Miguel Arias,
MIGUEL ARIAS, DIRECTOR GLOBAL DE EMPRENDIMIENTO DE TELEFÓNICA
director global de emprendimiento de Telefónica, está creando un ecosistema de startups en torno a la primera multinacional española de telecomunicaciones.
Si en el caso de Carto se da la anomalía de que el COO ganase en visibilidad al CEO, ello se debe a que Miguel Arias siempre ha trabajado en paralelo por impulsar el ecosistema emprendedor en España. “Ese ha sido el letimotiv de mi vida personal”. -
Tras aceptar el cargo de director global de Emprendimiento en Telefónica hay quien acusa a Miguel Arias de haberse pasado al lado oscuro, pero el antiguo COO de Carto dice acudir cada día a su trabajo dispuesto a que le echen. “No es que quiera hacer méritos, pero yo creo que cuando trabajas en temas de innovación, con cosas disruptivas, hay que asumir riesgos y mover cosas, por eso tienes que tener siempre la caja preparada debajo de la mesa”.
En cuanto a los motivos que le animaron a decir sí a la propuesta de Telefónica, destaca dos: “el primero, y el más relevante, es la posibilidad de conseguir impacto global en muchos ecosistemas emprendedores a la vez. Esto para mí es muy atractivo. Lo segundo es que, después de muchos años trabajando como startup con grandes corporaciones, también Telefónica, tenía curiosidad por entender qué pasaba al otro lado del mostrador”.
La importancia del ecosistema la descubrió Miguel Arias durante sus numerosas idas y venidas a San Francisco, a raíz de vender su primera empresa, Imaste. “Lo que me impactó especialmente fue ver que los ecosistemas se apoyan en una relación muy fuerte entre pares. Ahora lo llaman mafias, pero no son más que personas que se han conocido antes en la Universidad o han trabajado juntos, tienen confianza, saben en qué son buenos unos y otros y luego, cuando montan negocios arriesgados, se apoyan e invierten entre ellos. Eso es lo yo lo echaba de menos aquí”.
Por eso fundó en 2011, junto a otros emprendedores, Chamberí Valley y por eso le ilusiona el nuevo cargo. “La oportunidad de multiplicar por mucho esas redes de confianza a escala global, eso nadie me lo puede ofrecer mejor que una compañía española, tecnológica y con presencia en 11 ecosistemas y, si me apuras, en 16”.
DÓNDE EMPIEZA Y ACABA SU RESPONSABILIDAD
Dentro de la gran área de Innovación de Telefónica, distinguen entre la innovación interna, que denominan core innovation, y la externa, open innovation. A Miguel Arias le corresponde la segunda y, dentro de ella, “donde se establece la relación entre partners corporativos con startups y emprendedores. Esto es lo que llevo yo, con Wayra como estandarte y sus 11 hubs de innovación abierta en todo el mundo”.
También depende de él la rama que llaman Open Future “que es la iniciativa de Telefónica para apoyar ecosistemas locales a crear una red global. Aquí, a través de acuerdos con socios públicos y privados, Telefónica apoya startups en fase de maduración. Tenemos en total 20 centros Open Future en España y 50 en todo el mundo”. Al margen, pero también dentro de Open Innovation, estaría el área de los fondos de inversión.
UNA CUESTIÓN DE EQUILIBRIO
El concepto general que engloba todo este entramado es el de la innovación abierta. Él la define como “el interface que tiene Telefónica para traer innovación de fuera y meterla dentro de la compañía y también coger innovación y tecnología o acceso al cliente que tengamos nosotros para ofrecerlo al ecosistema”.
En este sentido, Miguel Arias no admite las críticas que apuntan a un posible desequilibrio en el trueque, donde las startups aportan su valor principal, la tecnología, y Telefónica algo que ya tiene hecho, las redes comerciales. “La realidad de que no toda la innovación ocurre dentro de las grandes corporaciones está aceptada, pero en una compañía como Telefónica, que es fundamentalmente tecnológica, no es cierto que solo absorba tecnología de fuera sin poner la suya a disposición de otros”.
Otro tema es que las corporaciones hayan madurado lo suficiente como para integrar a las startups dejándolas hacer a su estilo. “Cada vez hay más compañías que lo entienden. La innovación abierta no es una moda, ha venido para quedarse, pero también es cierto que la transición no es fácil”. La clave para conseguirlo está, desde su punto de vista, en un esfuerzo conjunto en el que, por un lado, las organizaciones trabajen para cambiar su cultura interna y las startups, por su parte, revisen determinados planteamientos. “Si quieren trabajar con grandes clientes deben aprender a navegar al ritmo de su interlocutor”, afirma.
La innovación abierta no es una moda, ha venido para quedarse