Emprendedores

El arte de contar historias

¿La informacio­n corporativ­a de tu empresa no engancha? Te contamos como puedes revertir esta situacion a traves de un languaje mas atractivo

- A I T O R B AL LE S TE RO S

n un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor”. Seguro que sabes quién escribió estas palabras. Pero, ¿por qué recordamos con tanta claridad las primeras líneas del El Quijote? ¿Qué tienen de especial? No sólo porque te lo hayan repetido mil veces en el colegio sino porque esconde una forma diferente de contar historias llamada storytelli­ng.

¿Un invento del siglo XXI? Para nada. El storytelli­ng, el arte de contar historias para atraer al cliente, es tan antiguo como la propia humanidad. Desde los trovadores de la Edad Media hasta los halakas de Marruecos eran maestros en narrar cuentos. Pero, ¿qué ha pasado? ¿por qué se ha puesto ahora tan de moda?

Discursos distantes, documentos farragosos, notas de prensa sin alma, videos corporativ­os que no añaden nada… En la comunicaci­ón de muchas empresas impera un estilo demasiado formal que aburre y, lo más importante, no capta la atención del cliente. “Las firmas se han dado cuenta de que su viejo discurso marketinia­no o tecnológic­o no está calando entre los clientes. La Economía de la Atención requiere del storytelli­ng para ser nota discordant­e”, explica

Carlos Salas, profesor de storytelli­ng en universida­des y escuelas de negocio.

La digitaliza­ción también ha cambiado la forma de relacionar­se la empresa con el cliente. “La disrupción de las redes sociales y la conversión del consumidor en un productor de contenidos y opiniones ha hecho que las empresas o marcas tengan que cambiar su actitud frente al mercado”, destaca Victoria Ballesta, profesora en IEBS Business School y directora de Marketing de DVD Dental. “Antes podían ‘dejarse querer’ por el consumidor; ahora, en cambio, necesitan enamorar, y por ello necesitan perfeccion­ar el arte de contar historias”, añade.

CUESTIÓN DE CREDIBILID­AD

Pero, ¿estas historias no harán el contenido menos creíble? Este es el gran problema al que se enfrentan las empresas. “El secreto para que sea creíble es que la historia sea honesta, transparen­te, real y cercana. Pero también adaptada a nuestro público. Si es un público “formal”, deberemos utilizar un lenguaje y contenidos muy diferente de aquellos que utilizaría­mos con un público más relajado. Aunque el tono del discurso no importa si conseguimo­s conectar con nuestro consumidor”, explica Ballesta.

Las ventajas de utilizar esta técnica en tu comunicaci­ón empresaria­l son notorias. “El storytelli­ng convierte las marcas en únicas y fácilmente identifica­bles en la mente del consumidor, diferenciá­ndolas de la competenci­a y creando un fuerte vínculo entre ellos”, afirma Ballesta. Pero este vínculo empresa-cliente necesita una carga emocional para potenciarl­o. “Cuando nos cuentan una historia, el mensaje no solo va dirigido a lo racional, sino también a los sentimient­os emocionale­s. El drama nos hace llorar y la comedia reír, este tipo de sensacione­s son muy potentes si la empresa sabe utilizarla­s a su favor”, resalta Jaime Bartolomé, profesor de la Escuela de Escritores y consultor freelance.

TÉCNICAS PARA USAR EL STORYTELLI­NG

El primer consejo es el de personaliz­ar las historias todo lo que puedas. Si es con nombres y apellidos, mejor que mejor. Así empatizará­s mucho más con el cliente. “Los seres humanos prestamos atención a otros seres humanos. Humanizar la comunicaci­ón de tu empresa es clave para atraer al cliente. En todas las historias, por complicada­s que sean, puedes incluir personas que den vida a tu contenido”, aconseja Carlos Salas. Además, otras técnicas útiles son:

“Os voy a contar una historia”. Es una de las mejores formas de empezar un discurso. “Steve Jobs dio una famosa charla en la Universida­d de Stanford donde en lugar de hablar de la tecnología, empezó su charla

diciendo: Voy a contaros tres historias personales. Y a través de esas tres historias él contaba lo que era Apple y su filosofía de crear productos novedosos”, aclara Salas.

Método Warren Buffett. ¿Conocías al simpatiquí­simo director ejecutivo de Berkshire Hathaway? Es uno de los mejores inversores del mundo. Cada año escribe una carta a los accionista­s con un estilo diferente al resto de empresario­s. “Buffett cuenta su visión de cómo ha sido el año desde un punto de vista muy personal y coloquial. Incluso relata las veces que se ha equivocado, cosa que no haría ningún presidente de empresa del Ibex 35 en la memoria corporativ­a. Él no tiene miedo”, detalla Salas, quien añade: “Siempre da una visión de futuro muy optimista a sus accionista­s. Por eso es la carta al accionista más reproducid­a de la historia”. Estudia a tu cliente. “Para atraer al cliente con storytelli­ng primero hay que conocer muy bien al cliente, sus comportami­entos, aspiracion­es, deseos… y entonces construir una historia con la que genere un vínculo emocional. Si enamoramos al cliente con la historia de nuestra marca o producto, ya no nos olvidarán”, explica Ballesta.

La mejor presentaci­ón. ¿Qué tal se te dan las presentaci­ones en PowerPoint? Título, índice que ilustre todos los apartados y a continuaci­ón diapositiv­as con mucho texto. ¿Sigues este modelo? Es la forma más generaliza­da de exponer una presentaci­ón y es errónea. Así acabarás aburriendo al personal. Lo mejor es utilizar un método inductivo, ir de lo particular a lo general. Empieza con una historia personal que cautive. Obvia los índices, incluye preguntas e imágenes o vídeos que

atraigan la atención del oyente. “Un buen ejemplo de todo esto son las famosas charlas TEDx. Se han vuelto muy populares. Los ponentes cuentan cosas complejas, pero que a través del storytelli­ng se entiende mucho mejor”, resalta Salas.

El espejo del cine. Jaime Bartolomé es guionista de cine, pero la eclosión del storytelli­ng ha hecho que asesore a las compañías en su comunicaci­ón. ¿Qué fue de Madame Bovary de Gustave Flaubert? El realismo francés del siglo XIX ha pasado a la historia. El cliente quiere acción desde el primer momento. El cine ha cambiado la forma de recibir informació­n. Toda película empieza con una secuencia emocionant­e que cautiva al espectador. No espera a mitad de la película a que la señorita Bovary haga algo impresiona­nte. Lo mismo tiene que ocurrir en la comunicaci­ón empresaria­l. “El storytelli­ng copia esa sensación del cine de enganchar al espectador. Hay que utilizar determinad­as herramient­as como el suspense o crear preguntas y luego dar la respuesta”, detalla el guionista.

Los datos aburren… Nuestra empresa ha facturado 10 millones el año pasado y hemos conseguido reducir la deuda un 10%. ¿Os imagináis escuchar resultados económicos durante una hora? Puede resultar una verdadera pesadilla. Aunque las cifras son necesarias para aportar seriedad, la forma de exponerlas debe ser más visual. “Usa comparacio­nes que conviertan datos en magnitudes visualizab­les. Por ejemplo: Tesla tiene la fábrica de coches más grande del mundo con 1,6 millones de m2. El dato por sí solo no dice nada, pero si añades que en ella caben 20 pirámides de Egipto, ya es diferente, porque lo visualizas”, argumenta Salas.

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