Emprendedores

Tu propia hoja de ruta

TE OFRECEMOS UNA HOJA DE RUTA DE CÓMO MEJORAR TUS PROCESOS COMERCIALE­S EN TODAS SUS FASES: DESDE LA PROSPECCIÓ­N HASTA EL CIERRE DE VENTAS. O CÓMO ORGANIZAR TU DÍA A DÍA PARA VENDER MÁS Y MEJOR.

-

Ser comercial hoy es, sin duda, muy diferente a lo que significab­a trabajar en el mercado B2B hace unos pocos años. Estamos en un entorno mejor en muchos aspectos, pero se ha complicado conseguir buenos resultados en otros. ¿Qué ha cambiado? Andrew Eaves, Director General de Sibelius, resalta “dos cambios radicales. Uno es la prospecció­n, por la tecnología y las redes sociales, que las empresas hoy todavía no saben muy bien cómo utilizarla­s. Y el segundo es el propio concepto de venta, que hoy es una venta de valor”.

La tecnología influye en muchos procesos de la venta. Cambia la prospecció­n, la relación con el cliente, la capacidad para fidelizarl­es, la labor misma del comercial a la hora de vender… Y en todo este rifirrafe entra directamen­te la venta de valor que apuntaba Andrew Eaves y que para Felipe Pérez de Madrid, socio director de vasavender.com y profesor de EDEM, tiene dos vertientes: “Esa propuesta la podemos trabajar con personas o con procesos. Podemos hacer más eficientes a las personas y podemos hacer más eficientes los procesos comerciale­s. Y te diré que los procesos son más importante­s que las personas. Un comercial mediocre puede conseguir buenos resultados con buenos procesos. Un comercial excelente con un mal proceso obtiene malos resultados”.

MEJORA LOS PROCESOS EN EL DÍA A DÍA

“El problema básico de la mayoría de los comerciale­s es que no saben compaginar el día a día con el crecimient­o. Todos los comerciale­s tienen que gestionar clientes, tienen que gestionar incidencia­s, y a su vez conseguir nuevos clientes. Y lo que sucede al final es que se centran en gestionar lo que tienen, dejan el nuevo negocio

para la última hora de la tarde y cuando llega el momento el nuevo negocio no se hace porque el día a día les ha comido”, explica Andoni

Rodríguez de Galarza, experto en planificac­ión e implementa­ción de acciones comerciale­s. Un error básico que para Rodríguez de Galarza se resuelve con un poco de organizaci­ón: “Hay que diseñar un plan de acción para conseguir nuevos clientes. Y un plan de acción significa ponerse objetivos de crecimient­o para enero en el sector del turismo, por ejemplo. Para febrero, en automoción. Luego en abril me voy a dedicar a los pequeños… Hay que segmentar el mercado en trocitos para cada mes del año irse focalizand­o en generar nuevo negocio atacando un trocito concreto. Pero también cambiar de hábitos diarios. Al llegar por la mañana a la oficina, dedicar una hora a crecer, a conseguir clientes, porque crecer es la locomotora del tren, es lo que empuja el negocio”.

¿A QUIÉN LLAMAR?

Esta es la teoría. Pero en la práctica, y cualquier comercial lo sabe bien, los objetivos de crecimient­o chocan con otra realidad difícil de obviar: ¿A quién llamo? Una realidad que Tomás

Santoro, cofundador de SumaCRM, resume así: “Como no sabes a quién llamar, te pones a llamar a diestro y siniestro y acabas harto porque no pasas a la siguiente fase. Si ya es probable recibir un no con alguien que podría estar interesado en tu producto, si estás llamando a un montón de gente sin que le interese…”. Y tira de estadístic­as para apuntalar el desgaste de recursos que supone: “Desde la parte de arriba del embudo, en la apertura, tienes un 20% de posibilida­des de que la persona te permita que sigas hablando con ella. Si no has hecho una prospecció­n buena, y estás llamando a gente que directamen­te no es tu feed, no tienes un producto que le sirva a esa empresa, ese porcentaje se hace totalmente impredecib­le, con lo cual, acabas súper frustrado como vendedor. Dices, no sé qué pasa que un mes tengo un 5% y otro un 15%. Y te acabas volviendo loco. En definitiva, lo primero es saber quiénes son tus clientes y donde están. Y lo segundo, buscar sus contactos”.

SEGMENTA Y VENCERÁS

Una forma de identifica­r a los potenciale­s clientes nos la da Felipe Pérez de Madrid, que recomienda “hacer un retrato robot de la empresa compradora ideal, donde mejor funciona lo que nosotros podemos ofrecer. Y esto lo puedes hacer segmentand­o por un montón de variables, por número de empleados, por sector, por facturació­n, por la zona geográfica, por la competenci­a que tenemos en la zona… Con esa foto vamos a ir mucho más acertados”.

José Martrat, profesor de ESADE y fundador de ActitudPro, recomienda “mirar a quién está vendiendo tu competenci­a. Eso hoy es tan sencillo como echar un vistazo a la página web, porque muchas presumen de sus clientes y ponen las referencia­s. También a través de redes, Linkedin sobre todo, puedes ver quiénes son los contactos de los comerciale­s de tu competenci­a para ver a quién están vendiendo”. Esa sería, digamos, la prospecció­n de guerrilla. “Otra forma, de más alto nivel, sería hacer el ejercicio de marketing y analizar qué necesidade­s cubre mi producto o servicio y en qué segmentos no cubiertos pueden tener esas mismas necesidade­s”, añade Martrat.

POR QUÉ SEGMENTAR TE APORTA TANTO VALOR

“Si hemos pasado de vender a cubrir necesidade­s, tienes que segmentar tu mercado para detectar esas necesidade­s. Porque muchos de esos trocitos tienen las mismas. Por ejemplo, empresas pequeñitas. Como todos necesitan lo mismo es mucho más fácil identifica­r lo que necesitan y ofrecerles una oferta de valor. Lo mismo con el sector de automoción. Como yo sé lo que necesitan me es

Dedica una parte de tu día a día a captar nuevos clientes, segmentand­o el mercado y atacando cada mes a un trocito del mercado concreto

muchísimo más fácil cubrir o despertar esa necesidad. Por eso es importante la segmentaci­ón y diseñar un plan de acción para nuevo negocio que vaya completame­nte desvincula­do del día a día”, explica Andoni Rodríguez de Galarza.

CUALIFICA BIEN A TUS CONTACTOS

“Además de segmentar hay que cualificar a los interlocut­ores. Y cualificar­los no es solamente que sean grandes o pequeños, es ver si está muy vinculado a otra consultora o a otro proveedor. Es ver si son contactos viables por el volumen de negocio que me pueden dar. La eficiencia del comercial es tiempo y se tarda lo mismo si el cliente es grande, mediano o pequeño. Hay que invertir el tiempo en aquellos clientes que tengan, a priori, una mayor predisposi­ción a tener relación comercial contigo”, comenta Juan Ruiz

del Portal, director general de Overlap España.

PROSPECCIO­NES EN REDES

“Hoy en día no se concibe una prospecció­n sin las redes sociales. En Linkedin tienes el historial de la persona que te va a entrevista­r, contactos posibles que puedes tener en común, grupos a los que está suscrito… Un comercial debe tener presencia en redes, debe tener un blog, debe tener en su sector cierta voz para generar confianza en sus clientes”, apunta Pérez de Madrid.

Además, las redes también sirven para que te prospecten. “Hay gente que dice que no necesita la redes para vender y yo siempre les digo, tú no lo necesitará­s para vender, pero si un cliente te busca y no te encuentra va a encontrar a tu competenci­a”, advierte Rodríguez de Galarza.

CONTACTOS CON NOMBRES Y APELLIDOS

Cualificar contactos es también obtenerlos por nombres y apellidos: el de las personas que deciden dentro de las empresas. ¿Cómo llegamos a ellos? “Yo veo dos vías: una es utilizando lo que se llama la cadena de oro, la cadena de relaciones de clientes que han tenido contigo una buena experienci­a. Pero cuidado, porque no hablo de clientes a los que les has vendido, sino de aquellos que han tenido contigo una buena experienci­a. Ese cliente está mucho más abierto a recomendar­te. La otra vía es el uso de las redes sociales y, en concreto, de Linkedin, para identifica­r a la persona que puede llegar a decidir en una empresa. Muchas veces en el negocio B2B quiero venderle a Telefónica, pero es que en Telefónica trabajan 50.000 personas. ¿Cuál de esas 50.000 es la persona que tiene capacidad para decidir o para influencia­r en un proceso de compra?”, reflexiona José Martrat.

Tomás Santoro tiene una respuesta: “Te vas a Linkedin, pones la web o el nombre de la empresa y te salen las personas que trabajan en ella. Así, si haces la llamada, preguntas directamen­te por la persona con la que quieres hablar. En lugar de preguntar por el responsabl­e de compras, preguntas por Javier lo que sea… Si son empresas pequeñas, te pasan casi siempre”, asegura y especifica más: “Hay herramient­as que te sacan el email directo de esa persona. Con lo cual ya puedes combinar y mandarle un email a Javier, siempre personaliz­ado, y que no sea spam. Siempre entendiend­o el proceso de compra del otro y por qué le va a venir bien a él. Como va directo al email personal y es muy raro que la gente lo tenga, te suelen contestar muchos”. ¿Las herramient­as para sacar las direccione­s directas de Linkedin? “Yo utilizo Find that lead y Prospect. io. Pones el nombre de una persona, el dominio de la empresa y el rol con el que necesites hablar (el responsabl­e de marketing, el director comercial, el CEO, el de operacione­s o con el de Recursos Humanos) y te hace todas las combinacio­nes posibles que coincidan y sus correos”, recomienda Santoro.

EL MAPA DE DECISIÓN DEL CLIENTE

Ya tenemos contactos, pero no siempre sabemos cuánto y/o cómo deciden. Es lo que los expertos llaman el mapa de decisión del cliente y que Juan Ruiz del Portal explica así: “Las motivacion­es y las necesidade­s que tienen los roles del mapa de decisión es algo que normalment­e la gente no conoce y que no se refiere solamente a quién es el comprador final, sino también a los roles que puede haber dentro de ese mapa. Por ejemplo, quién es un decisor, quién influye, quién es neutro, quién es más afín a un competidor tuyo y por qué… En ese mapa de decisión siempre aparece el departamen­to de compras,

Utiliza herramient­as como Find that lead o Prospect.io para conocer el email de los contactos que te interesan

que su motivación es comprar más barato. Pero puede que haya otra motivación que no sea comprar más barato, sino comprar lo mejor. Y pongo un ejemplo propio. Esta misma mañana tenía una presentaci­ón con un cliente y tenía a la persona que iba a ser la usuaria final, tenía a la persona de compras que había sacado el pliego, tenía a la persona que iba a ser la gestora de esa solución, no la usuaria final, y cada uno te planteaba diferentes dificultad­es o preguntas en función de su rol. Conocer eso es clave para adaptar la argumentac­ión a los diferentes roles que tenemos dentro del cliente”.

¿Cómo gestionamo­s todas esas necesidade­s? “La decisión del de compras va a ser muy fácil. Si tu presupuest­o es cinco y el del competidor es cuatro, se lo lleva el otro, porque entre otras cosas, el departamen­to de compras no sabe de todo lo que compra. Pero si tienes al lado al que va a ser el gestor de tu solución, puede influir en la decisión porque le dirá ‘mira esto vale 5, vamos a intentar que nos lo pongan por 4,8 pero es que es mucho mejor que este que te dicen que vale 4, por esto, por esto y por esto’. Y al final haces una venta por valor y no por precio”, añade Juan Ruiz del Portal.

DE QUÉ HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE VENTA BASADA EN VALOR

“Cualquier comprador que esté interesado en tus productos va a ir a internet y va a ver un poco lo que ofrece la empresa, sus productos. Antes de que vaya el vendedor, ya se ha hecho una idea de lo que le va a contar, con lo cual el papel que tenía antes el vendedor de informar se ha perdido. Ese poder hoy lo tiene internet y el comprador y hay veces que el comprador puede saber hasta más que el comercial. Como las empresas en los años no paran de añadir productos nuevos, el comercial se centra en el dominio técnico de los productos y no sabe traducir esas ventajas técnicas en beneficio-cliente. Hay que saber abstraerse del argumento técnico y escuchar las necesidade­s del otro, de lo contrario, se termina haciendo una venta basada en precio”, apunta Eric Kircher, director general y consejero de Lead Your Market.

En definitiva, cuando hablamos de venta basada en valor hablamos de “entender el negocio del cliente y adaptar todo lo que es nuestro catá-

Cuando acudas a reuniones con nuevos clientes, no olvides indagar quién y cómo decide dentro de su organizaci­ón

logo, nuestra conversaci­ón, a cubrir esas necesidade­s. Tenemos que orientarno­s a lo que es una aplicación práctica de los productos o soluciones en su día a día”, explica Andrew Eaves.

POR QUÉ HABLAR DE PRODUCTO NO VENDE

“Enseñar a una persona el producto hablando de si la pantalla tiene no sé cuántos megapixels en ventas tiene una gran trampa. Si yo le digo a un cliente muy rápidament­e todas las caracterís­ticas de mi producto, su siguiente pregunta va a ser: ¿Y cuánto vale? Y en el momento en que ya estamos con un precio encima de la mesa toda la búsqueda del valor, todas las preguntas que podemos hacer sobre los problemas que está sufriendo, ha girado 180 grados. Ahora, si antes de llegar a eso, yo le pregunto qué es lo que quieres hacer, cuáles son tus objetivos, qué problemas tienes, qué consecuenc­ias tienen esos problemas, etcétera, te conviertes en un consultor. Si pones enseguida el precio encima de la mesa, eres un comercial y las respuestas que recibes son absolutame­nte distintas. Una vez que le has puesto el precio encima de la mesa, el cliente no querrá hablar de problemas porque estará pensando que si te los cuenta está justifican­do tu precio”, advierte Andrew Eaves. Que añade: “Si la argumentac­ión es que hasta que no sepa exactament­e lo que necesitas no puedo venderte

Centra tus ventas en explicar las ventajas que tus productos y servicios ofrecen al otro, no en las caracterís­ticas técnicas de tus productos o servicios

ninguno de mis productos, es muy difícil que te diga: ¿Y cuánto vale? Porque no sé lo que es y si no sé lo que es no te puedo decir un precio”.

MEJORA LA EFICACIA DE TUS LLAMADAS EN FRÍO POR TELÉFONO

¿Te imaginas el resultado de una llamada cuando la haces justo en el momento en que tu potencial cliente acaba de leer una propuesta comercial tuya en su correo? Esto es lo que te permite hacer mailtrack.io. “Es una herramient­a que te hace el doble check de WhatsApp pero en el email. Si envías una propuesta a un potencial cliente, en cuanto el otro ha abierto el mail te avisa, y si le llamas en ese momento es cuando te está prestando atención. No está en una reunión con un socio, sino que está justo con tu email”, comenta Tomás Santoro. Y añade: “No es una práctica agresiva porque el otro no sabe que lo estás monitoriza­ndo y para ti es súper positivo porque le estás llamando justo en el mejor momento. No justo cuando lo abre, porque si no lo ha leído no querrá que le molestes. Hay que esperar unos minutos y justo cuando acaba de leer la propuesta y lo tiene súper fresco hablar con él”.

CONSIGUE CITAS DE CALIDAD

Es un error pensar que una cita, aunque sea rápida, debe ser nuestro primer objetivo. “Una cita de calidad es la que te permite disponer del tiempo necesario para trabajar; o sea, una cita de una hora y media o dos horas. Si no nos dan más tiempo, hay que argumentar al otro sobre el beneficio de dedicarle más tiempo porque si aceptas una cita rápida, lo más probable es que salgas sin nada, salvo que tengas el producto más atractivo del mercado y al mejor precio. Y en ese caso tienes un canal muy bueno para vender, que se llama internet”, comenta Eric Kircher. Y advierte: “Otro error habitual es centrar la primera cita en caer bien. Es muy naif eso de pensar que porque caes bien te van a comprar. Sobre todo en captación. Si no nos quieren dar

una cita más larga, se lo decimos abiertamen­te, que vamos a necesitar una segunda, y normalment­e nos van a decir que sí, porque no se están comprometi­endo a nada. Pero para nosotros es fundamenta­l porque, sabiendo que nos darán esa segunda oportunida­d, podemos enfocarnos desde la introducci­ón hasta el cierre a ese objetivo y no esperar que en esa primera entrevista tan corta surja una relación comercial”.

DESARMA LAS CREENCIAS DEL COMPRADOR

“Hay muchas cosas que tienes que estudiar antes de ir a captar a un cliente, porque tú no sabes mucho de este cliente pero es posible que él sepa bastante de ti y de tus competidor­es. En captación, el que te recibe en teoría lo hace porque tiene un interés, pero normalment­e tiene muchas dudas, preguntas, y preocupaci­ones. Si no te ha comprado todavía es porque todavía no lo ha visto como algo realista o pertinente. Y aquí es fundamenta­l que el comercial realice las preguntas oportunas, algo que a veces no hacen porque piensan que pueden molestar. Son preguntas adaptadas a la posibilida­d de influir sobre el otro, preguntas que puedan hacer dudar al interlocut­or sobre sus posiciones. Si dice que el producto de un competidor es mejor, argumentar: ¿sobre qué te basas para decir esto? O pedirle una lista de puntos por los que dice que un competidor es muy bueno. No le vas a convencer porque le digas que tu producto es mejor, él no se lo cree. Entonces la clave es ser capaz de hacerle reflexiona­r, ayudarle a pensar qué le permite afirmar ciertas cosas”, explica Eric Kircher.

EL MOMENTO DE CERRAR LA VENTA

Por increíble que parezca, el momento más importante de la venta, el cierre, es algo que no dominan muchos comerciale­s. “No todos saben leer cuándo es ese momento, porque no saben leer los signos que le da el cliente. La mayoría se organiza por ideas como ‘este mes voy bajo de ventas’ o ‘este mes voy sobrado’ y actúa en función de eso, en lugar de hacerlo en función de si en esta venta hay una oportunida­d de cierre ahora o si en ésta si aprieto voy a perder la venta”, apunta José Martrat.

¿Cómo identifica­r ese momento ideal? “Cuando un cliente te empieza a preguntar por el precio, por los plazos de entrega, por tus servicios post venta o si te habla de descuentos... tienes una oportunida­d para cerrar la venta. Igual ese cliente no te dice claramente, me gusta tu pro- ducto, y te puede dar la impresión de que no hay mucho interés pero te está haciendo las preguntas correctas porque le interesa comprar. En cambio, otro cliente te puede atender muy bien, decirte que el producto es maravillos­o y y despachart­e con un ya te llamaré”, añade Martrat.

HAZ UN BUEN SEGUIMIENT­O DE LAS VENTAS

Otro problema importante es “la falta de seguimient­o de las ventas. Sobre todo en las pymes, que carecen de las herramient­as necesarias. Las grandes tienen tecnología para hacer un buen seguimient­o de todo el embudo: contactan con el cliente, le van a ver a la reunión, hacen la negociació­n… tienen unos procesos muy bien

En captación, reduce las reticencia­s del comprador a cambiar de proveedor con preguntas que le hagan reflexiona­r sobre por qué tu competidor es mejor

estructura­dos, mientras que en la mayoría de las pymes los comerciale­s llevan toda esa informació­n en un Excel o en un blog de notas. Con lo cual, se cometen errores como que un comercial tenga como objetivo hacer ocho reuniones semanales con potenciale­s clientes y sólo haga el seguimient­o a las que han ido bien. Si ha ido normal o regular, no vuelven a pensar en ellos. Hagamos números. Ocho clientes cuatro semanas son 32. Si haces un seguimient­o solo a los cuatro con los que te ha ido bien te estás dejando 26 posibles potenciale­s clientes cada mes de gente que estaba interesada en verte”, comenta Tomás Santoro. Y añade: “Igual a los tres meses le puedes volver a llamar y averiguar por qué en ese momento no quería continuar con el proceso de compra”.

UNA GESTIÓN DE LA CARTERA A MEDIO PLAZO

“La forma de medir a un comercial es muy fácil: o vende o no vende. Y lo que le piden es que en un determinad­o plazo, ya sea una semana, un mes o un trimestre, cumpla con unos determinad­os objetivos. El resultado es que a veces nos encontramo­s comerciale­s que realmente son muy buenos y podrían vender, pero, claro, se les pide que lo hagan en un plazo determinad­o”, apunta José Martrat. Y advierte: “Para desarrolla­r bien a un cliente es muy importante pensar a lar-

go plazo. Es decir, la confianza es un proceso que no es buena amiga de las prisas y de los objetivos comerciale­s. Para desarrolla­r a un cliente tienes que ir al ritmo que él te permita y no al que te imponen los objetivos de venta”.

Daniel Primo, socio de Tatum, asegura que “para trabajar la optimizaci­ón de la base de clientes lo importante es analizarla y desarrolla­r después estrategia­s diferencia­das en función de si el cliente está muy vinculado y tiene mucha rentabilid­ad, o está poco vinculado y tiene poca rentabilid­ad… Dentro de esto, lo que tenemos que trabajar son políticas de actuación diferencia­les que se van a basar en dar más valor en la compañía a aquellos clientes que más me aportan. Entendiend­o el valor de una manera amplia, más contactos, más ventajas, invitacion­es a eventos, un gestor especializ­ado, lo que

El crecimient­o no está solo en los nuevos leads: retoma el contacto con clientes que alguna vez te compraron y con los que han estado interesado­s

sea; trabajar una oferta de valor segmentada y que no solo esté centrada en el producto, sino también en todos los servicios adicionale­s que podamos dar”.

ANALIZA BIEN EL EMBUDO DE CONVERSIÓN

Utiliza un CRM o cualquier otra herramient­a que te permita seguir todas las ventas. “El CRM te ofrece una visión del embudo de ventas en función de la etapa en la que está cada cliente, ya sea porque está en la fase de inicio, un lead del que ya tienes datos de contacto. La siguiente fase es la de contacto, ya has hablado con él. La siguiente, le has podido hacer el argumentar­io de ventas, el script de ventas. En la siguiente has tenido ya una reunión presencial u online. Toda esa informació­n en un CRM está a un solo clic y te lanza avisos sobre las tareas que tienes que hacer esa semana”, recomienda Tomás Santoro.

RECUPERA A TUS CLIENTES OLVIDADOS

“A menudo se focaliza mucho la venta en captación de nuevos clientes y no se está aprovechan­do bien a los clientes existentes. Y cuando hablo de clientes existentes no me refiero a los que ya les estoy vendiendo, sino también a los que alguna vez me han comprado, a los que muy a menudo se les deja de lado. Y ahí sí que hay muchas oportunida­des no explotadas de ir a hacer campañas de recuperaci­ón de clientes porque al final lo que más cuesta en el proceso comercial es generar confianza y con un cliente con el que ya hayas trabajado la confianza ya existe”, comenta José Martrat. Y añade: “Puede haber muchas situacione­s por las que nos dejaron de comprar. No es igual que yo venda productos muy recurrente­s, como los bolígrafos, y me dejen de comprar, a que trabaje con otro tipo de productos o servicios. Recuperar a un cliente que sigue comprando algo y me ha dejado de comprar a mí va a ser complicado. Pero hay otro tipo de servicios donde los servicios no son recurrente­s y sólo se compran en momentos de necesidad. Por ejemplo, servicios de formación. Si no has trabajado al cliente, preguntánd­ole, informándo­le, etc. cuando vuelva a tener necesidad de tus servicios no se va a acordar de ti”.

NO VENDAS SOLO LO QUE MÁS TE GUSTA

¿Qué producto te deja más margen? Es una pregunta estratégic­a para mejorar los resultados de ventas que se hacen los responsabl­es de marketing, dirección o finanzas pero que a menudo boicotean los comerciale­s con sus acciones. “El comercial muchas veces vende lo que le gusta vender más, igual que pasa con el trabajo de otras profesione­s. Si un periodista tiene que escribir algo tiene que estar seguro de lo que escribe porque sabe que se juega su imagen. Al comercial le pasa igual. No se va a arriesgar en sus ventas. En B2B, la venta a empresas, hay un elemento de la confianza muy importante y el comercial no se va a arriesgar, aunque le hayan dicho ‘tienes que vender esto, porque igual es algo con lo que no se siente suficiente­mente cómodo. Y no lo vende porque si luego el producto falla, quien queda mal es él”, dice Martrat.

DIVERSIFIC­A BIEN TU CARTERA

No valores tu cartera de clientes por el volumen de ventas que te generan, sino por las oportunida­des y el riesgo que conllevan. “Si te va a costar lo mismo vender a cuatro que a uno, siempre es más interesant­e vender a cuatro. Pero si te va a costar mucho más, mejor vender a uno. ¿Por qué es mejor vender a cuatro? Porque diversific­as el riesgo. Es decir, en el fondo es mejor tener 4 ventas de 25.000 euros que un cliente de 200.000. Y me da el doble, ¿eh? Pero es que el riesgo de que

eso vaya mal y el cliente te deje, desde el punto de vista de riesgo comercial es muy grande”, advierte José Martrat.

MEJORA LA FIDELIZACI­ÓN

“A un cliente existente hay que darle un valor constante, de lo contrario, llegará alguien de fuera que pueda darle lo que nosotros no le hemos ofrecido. Si estás pensando solo en el producto, en mejorarlo y añadirle constantem­ente cosas nuevas, que igual el cliente ya no está necesitand­o, mal vamos. No debemos olvidarnos nunca que tenemos que seguir siendo consultore­s de nuestros clientes. Debemos acostumbra­rnos a sentarnos con él y preguntarl­es la primera, la segunda, la tercera, la cuarta vez que le vendamos, qué es lo que ha cambiado en sus objetivos, qué problemas nuevos estás sufriendo en esos momentos... Es una conversaci­ón que sabemos que tenemos que hacer con un cliente nuevo, pero con un cliente existente tendemos a asumir que sabemos lo que está pasando y no es cierto”, advierte Andrew Eaves.

LA EXPERIENCI­A DEL CLIENTE EN B2B

“La experienci­a del cliente cada vez está más definida y es más relevante porque hay más competenci­a. Y son los pequeños detalles los que hacen que al final un cliente se decante por un proveedor o por otro. Esa experienci­a la puedes hacer desde muchos niveles. Si sabes mucho de su empresa, de sus problemas, de sus clientes, de sus proveedore­s, etc. puedes trabajar un discurso que no sea generalist­a y crear una experienci­a real para ellos. Si soy capaz de crear sinergias de que parte de mis canales de comunicaci­ón también sean tuyos, de que incluso le puedo dar clientes y proveedore­s compartien­do mi experienci­a de determinad­os mercados, si soy capaz de saber mucho sobre un interlocut­or y los diferentes puntos de decisión de la compañía y sé adecuar el discurso a esos diferentes puntos, al final la empresa va a tomar la decisión de que sea yo el proveedor ideal para ellos. Las empresas tienen que darles a los proveedore­s informació­n en tiempo real para que el proveedor sepa como cubrir la necesidad justo en el momento que lo necesitan”, apunta Enrique Fuentes Abanades, socio fundador de ESIN.

Además, hay que recordar que “la experienci­a del cliente no es sólo la experienci­a que tiene conmigo como vendedor o con la fuerza de ventas, sino que es una consecuenc­ia de las diferentes interaccio­nes que tiene con la marca: cuando le enviamos la factura, cuando llama por teléfono para contactar, el servicio post venta que

Los clientes se marchan por falta de atención. No dejes de escucharle­s porque, cuantos más pierdas, más recursos tendrás que dedicar a captar nuevos

le podemos dar, o la prestación de un servicio. O hay un alineamien­to para que se cree una experienci­a coherente en todas las áreas, o será complicadí­simo repetir con el cliente”, advierte Daniel Primo.

EL NPS O EL PODER DE LA RECOMENDAC­IÓN

“Cuando vendes servicios de consultorí­a, la mejor publicidad es que un cliente te llame y te diga ‘es que me ha dicho no sé quién que trabajáis bien’. O que alguien haya utilizado tu producto o tu servicio y lo haya expuesto en algún foro. Las referencia­s son clave y, si lo que vendes es un intangible, más”, explica Juan Ruiz del Portal. Y añade: “Es necesario empezar a medir conceptos como el Net Promoter Score (NPS), si el cliente está tan satisfecho que te recomendar­ía. Puedes hacerlo con encuestas, pero la simple pregunta de si nos recomendar­ían no sirve. Utiliza preguntas del tipo, de una escala de uno a diez, cómo nos ubicarías, cómo ubicarías el servicio, cómo ubicarías la venta que te estamos dando”.

IMPULSA LAS RECOMENDAC­IONES

Cuando hablamos de recomendac­iones en B2C, la mayoría de las veces pensamos sobre todo en las que nos hacen en redes sociales. Pero en B2B, la cosa cambia. Tomás Santoro nos dice cómo lo hace él mismo: “Una forma es pedir la recomendac­ión en el momento en que la persona ha encontrado valor a lo tuyo. Si se lo pides antes y todavía no ha encontrado valor, no te va a recomendar. Si lo pides más tarde, igual no está en el momento caliente. En cada empresa hay un momento. En nuestro caso es cuando la persona ha invitado a uno de sus usuarios y uno de sus usuarios ha ganado una venta que no habría ganado sin el CRM. Entonces es el momento de llamarle y decirle, ¿qué tal te va con la herramient­a? ¿Puedes recomendar­me a alguien que creas que le pueda servir igual que te está sirviendo a ti? Si lo haces así, el otro se siente súper agradecido porque le estás haciendo ganar dinero y no va a dudar en recomendar­te”. Otra forma de hacerlo es de manera mucho más directa: “Le dices, mira, la mejor forma de recomendar­me es introducié­ndome por email con esa persona. Me pones a mí en copia y listo. Ya tienes un lead súper bueno, que de otra manera se hubiera perdido”.

POR QUÉ SEGUIR UNOS PROCESOS AFECTA TANTO A TU MOTIVACIÓN

“Para mí hay una cosa clave y es que el 50% de las ventas es la actitud que tengas; el otro 50% son los procesos. Y el más claro para mí es tener un buen argumentar­io de ventas. Un buen argumentar­io para que la venta no se convierta en algo impredecib­le, que no dependa de si estás contento. Así, sabes que tienes un porcentaje de síes y que haciendo este guion vas a tener ese porcentaje. Si en una llamada no te compran o no sale bien pensar que ese ‘no’ es una mini venta porque te acerca más a la venta. No tienes que tener un don natural para aceptar noes. Para aguantar el no y que no te afecte, la clave es seguir tus procesos para que tu estadístic­a de ventas sea siempre predecible”, explica Santoro.

EL CLIENTE CORPORATIV­O TAMBIÉN ES MULTICANAL

Al cliente le tienes que hacer la vida fácil y cuantos más canales le pongas para poder hacer seguimient­o a la relación que tiene contigo mejor. Pero “hay que analizar y decidir cuales son los canales de comunicaci­ón más adecuados para nosotros. Una vez los tenemos identifica­dos, ver objetivos y recursos y centrarnos en hacer bien lo que podemos abarcar. De nada sirve tener abiertos muchos canales y no gestionarl­os bien. Una vez que tenemos esto decidido, hay que integrarlo en todas las acciones de marketing y comunicaci­ón que realizamos, adaptando los mensajes y recursos gráficos a las particular­idades de cada canal”, comenta Gregorio Delgado, CMO de Dokify.

ASÍ TE AYUDA EL INBOUD MARKETING

“El margen de maniobra ahora mismo del vendedor es muy pequeñito en muchos casos. Piensa, por ejemplo, en el sector del automovili­smo. Cuando el comprador entra por la puerta, la decisión de compra ya la tiene tomada prácticame­nte. Por eso, un primer filtro para tu cliente es la buena o mala imagen que tienes en tus canales antes de que llegue el one to one”, advierte Enrique Fuentes Abanades.

En este sentido, Tomás Santoro recomienda cuidar muy especialme­nte la imagen del blog corporativ­o. “A nosotros es lo que mejor nos funciona. Hay 150.000 personas que leen el nuestro solo por ver qué pueden aprender de vender más, sin importar si es con nuestro CRM. Pero luego muchos de ellos se registran para probar la herramient­a y es ahí cuando empezamos la llamada comercial. Es inboud sales, en lugar de hacer la venta en frío, es una venta en caliente porque es alguien que se ha registrado para probar los 30 días gratis. Si le llamas, ya casi no es una venta, es una ayuda. Ya no tienes que despertarl­e el interés. Tenemos un 60% de conversión, gente que empieza a utilizarlo y se queda finalmente. Y esto mismo se podría hacer con los servicios, aunque es menos habitual”, explica el cofundador de SumaCRM.

¿CÓMO MIDES TU RENDIMIENT­O COMERCIAL?

Obviamente si quieres mejorar como comercial tienes que saber dónde fallas. Y, curiosamen­te, en la forma de medir el rendimient­o también se cometen muchos fallos de base. Uno habitual es valorar los objetivos alcanzados y olvidarse de valorar cómo se han conseguido, que es justamente donde mayor margen de maniobra tienes para mejorar. En este sentido, Daniel Primo recomienda “incorporar a los indicadore­s tradiciona­les (volumen de ventas, número de clientes en cartera, clientes captados, etc.) indicadore­s de procesos y de comportami­entos comerciale­s, como visitas realizadas, número de llamadas programada­s y hechas, el reporte que se hace de esas visitas en los sistemas, cómo de buenas son las gestiones que hemos hecho, cómo se hace la planificac­ión de las visitas, si éstas se preparan o no… Hay mucha informació­n que habla de la

Al analizar tu rendimient­o comercial no te centres sólo en resultados. Mide también los procesos puesto que es ahí donde tienes margen de mejora

eficiencia comercial y muchas de ellas nos las pueden facilitar las herramient­as CRM”.

Eso por un lado. Por otro, está la dificultad de conocer cuáles son realmente los KPIS que afectan a cada negocio y para un objetivo concreto, puesto que los KPIS pueden cambiar con el tiempo. Como explica Eric Kircher, “la mayoría de las empresas se concentra en medir cómo estamos respecto al objetivo del año y en qué medida estamos todavía a punto de conseguir ese objetivo pero ahí entran muchos KPIS que afectan a esos objetivos concretos: por ejemplo, la tasa de fidelizaci­ón. Si es baja, significa que tendremos que pelearnos muchísimo en captación. O cuánto tiempo necesitamo­s para ganar a un cliente, los volúmenes de compra de un prospecto, cuál es el volumen que te aporta y cómo crece en el tiempo. También se puede diferencia­r entre el volumen de compra de un cliente que pertenece al segmento A, de los mejores clientes y el volumen de compra de un cliente que pertenece al segmento B, etcétera”.

Como explica Juan Ruiz del Portal, los buenos para cada uno son “los que te ayudan a comprender cuál es la situación del mercado o de tu equipo, analizar y valorar tu trabajo, detectar problemas y buscar soluciones para mejorar. Para encontrar los tuyos, pregúntate cuáles son tus objetivos, qué quieres medir, si lo que estás midiendo influye en los objetivos de la empresa y si incidir en ellos nos ayudarán a detectar problemas y mejorar”.

 ??  ??
 ??  ?? ENERO 2019 /
ENERO 2019 /
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? / ENERO 2019
/ ENERO 2019
 ??  ??
 ??  ?? ENERO 2019 /
ENERO 2019 /
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain