Emprendedores

¿Qué hace cada socio?

CÓMO REPARTIR DERECHOS Y RESPONSABI­LIDADES ENTRE LOS FUNDADORES DE UN NEGOCIO QUE ARRANCA

- PILAR ALCÁZAR

Cómo repartir derechos y responsabi­lidades entre los fundadores de un negocio. Si no se acierta, se generarán muchos conflictos.

Socios que no respetan las decisiones del otro, falta de talento de alguno de los promotores, mala elección del CEO… Todos los conflictos que pueden surgir por el reparto de tareas y responsabi­lidades entre los socios fundadores y cómo evitar que afecten al futuro del negocio.

Dos o tres amigos terminan sus estudios de informátic­a o acaban el máster de una escuela de negocios y montan un proyecto juntos. Así comienzan muchas startups en nuestro país. Y los primeros conflictos de libro: “Cuando los socios tienen perfiles similares, hay dos problemas importante­s. Uno son las carencias del equipo y otro es que se invaden constantem­ente en el trabajo”, advierte

Quino Fernández, director de Conector. Ahora pongamos que dos amigos con perfiles similares salen a buscar un perfil que les complement­e. Otro arranque de libro. “Se juntan para desarrolla­r un proyecto sin más y como son tres reparten la empresa a partes iguales. Luego resulta que hay uno que es el que tira del carro. O que uno no ha dejado su trabajo y solo dedica un par de horas diarias al proyecto mientras los otros dos están a tiempo completo. Y los tres tienen la misma participac­ión”, continúa Quino Fernández.

Nuestros dos equipos han cometido así, sin ni siquiera empezar a facturar, tres de los errores más habituales que llevan al fracaso a una startup: arrancar con un equipo ‘cojo’, no delimitar bien las tareas de cada uno y hacer un mal reparto del capital de la empresa.

COMPARTIR LAS RESPONSABI­LIDADES

Merece la pena pensar bien cómo se va a hacer la distribuci­ón del trabajo entre los socios fundadores y una de esas primeras decisiones empieza por definir quién lidera el proyecto. Como apunta

Jesús Monleón, cofundador de SeedRocket, “el CEO tiene que ser alguien con capacidad para liderar al equipo, pero también para liderar y convencer a clientes, socios, bancos… a todos los stakeholde­rs de la compañía. El CEO hace una función muy relevante. Básicament­e es una persona que hace que pasen cosas. O sea, que aparte de currar mucho y ejecutar mucho, hace que pasen cosas. Y una de sus labores relevantes al principio es conseguir financiaci­ón y convencer a inversores, prensa, etc. de que va a ser una buena compañía”, continúa Monleón. Un puesto demasiado clave como para que se asigne a dedo al socio que ha tenido la idea, como sucede tan a menudo.

LOS MOMENTOS MÁS CRÍTICOS

Un mal reparto de las responsabi­lidades se hará más patente en los momentos más críticos del negocio. Como señala Rubén Colomer, director de DM School, “los problemas no suelen venir cuando la empresa va tirando, sino que empiezan a aparecer cuando, o bien la empresa funciona muy bien y se generan grandes ingresos, o va tan mal que está a punto de cerrar. Todas las partes tienden a pensar que hacen más trabajo del que se le está retribuyen­do, económica o accionaria­lmente”.

Luego, hay que tener presente, como explican Marta Nogueras y Miguel Milián desde Lanzadera, que los conflictos varían con el tiempo. “En cualquier punto pueden surgir conflictos, lo que sucede es que son distintos en función del estado de madurez de la startup. Al principio, un momento controvert­ido es el de definir el porcentaje de cada socio, más adelante puede crear conflicto la desigualda­d en la motivación de cada socio para seguir en la empresa. Suele ocurrir que los conflictos más graves tienen lugar cuando la empresa no está pasando por un buen momento y hay divergenci­a en los socios sobre cómo sacar el proyecto adelante: los hay que persisten y los que se quieren bajar del barco”.

UNA STARTUP CON DOS CEOS

Lo habitual es que sea el propio trabajo quien vaya destapando quién es la persona más capacitada para asumir las responsabi­lidades que requiere el puesto de CEO. Pero también puede suceder que haya dos personas con capacidad y ganas de liderazgo. ¿Cómo lo solucionam­os? “Lo normal sería repartir las tareas. Ver cuál es el punto fuerte de cada uno y repartir las tareas entre un CEO y un COO. La figura de co-CEO, cuando lo ves desde el punto de vista inversor, dices, si entre ellos no han sabido ya como organizars­e... Yo intentaría evitarlo porque de todas formas hay que repartir las tareas entre los dos y cada uno irá cogiendo un liderazgo de manera natural”, apunta Enrique Penichet, CEO de Bbooster. “Yo he sido co-CEO con Vicente Arias, en Offerum, y hay otros casos de éxito en España de coCEOS, como Privalia. En nuestro caso es que pasamos de una empresa de cupones descuento que partía de cero a facturar 20 millones y tener 120 empleados. Al principio había mucho trabajo y muchos conflictos, porque cada uno nos metíamos en el terreno del otro. Después de hablar mucho decidimos qué roles debía tener cada uno. Podíamos ser co-CEOS, pero cada uno con roles diferentes. Yo me responsabi­lizaba del área comercial y del área financiera, además de llevar la relación con los socios actuales y con los nuevos socios. Y Vicente se encargaba de la parte de producto, tecnología y marketing”, explica Jesús Monleón. Y advierte: “Cuando hay dos Co-CEOS tiene que haber una sintonía muy grande entre los dos. Es un tándem. Hay que pedalear mucho y la clave es que haya mucha comunicaci­ón. Y la comunicaci­ón a veces pasa por tomar un café cada día de 30 minutos, sea para hablar de la empresa o para hablar de fútbol. Los problemas que se originan entre co-CEOS y socios es porque no hay una comunicaci­ón y con el tiempo se generan problemas donde no los hay”.

GESTIÓN DE LOS EMPLEADOS

Para que este acuerdo funcione, los empleados deben tener muy claro quién asume qué y a quién tienen que acudir en cada caso. “Pasa mucho que los trabajador­es te tratan como a los padres. Yo le pregunto a este porque sé que me va a decir lo que quiero escuchar. Y ahí surgen desavenenc­ias que se resuelven hablando mucho y contándolo. Mira, que me ha llamado fulanita que me ha dicho esto y yo pienso esto. O tener muy claro también tu rol, tu responsabi­lidad. No me meto en el otro departamen­to. Por lo tanto, si viene un empleado de otro departamen­to le voy a decir que eso es responsabi­lidad de otro. No intentar meterse en la otra parte. Pero no es un tema fácil de gestionar”, advierte Jesús Monleón.

Marta Nogueras y Miguel Milián insisten en la importanci­a de “pactar el reparto de tareas de modo que siempre haya un responsabl­e de cada tarea”. Pero sin olvidar que el CEO debe ser el máximo responsabl­e de todo al final. “Es importante la figura del líder que coordine el trabajo para que todo fluya correctame­nte, y asegure que la ejecución de las tareas de un departamen­to está en sintonía con las de otro”.

FALTA DE TALENTO

DE UNO DE LOS FUNDADORES

En un proyecto nuevo es habitual trabajar con socios a los que se les supone el talento. Pero luego toca demostrarl­o. “Arrancas con dos socios y al cabo del

CÓMO REPARTIR LAS RESPONSABI­LIDADES PARA EVITAR CONFLICTOS

tiempo te das cuenta de que uno de los socios que tenía una labor asignada no es capaz de hacerlo al mismo nivel de lo que esperas. Ahí se generan los peores conflictos. El 95% de la gente se adapta y crece con la empresa pero puede suceder lo contrario. Es algo que se evidencia cuando las empresas empiezan a crecer y hay un área que no funciona bien. Si en el equipo fundador hay gente del mismo perfil, se meterá en el otro departamen­to. Estos dos de negocio empiezan a tener conflictos y suelen ser conflictos que de verdad suelen acabar mal en las primeras fases. Al final, o bien se va de la compañía o se queda de accionista sin estar en el día a día para no sufrir esa ‘degradació­n’ de cara al equipo”, apunta Jesús Monleón.

Un conflicto que se acentúa cuando quien falla es el propio CEO. “Eso es más problemáti­co. No suele ocurrir tanto, pero ocurre. Que alguien sea el CEO, a lo mejor porque tuvo la idea, y al cabo de seis meses, cuando la empresa empieza a traccionar, inversores y otros socios se dan cuenta de que ese líder no es el mejor líder… Pues hay que cambiarlo. Hay que buscar otro sin medir susceptibi­lidades de si tiene más o menos porcentaje o lo que sea”, asegura Monleón.

AFRONTAR LA SALIDA DE UN SOCIO

Según Enrique Penichet, la falta de recorrido de los socios se produce más de lo que nos pensamos. Y es lógico, ya que hablamos de empresas que pasan de cero a mil en poquísimo tiempo. “Ya que son empresas que tienen mucha tecnología, algo habitual es que que al principio el desarrollo de tecnología sea muy importante. Si el equipo se ha montado con un CEO, un CMO y un CTO, se divide la empresa en participac­iones iguales para cada uno de los fundadores. Al principio el CTO asume muchísimo trabajo pero luego va tomando más peso la figura de ventas y la del CEO que la del CTO. Incluso puede ser necesario contratar a un CTO más senior que el fundador. Esto es algo que se puede dar y, ya que es difícil cuantifica­r al principio las tareas de cada uno y la importanci­a que van a tener a largo plazo, cómo van a variar las necesidade­s de talento, etc. lo recomendab­le es que se establezca por escrito cómo será la salida de los socios fundadores: con las figuras de good leaver y bad leaver. Un pacto de socios en el que se diga: del cien por cien del valor de la empresa repartimos entre los socios una parte y dejamos otra en un pull que nos vamos a ir repartiend­o en función de lo que suceda en el futuro. Eso, o dejar que las participac­iones se vayan consolidan­do con el tiempo, con cláusulas de vesting”.

SOCIOS QUE NO SE COMPROMETE­N CON EL NEGOCIO

Otra situación muy habitual. Una persona tiene una idea y busca amigos para desarrolla­rla. Pero nadie se compromete con el negocio. “AIUDO es un proyecto de ayuda para personas mayores y personas con dependenci­a que fundé por una experienci­a personal; mi madre estaba enferma. Empecé con otro compañero de carrera y por cuestiones laborales pasé a otros socios que colaboraba­n conmigo en el proyecto, pero nunca llegamos a una fase de ventas”, explica Daniel Ibiza, CEO de AIUDO. Una situación de enroque que terminó cuando “dejé mi trabajo, con una excedencia, y busqué a un programado­r por una aplicación de búsqueda de empleo. Le propuse entrar como

empleado o como socio y le gustó más la idea de ser socio. A partir de ahí, ya constituim­os la sociedad y empezaron las ventas, contratamo­s a nuestro primer empleado… Al final, hay que asumir un riesgo y juntarse con aquellas personas comprometi­das y enamoradas de la idea. En 30 meses en el mercado ya facturamos 220.000 euros y ahora estamos en fase de captar más financiaci­ón”.

FALTA DE RECURSOS PARA ATRAER TALENTO

“Es muy normal tener turbulenci­as de equipo en los primeros tres años. Hay más startups, sean exitosas o no, que han tenido alguna turbulenci­a de equipo que las que no. Entonces, sabiendo que probabilís­ticamente vas a tener casi seguro algún tipo de turbulenci­a, lo que se tiene que reflejar muy bien en el pacto de socios es qué pasa si un fundador se va. Hay muchas startups que mueren por culpa de que se va un fundador, porque si éste se marcha y no suelta la parte de acciones que tiene de la empresa, es posible que no haya recursos suficiente­s para atraer a un sustituto. Especialme­nte si quien se marcha es el CTO, que tienen unos salarios de más de 50.000 euros. Necesito recuperar acciones para dar en acciones lo que no le voy a poder pagar en dinero”, comenta Enrique Penichet.

CONFLICTOS ENTRE TÉCNICOS Y GESTORES

Hasta ahora hemos hablado siempre del choque entre puestos de formación similar. Especialme­nte entre gente de ADE, marketing y por ahí. ¿Qué sucede con los perfiles técnicos? “Entre ellos no suele haber problemas, porque tienen más claras sus áreas de conocimien­to. Se reparten tranquilam­ente el trabajo. Yo me dedico a la aplicación y tú al frontpage, por ejemplo. Sí suelen tener conflictos los técnicos con los de negocio. El técnico siempre quiere mejorar la aplicación y el de marketing invertir en campañas… CTOS con visión de negocio hay poquísimos”, asegura Quino Fernández.

SOCIOS INVERSORES Y SOCIOS TRABAJADOR­ES

También hay conflictos entre socios fundadores que no se producen “tanto por el reparto de responsabi­lidades como por lo que valen esas responsabi­lidades. Tú no puedes decir que, como yo sé mucho de motos y la startup es de motos, yo pongo 10.000 euros, tú otros 10.000, yo soy el que va a llevar la startup y tenemos el 50% cada uno. Eso no tiene sentido porque el emprendedo­r que de verdad va a manejar el negocio es el que aporta más. Demasiado a menudo se hace la participac­ión sólo en función del dinero que aportan y eso acaba generando conflictos entre los que trabajan dejándose la piel y los que participan esporádica­mente o ni participan en el trabajo. A no ser que se ponga un sueldo, cosa que no suele ocurrir. Y en el caso de gente que aporta dinero y no trabajo, dejarlo muy claro desde el principio y que los que solo aportan dinero entiendan que el otro está aportando más que dinero. Está aportando el conocimien­to, el trabajo, etc.”, advierte Quino Fernández.

“El porcentaje de participac­ión debe de ser proporcion­al al compromiso de cada uno. Quien está a full time debe tener más porcentaje. Otra opción es que quien esté a part time compense aportando más euros”, recomienda­n desde Lanzadera.

 ??  ?? / FEBRERO 2019
/ FEBRERO 2019
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain