La apocalipsis de los negocios aburridos
Aquellos negocios en los que la compra es sólo una transacción o un abastecimiento están sufriendo una enorme crisis
Llevamos mucho tiempo preguntando a los emprendedores que entrevistamos qué negocio montar que no te pueda chafar Amazon. Casi todo el mundo duda qué contestar. Por eso nos hemos decidido a analizar bien esta cuestión en el presente número de nuestra revista.
Cada vez está más extendida la idea de que el gran gigante del comercio online pone en riesgo cualquier tipo de negocio. En Estados Unidos se habla ya de la ‘apocalipsis retail’ para ilustrar la gran cantidad de negocios minoristas que han cerrado en los últimos años por la pujanda de la empresa creada por Jeff Bezos. Y lo cierto es que esta situación se nota casi en cualquier actividad: además del retail de cualquier producto, también en los servicios de internet, los contenidos de cualquier naturaleza, los marketplace o también muy pronto, los bancos.
Hemos hablado con especialistas y nos dan algunas buenas soluciones para lanzar un nuevo negocio que esté a salvo de este tsunami comercial. Básicamente (y admito que no es sencillo) dedicarse a algo que no le interese a Amazon ni a las otras grandes plataformas. ¿Y qué sectores no les interesan? Los mercados en los que, por reducido volumen o por su dificultad técnica o de otro tipo, no les compense entrar. Que no les salgan los números... Estamos muy de acuerdo con el consejo del profesor de innovación del Instituto de Empresa Enrique Dans, que afirma categóricamente que los emprendedores no deben competir por precio en el ámbito digital (ni en ningún otro, añadimos nosotros). Es la estrategia más fácil de copiar por los competidores con gran tamaño y muchos recursos.
La verdadera clave está en la experiencia que demos a nuestros clientes. Hay quien plantea que Amazon no acabará con los negocios grandes o pequeños, que acabará con los negocios aburridos. Parece cierto: Todos aquellos negocios en los que la compra supone una mera transacción o abastecimiento están sufriendo una gravísima crisis.
Por contra, muchos comercios y muchas empresas están haciendo esfuerzos muy innovadores en ofrecer experiencias valiosas, memorables y muy satisfactorias a sus clientes. Es ahí donde debemos jugar desde este momento.
El valor añadido del trato personal y personalizado (no son la misma cosa) se convierte hoy en el elemento primordial para la competitividad. Pero no basta por sí solo: el otro elemento indispensable es la conexión emocional con el cliente en todo su recorrido con nosotros.
Debemos aspirar, por qué no, a ser un totem (un confiable punto de reunión) para nuestros clientes, como afirma Andy
Stalman en nuestra tribuna libre de este mes.