cuidando, pero desde el emprendimiento
Esther Soler, hasta ahora enfermera, se alzó con el reconocimiento a la mejor idea empresarial en la XIV edición de los Premios Emprendedores con su proyecto de impacto: Tattoo Be Safe.
Cuenta Esther Soler Climent que, cuando asiste a eventos de emprendedores, la pregunta que más le formulan es: ¿pero qué hace una enfermera aquí? Entonces se da cuenta “de lo mal que hemos transmitido a la sociedad el trabajo actual de la enfermería en el sistema sanitario en nuestro país y el gran peso que tiene nuestra contribución en la mejora de los servicios como grupo profesional sanitario mayoritario y que lo sitúan entre los mejores del mundo”, afirma.
Así que, para combatir ese desconocimiento colectivo, ahora se dedica a explicar en esos encuentros que, si por emprender se entiende “la iniciativa de un individuo para desarrollar un proyecto, los enfermeros somos grandes emprendedores”. Se refiere al desarrollo de habilidades como la empatía, resiliencia, capacidad de comunicar y priorizar en situaciones de crisis constantes, gestión de tiempo, cada vez menos recursos o afán de mejorar la vida de las personas. De manera que cuando se animan a trasladar todas esas virtudes al mundo empresarial parten con “muchísimas ventajas frente a nuestros competidores”.
Si a ello se le añade el lema que Esther Soler lleva por bandera: “hace más quien quiere que quien puede”, encontramos entonces la explicación de que haya sido capaz de compatibilizar durante años su trabajo como profesional de Enfermería con un doble emprendimiento.
UN SISTEMA DE IDENTIFICACIÓN SEGURO
Su primer proyecto fue Sprolegs, un ecommerce en el que vende productos de calcetería para personas con problemas en los pies y que va como un tiro.
El nuevo es Tattoo Be Safe, la idea que la hizo merecedora del Premio Emprendedores. Consiste en un dispositivo de tatuaje temporal y resistente al agua que sirve para la identificación e información de individuos mediante códigos QR y/o chip NFC. El código posibilita que la información que se puede adjuntar sea amplia, siendo sus principales beneficiarios niños, ancianos, pacientes con “enfermedades raras” o personas con algún tipo de discapacidad.
Es consciente de que ya existen soluciones similares en el mercado, pero el mérito de la suya es que se trata de un “sistema económico, fácil de utilizar, intransferible y factible de crear con la tecnología ya disponible, que no necesitará a priori de un gran desarrollo para su implementación”. Con ello pretende aportar mayor autonomía a personas que requieren una vigilancia médica especial y mitigar de esta manera problemas como el de la dependencia o la soledad de los pacientes, cada vez más acuciante.
“La idea se creó en mi cabeza poco a poco. Todos los días te cuentan los pacientes-familiares cuáles son sus problemas, sus preocupaciones. Como profesionales, también nosotros tenemos problemas
cuando no podemos acceder a toda la información que sobre una persona sería necesaria para darle la mejor y más pronta atención sanitaria”, explica Esther Soler.
La información oculta en el tatuaje puede ser consultada por cualquier profesional con solo pasar el smartphone por encima. Asimismo, cuando se produce la lectura y gracias a un sistema de geolocalización, el tutor, médico, policía o cualquier responsable de la persona que porta el tatuaje es informado por un SMS de que alguien ha hecho la consulta y el punto concreto desde el que se ha realizado.
AHORA TOCA EMPRENDER ‘FULL TIME’
Una vez comprobada ya su capacidad emprendedora, la intención de Esther Soler es abandonar el próximo año la actividad en el hospital para “seguir cuidando a la gente, pero desde otro ámbito”, el de la empresa.
Ya el año pasado decidió dejar un puesto de responsabilidad en gestión para dar prioridd al emprendimiento y ahora el salto será definitivo. “Está claro que todas las experiencias suman, pero tengo claro que los proyectos empiezan a tener forma y tracción suficiente como para dejar la actividad clínico-asistencial. Será una fase más en una evolución personal y profesional que se está dando desde hace tiempo de manera fluida y muy natural”, declara.
EL SUEÑO DE ESTHER
En cuanto al porvenir que le depara su nueva actividad, Esther Soler parece que lo tiene bien claro. “Mi sueño es desarrollar un modelo de negocio y materializarlo en la comercialización de un producto que contribuya a mejorar la calidad de vida de las personas. Ofrecer tranquilidad a unos padres, autonomía a un adolescente, protección a un enfermo mental… el tatuaje es sólo el medio para facilitar y mejorar la vida del día a día de los que no lo tienen nada fácil”.