“Nada de lo que hemos hecho estaba escrito en un plan de negocio”
Con una facturación que alcanza los 360 millones de euros, a la compañía murciana no le tiembla el pulso a la hora de hacer frente a los grandes de la distribución electrónica en nuestro país. Su CEO nos cuenta cómo han alcando este nivel. -
Piano a piano si va lontano”, asegura un popular refrán italiano. Y la experiencia de PcComponentes no puede ser más gráfica al respecto. Han ido creciendo poco a poco, paso a paso, hasta convertirse en una de las empresas más importantes de distribución de nuestro país.
“No es algo que hubiésemos pensado desde un inicio. Nunca lo hubiésemos imaginado en 2005 al montar la empresa. Tampoco imaginábamos la evolución que iban a tener los ecommerces. Intuíamos que iban a crecer bastante, veíamos en otros países que funcionaban muy bien, pero en aquel momento representaban como mucho el 1%. Era complicado anticipar lo que ocurrió después”, explica Alfonso Tomás, CEO y cofundador, junto a
Francisco Yúfera, de PcComponentes, una empresa que nació como una tienda casi “de pueblo” en Alhama de Murcia que alcanza los 360 millones de euros de facturación y 400 empleados.
“No teníamos un plan de negocio a equis años con todo previsto ni mucho menos. Todo ha ido surgiendo. Ha sido la necesidad de ir generando la visión que teníamos como empresa, que pasaba, sobre todo, por crear una experiencia de compra única y eso ha hecho que cada vez hayamos ido teniendo más clientes que, boca a boca, han transmitido su satisfacción, haciéndonos crecer. Pero nada de eso estaba escrito en un plan de negocio. Éramos dos chiquillos que se lanzaban a la aventura con poco que perder y mucho que ganar”.
EL NEGOCIO DE DOS CHIQUILLOS
Dos chiquillos de 24 y 25 años, apasionados de la informática que no encontraban los productos que querían: “PcComponentes nació por una necesidad que teníamos como usuarios: conseguir componentes informáticos de una gama media alta era muy complicado fuera de las grandes capitales y allí tampoco los tenían habitualmente en stock. Era una necesidad para nosotros y para ese sector de la población a la que le gustaba la tecnología –algo poco habitual en aquel momento– y que tenía esos problemas de desabastecimiento. Francisco y yo entonces llevábamos ya dos años trabajando juntos: por un lado, desarrollábamos webs para otras empresas y, por otro, teníamos ese interés por la informática, así que nos planteamos aunar las dos cosas. No teníamos ni idea de cómo hacerlo. En aquel momento todo lo que había era muy local y llegar a los grandes players nacionales e internacionales era casi imposible. De manera que todo el modelo se fue construyendo un poco sobre la marcha. Llegando a acuerdos poco a poco, dándonos a conocer… Y también superando muchas trabas, porque en aquella época todo lo online era visto por los grandes fabricantes como un enemigo. Eso nos obligó a romper muchos moldes desde el principio, lo que lo hizo muy complejo”.
De hecho, a pesar de nacer directamente online, tuvieron que acompañarse de una tienda física “porque entonces ni los distribuidores ni los fabricantes entendían que fuese sólo una página web, era inconcebible para ellos. A nivel de fabricantes, éramos el enemigo de sus clientes de toda la vida y, además, les obligábamos a salir de su zona de confort porque pasaban de tenerlo todo controlado (precio, disponibilidad, etcétera) a que apareciesen actores que podían cambiar las reglas. Los distribuidores de toda la vida les pedían explicaciones a los fabricantes y los fabricantes tenían muchas reticencias porque pensaban que era algo que les perjudicaba más que beneficiarlos. Otro de los obstáculos fue el logístico. Las agencias de transporte empezaban a dar el paso desde el sector industrial al ecommerce, de entregar muchas cajas a pocos clientes a entregar pocas cajas a muchos clientes. Penalizaban mucho esos servicios. Había pocas compañías especializadas y la eficiencia de los servicios era menor… Todo eso castigaba al ecommerce”.
Y en cuanto a los clientes, la tienda funcionaba como punto de recogida y como kiosco donde realizar el pedido bajo el asesoramiento de los empleados. “De inicio era muy abrupto decirle al cliente: vente, yo te acompaño y te ayudo, pero lo