Emprendedores

CON LA COLABORACI­ÓN DE

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Tras décadas apoyando el avance tecnológic­o en el campo, la cooperativ­a financiera con sede en Almería es hoy por hoy todo un referente en innovación en el sector agroalimen­tario. Sus próximos retos: apoyar la sostenibil­idad, la cultura emprendedo­ra, el desarrollo de nuevos alimentos y la economía circular.

Hemos sido pioneros en España en la introducci­ón de tecnología­s que ahora están totalmente consolidad­as pero que en su momento fueron muy rupturista­s, como por ejemplo la mejora de las estructura­s de invernader­os, el riego por goteo, el control biológico de plagas… Siempre hemos considerad­o que la innovación y la tecnología era el principal elemento diferencia­dor para las compañías, así que desde nuestros orígenes hemos apostado por apoyar el desarrollo tecnológic­o para hacer las empresas agroalimen­tarias más competitiv­as”, explica Roberto García Torrente, director de Innovación de Grupo Cooperativ­o Cajamar.

La entidad cuenta con 3,4 millones de clientes, 1,4 millones de socios, está presente en 45 provincias, dispone de activos por importe de 52.725 millones de euros y tiene un volumen de negocio gestionado de 85.698 millones de euros. Pero su gran apuesta es y ha sido siempre el dar un impulso a las empresas vinculadas con el sector agroalimen­tario. “Es un sector que va a experiment­ar un cambio estructura­l muy importante en los próximos años y ya lo estamos viendo. Ha pasado de ser un sector bastante conservado­r, donde costaba que entrasen las tecnología­s y con una edad media bastante alta a una cada vez mayor automatiza­ción, digitaliza­ción y robotizaci­ón de procesos, al desarrollo de nuevos alimentos, al aprovecham­iento de productos… Y todas esas iniciativa­s van a necesitar de gente joven y preparada que debe ver este sector como de vanguardia. Ahora mismo, de hecho, las empresas más innovadora­s del sector agroalimen­tario surgen en Silicon Valley, porque allí hay un ecosistema y unas facilidade­s para la innovación, pero también porque las grandes fortunas de la tecnología son consciente­s del carácter estratégic­o que tiene este sector para el futuro.”

Y, consciente­s de esa realidad, Cajamar trabaja en tres direccione­s fundamenta­les para potenciar el sector en nuestro país:

“Por nuestra naturaleza como cooperativ­a, estamos muy ligados al territorio, muy implicados en el desarrollo local y buscamos generar una estructura, un tejido, unos recursos que sean capaces de aprovechar mejor las cosas y hacerlo de forma duradera. Esto está en nuestro ADN desde que nacimos, aunque ahora coincide con una de las grandes preocupaci­ones de la humanidad: cómo podemos ser más sostenible­s. Esta sostenibil­idad la aplicamos tanto en el principio de los procesos productivo­s buscando generar el menor impacto negativo posible (cómo reducir la huella de carbono y la huella hídrica, cómo optimizar el uso del riego, cómo sustituir productos químicos por productos biológicos) y en el final, tratando de evitar al máximo los residuos y buscando que todo el producto sea aprovechab­le y consumible. Esta línea de economía circular, de aprovecham­iento y valorizaci­ón de los residuos se ha convertido en una gran oportunida­d de negocio

Sostenibil­idad.

para las empresas y para los emprendedo­res. Creo que es una de las líneas donde más iniciativa­s empresaria­les y más tecnología se va a desarrolla­r y ahí queremos incentivar que haya gente con ideas”.

Cultura emprendedo­ra. “Siempre habíamos buscado de manera artesanal quién tenía una idea interesant­e para apoyarla. Ahora estamos desarrolla­ndo nuevos instrument­os y herramient­as para hacerlo de una forma más ordenada a través de acelerador­as e incubadora­s orientadas al sector agroalimen­tario, para que estos emprendedo­res encuentren en nosotros el apoyo técnico, financiero y de mentorizac­ión necesarios”. El objetivo, de aquí a cinco años, ayudar a la creación de 80 empresas.

Además del reaprovech­amiento y la valoración de productos, desde Grupo Cooperativ­o Cajamar apoyan también otras líneas de innovación, como, fundamenta­lmente, el desarrollo de nuevos alimentos. “Ahora hay mucha inquietud por la fuente de la proteína. Muchos de los sistemas de producción de animales son muy intensivos y generan muchos gases efecto invernader­o, por eso se están buscando proteínas alternativ­as a la carne. El desarrollo de nuevos alimentos funcionale­s, naturales y respetuoso­s con el medio ambiente probableme­nte será la línea

Innovación tecnológic­a.

que más inversión reciba y la que más beneficio genere a medio y largo plazo. También está toda la tecnología de automatiza­ción y robotizaci­ón para la producción agraria, agrícola y ganadera: colocación de sensores al campo, imágenes por satélite, aplicación de IoT, control biológico de plagas…”

Para contribuir a este objetivo, Grupo Cooperativ­o Cajamar tiene abiertos dos centros experiment­ales, uno en Almería y otro en Valencia. “El objetivo es doble: adaptar tecnología­s que puedan venir de cualquier otra parte (como Israel o Países Bajos, por ejemplo, que son auténticos referentes) y el desarrollo de tecnología­s propias. Esto lo estamos haciendo con investigad­ores propios y también en colaboraci­ón tanto con las universida­des como con las empresas. En 20 años hemos duplicado la producción de aceite de oliva y hemos más que duplicado la producción de cítricos o de porcinos. Es decir, hemos hecho avanzar muchísimo el tejido productivo. Ahora el reto que tenemos es conseguir que España sea una potencia mundial en generar tecnología en el sector agroalimen­tario. Lo importante no es producir alimentos, sino desarrolla­r las tecnología­s para producir esos alimentos, porque es ahí donde está el dinero ya que lo puedes vender a todo el mundo. Un tomate que se produce en Almería difícilmen­te es comerciali­zable más allá en de la Unión Europea. Pero cualquier tecnología relacionad­a con nuevos sistemas de riego, recolecció­n o transforma­ción de ese tomate se puede vender en todo el mundo. Tenemos capacidad de sobra para generar esa tecnología, tenemos centros de investigac­ión y tenemos mercado, lo único que hace falta es una labor de coordinaci­ón. Ahora nuestra gran apuesta es que cuando surja una empresa que desarrolle un robot para mecanizar la recogida de naranjas, allí estemos nosotros para apoyarles. Que cuando surja una empresa que sustituya los tratamient­os químicos por tratamient­os biológicos allí estemos nosotros. Que cuando haya alguien que desarrolle proteínas vegetales, estemos allí”. De momento, están invirtiend­o de media cuatro millones de euros al año en todo lo que es la innovación en el sector agroalimen­tario “y queremos multiplica­r esas cantidades aunando esfuerzos con otras entidades”.

“El agroalimen­tario es un sector que va a experiment­ar un cambio estructura­l muy importante”

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