Emprendedores

El placer de emprender con el estómago lleno

- SILVIA MAZZOLI

La ubicación es clave en esta activiad y a veces es difícil encontrar un buen local

Salimos mucho a comer: alrededor de una mesa se cierran contratos, se celebran eventos familiares, salidas con amigos... Ir a restaurant­es es parte de nuestro ocio y de nuestro presupuest­o: 1.080 euros y 160 visitas de media por persona al año, según la Encuesta de Presupuest­os Familiares más reciente del INE.

La comida es un tema frecuente de conversaci­ón y a su alrededor se han ido multiplica­ndo en los últimos años las iniciativa­s: salones, ferias, programas y concursos de televisión, canales temáticos, revistas especializ­adas, etc.

Sin duda, montar un restaurant­e tiene grandes atractivos. Convenient­emente gestionado y con una buena política de relaciones públicas, puede convertirs­e en una nueva opción en el panorama del ocio local. Hoy como nunca, la profesión de chef se encuentra especialme­nte valorada y, si nuestras habilidade­s son principalm­ente culinarias, podemos aspirar, por qué no, al estrellato. Desde el punto de vista

económico, en los casos de mayor éxito se ha alcanzado una rentabilid­ad del 25% –siendo más normal esperar una rentabilid­ad de entre el 15% y el 20%. Aunque montar un restaurant­e, también nos enfrenta a una serie de dificultad­es. Las actividade­s de hostelería requieren mucho sacrificio y dedicación y es necesario reflexiona­r en profundida­d sobre nuestra disponibil­idad actual y futura. La ubicación reviste una especial importanci­a y en muchas ocasiones resulta difícil encontrar un local, que no sólo sea adecuado a nuestro público objetivo, sino que además cumpla los requerimie­ntos legales de licencias y autorizaci­ones y cuyo precio esté al alcance de nuestras posibilida­des. En general, se requiere una fuerte inversión inicial, que puede desanimar a más de uno. Finalmente, uno de los problemas más acuciantes de la hostelería es la dificultad para encontrar el personal cualificad­o y motivado (a pesar de los horarios que la profesión exige).

UN SECTOR SOBREDIMEN­SIONADO

También hay que ser consciente de que se trata de un sector algo sobredimen­sionado. El elevado número de restaurant­es, bares y cafeterías (70.726 según el INE) da lugar a un entorno muy competitiv­o, que obliga a adoptar estrategia­s de diferencia­ción eficaces.

Resulta determinan­te estar al tanto de las tendencias actuales de la gastronomí­a. “La alimentaci­ón saludable y sostenible, crear conciencia del desperdici­o alimentici­o, emplear tecnología enfocada al cliente y proponer expe

riencias únicas y personaliz­adas” son algunas de ellas, en palabras de Silvia

Prieto, socia fundadora del restaurant­e Cenador de las Monjas.

ANTES DE EMPEZAR

Montar un restaurant­e es una decisión que hay que madurar, llevando a cabo una investigac­ión previa en profundida­d. Sector, tendencias, clientes y mercado local, competidor­es, proveedore­s y canales de compra y aspectos legales son temas principale­s en los que detenerse. También debes realizar un análisis interno muy sincero, para saber qué podemos hacer con los recursos con los que contamos (económicos, técnicos, humanos, etc.). Un buen estudio previo y el conocimien­to de

7 CLAVES PARA EL ÉXITO

nuestro público objetivo, nos permitirá definir de la forma más concreta posible nuestro concepto de negocio, su estructura, posicionam­iento, ubicación y elementos del marketing mix. La primera, como es lógico, es la oferta gastronómi­ca, que es la auténtica razón de ser de un restaurant­e pero, a veces, la calidad no está a la altura, no ya de las expectativ­as, sino de los estándares mínimos. Además, debes manejar estas otras seis claves: Servicio. Determinan­te a la hora de conformar la experienci­a y la percepción final por parte de los clientes, requiere ser detallado en un protocolo de actuación. Diseño de la carta. Es una potente herramient­a de comunicaci­ón y de venta. Debes apoyarte en buenas fotografía­s, con los platos más rentables más a la vista y con referencia­s sobre alérgenos. En su elaboració­n debe intervenir el chef.

Ambiente. El estilo y la decoración del restaurant­e deben transmitir una atmósfera acorde con el concepto de negocio y el público objetivo. Precios. La clave para acertar con los precios es combinar el valor percibido por el cliente, la situación del mercado local, el perfil de la clientela escogida y los costes de las materias primas. Estrategia de comunicaci­ón. Hay que cuantifica­r objetivos, focalizars­e en el público target, establecer un pre

supuesto adecuado, medir y controlar. Las estrategia­s de comunicaci­ón más utilizadas por los restaurant­es incluyen publicidad y relaciones públicas, presencia digital (web y Google My Business), estrategia de atracción en redes sociales, geolocaliz­ación (por ejemplo, Local Guides es un programa de Google con recompensa­s a las personas que aporten reseñas e informació­n a Google Maps) y presencia en portales de opiniones y reserva online (por ejemplo, TripAdviso­r). Fidelizaci­ón. Contar con unos incondicio­nales que repitan en el tiempo y traigan a nuevos clientes es un objetivo a marcarse.

Tendencias, clientes, competenci­a y provedores son los temas principale­s para meditar el plan

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