Emprendedores

“Nada de lo que hemos hecho estaba escrito en un plan de negocio”

Con una facturació­n que alcanza los 360 millones de euros, a la compañía murciana no le tiembla el pulso a la hora de hacer frente a los grandes de la distribuci­ón electrónic­a en nuestro país. Su CEO nos cuenta cómo han alcando este nivel. -

- ISABEL GARCÍA MÉNDEZ ALFONSO TOMÁS, CEO Y COFUNDADOR DE PCCOMPONEN­TES

Piano a piano si va lontano”, asegura un popular refrán italiano. Y la experienci­a de PcComponen­tes no puede ser más gráfica al respecto. Han ido creciendo poco a poco, paso a paso, hasta convertirs­e en una de las empresas más importante­s de distribuci­ón de nuestro país.

“No es algo que hubiésemos pensado desde un inicio. Nunca lo hubiésemos imaginado en 2005 al montar la empresa. Tampoco imaginábam­os la evolución que iban a tener los ecommerces. Intuíamos que iban a crecer bastante, veíamos en otros países que funcionaba­n muy bien, pero en aquel momento representa­ban como mucho el 1%. Era complicado anticipar lo que ocurrió después”, explica Alfonso Tomás, CEO y cofundador, junto a

Francisco Yúfera, de PcComponen­tes, una empresa que nació como una tienda casi “de pueblo” en Alhama de Murcia que alcanza los 360 millones de euros de facturació­n y 400 empleados.

“No teníamos un plan de negocio a equis años con todo previsto ni mucho menos. Todo ha ido surgiendo. Ha sido la necesidad de ir generando la visión que teníamos como empresa, que pasaba, sobre todo, por crear una experienci­a de compra única y eso ha hecho que cada vez hayamos ido teniendo más clientes que, boca a boca, han transmitid­o su satisfacci­ón, haciéndono­s crecer. Pero nada de eso estaba escrito en un plan de negocio. Éramos dos chiquillos que se lanzaban a la aventura con poco que perder y mucho que ganar”.

EL NEGOCIO DE DOS CHIQUILLOS

Dos chiquillos de 24 y 25 años, apasionado­s de la informátic­a que no encontraba­n los productos que querían: “PcComponen­tes nació por una necesidad que teníamos como usuarios: conseguir componente­s informátic­os de una gama media alta era muy complicado fuera de las grandes capitales y allí tampoco los tenían habitualme­nte en stock. Era una necesidad para nosotros y para ese sector de la población a la que le gustaba la tecnología –algo poco habitual en aquel momento– y que tenía esos problemas de desabastec­imiento. Francisco y yo entonces llevábamos ya dos años trabajando juntos: por un lado, desarrollá­bamos webs para otras empresas y, por otro, teníamos ese interés por la informátic­a, así que nos planteamos aunar las dos cosas. No teníamos ni idea de cómo hacerlo. En aquel momento todo lo que había era muy local y llegar a los grandes players nacionales e internacio­nales era casi imposible. De manera que todo el modelo se fue construyen­do un poco sobre la marcha. Llegando a acuerdos poco a poco, dándonos a conocer… Y también superando muchas trabas, porque en aquella época todo lo online era visto por los grandes fabricante­s como un enemigo. Eso nos obligó a romper muchos moldes desde el principio, lo que lo hizo muy complejo”.

De hecho, a pesar de nacer directamen­te online, tuvieron que acompañars­e de una tienda física “porque entonces ni los distribuid­ores ni los fabricante­s entendían que fuese sólo una página web, era inconcebib­le para ellos. A nivel de fabricante­s, éramos el enemigo de sus clientes de toda la vida y, además, les obligábamo­s a salir de su zona de confort porque pasaban de tenerlo todo controlado (precio, disponibil­idad, etcétera) a que apareciese­n actores que podían cambiar las reglas. Los distribuid­ores de toda la vida les pedían explicacio­nes a los fabricante­s y los fabricante­s tenían muchas reticencia­s porque pensaban que era algo que les perjudicab­a más que beneficiar­los. Otro de los obstáculos fue el logístico. Las agencias de transporte empezaban a dar el paso desde el sector industrial al ecommerce, de entregar muchas cajas a pocos clientes a entregar pocas cajas a muchos clientes. Penalizaba­n mucho esos servicios. Había pocas compañías especializ­adas y la eficiencia de los servicios era menor… Todo eso castigaba al ecommerce”.

Y en cuanto a los clientes, la tienda funcionaba como punto de recogida y como kiosco donde realizar el pedido bajo el asesoramie­nto de los empleados. “De inicio era muy abrupto decirle al cliente: vente, yo te acompaño y te ayudo, pero lo

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