LA FACTURA ELECTRÓNICA REDUCE LOS COSTES UN 67%

Mucho se ha escrito –y también en estas páginas– sobre las ventajas de la facturación electrónica, cuyo uso es obligatorio en la contratación pública desde el 15 de enero de 2015. Que si acorta los ciclos de tramitación, incluido el cobro. Que si reduce los costes de impresión y de envío postal. Que si mejora el servicio al cliente. Que si facilita la lucha contra el fraude. Que si... En la era de las métricas, faltaba poner dígitos a esas buenas intenciones. Seres, especialista en intercambio electrónico seguro de documentos, ha cuantificado ese ahorro. Frente a la factura tradicional, la electrónica permite un ahorro estimado del 67% en los costes de facturación (1,64€ de ahorro por cada factura emitida y 2,27€ por la recibida), hasta el 81% en los de almacenamiento, y un ahorro de más de media hora de trabajo por cada 20 facturas emitidas.