Noticias y consejos prácticos para emprendedores.
SERÁ SUAVE, PERO YA POCOS DUDAN DE LA DESACELERACIÓN DE LA ECONOMÍA MUNDIAL EN 2019 QUE EMPEZÓ A MOSTRAR LOS PRIMEROS SIGNOS EL AÑO PASADO. PUERTAS ADENTRO, LA ECONOMÍA ESPAÑOLA CRECERÁ EL 2,3% EN 2019, TRES DÉCIMAS MENOS.
La fortaleza de la demanda doméstica compensará el descenso de las exportaciones --------------------------
Los datos de la desaceleración de la economía mundial –y española– dependen de las fuentes, pero todas coinciden en la tendencia, que no es otra que la desaceleración –suave y ordenada– de la economía mundial en 2019, un freno que se explica por las incertidumbres de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la volatilidad de los mercados financieros y el enfriamiento de la economía china, que pasará de un crecimiento de un 6,6% en 208 a 6% en 2019 y 5,8% en 2020 (y ya se sabe que cuando la economía china –importadora sobre todo de materias primas– se enfría el resto del mundo se constipa). Se suman a ese escenario el desenlace final del Brexit y los nuevos aires proteccionistas de la América de Trump, ese Cisne negro (fenómeno impredecible) que pueden contagiar al resto.
LA LETRA PEQUEÑA
Veamos algunos datos. Para el Servicio de Estudio de Mapfre,
en su Informe Panorama económico y sectorial 2019, "la economía global podría crecer este año un 3,3%, tres décimas menos que en 2018. Dato similar, décima por arriba décima por abajo, a las previsiones de BBVA Research, que prevé "una desaceleración –también suave– de la economía global desde el 3,6% en 2018 hasta el 3,5% en 2019 y el 3,4% en 2020". Una moderación "que será más evidente en las economías desarrolladas". España y el resto de la Zona Euro ya han empezado a notar las malas vibraciones de este pequeño movimiento sísmico global. Los principales think tanks hace ya meses que están revisando a la baja sus previsiones económicas para los próximos años. Uno de ellos, el Servicio de Estudios de BBVA, rebaja el crecimiento de las economías de la Eurozona del 1,8% de 2018 a 1,4% previsto para 2019. Y, en este contexto, aunque España mantendrá su crecimiento por encima de la media de la Eurozona, también se prevé una desaceleración gradual: desde el 2,5% de 2018 hasta el 2% en 2020. Detrás de la ralentización de la Eurozona estaría el efecto, que ya empieza a notarse, del cierre del programa de compra de deuda soberana realizado por el BCE hasta diciembre del año pasado, el descenso de las exportaciones –por una demanda global más débil– y el elevado endeudamiento público de algunas economías. La buena noticia es que, para Mario Draghi, aunque la demanda externa es más débil, la fortaleza de la demanda interna continuará impulsando el crecimiento de la Eurozona.