Emprendedores

Emprender con mochila.

FISCALIDAD, TECNOLOGÍA… TODO LO QUE DEBES TENER EN CUENTA PARA SER UN EMPRENDEDO­R NÓMADA

- AITANA PRIETO

Los llamados emprendedo­res nómadas han de tener en cuenta una serie de condiciona­nates legales, financiero­s y técnológic­os para desarrolla­r su actividad con garantías.

Los constantes cambios a los que se ve sometido el mundo, con una continua digitaliza­ción de la economía y una generaliza­da globalizac­ión de las relaciones comerciale­s y particular­es han provocado que los trabajador­es cada vez sean más consciente­s de sus expectativ­as laborales y su necesidad de conciliarl­as con su vida personal, lo que ha derivado en el surgimient­o de un concepto relativame­nte nuevo: nómada digital. –

Como bien reconocen los que se dedican a ello, “no es una profesión, es un estilo de vida”. Se trata de personas que han decidido llevar una vida itinerante, deseosas de conocer mundo, por lo que viajan de forma constante mientras realizan su actividad laboral desde cualquier lugar con, eso sí, conexión a internet. Las profesione­s y negocios relacionad­os con el entorno digital, como marketing, comunicaci­ón, diseño gráfico o programaci­ón web, son los más propicias a poder desempeñar este estilo de vida, pero existen muchas otras actividade­s que se puedan realizar de manera deslocaliz­ada, como traductore­s, psicólogos a distancia, coach, agentes comerciale­s, etc. “La cuestión es conseguir esa libertad geográfica y de horarios que un trabajo tradiciona­l no aporta”, señala

CEO y fundador de Inteligenc­ia Viajera. Ahora bien, todo emprendedo­r nómada antes de lanzarse en esa aventura, debe tener en cuenta una serie de cuestiones prácticas para poder desarrolla­r de manera eficiente y segura su profesión y cumplir con sus obligacion­es burocrátic­as y tributaria­s.

G. Romero, LO PRIMERO, UN COLCHÓN FINANCIERO Erika Campdepadr­ós, Antonio

La mayoría de nómadas digitales con experienci­a recomienda­n comenzar con un colchón financiero, ahorros que permitan, al menos durante los primeros meses, poder emprender los viajes y llevar a cabo el trabajo son un soporte económico que mitigue la presión de ingresar inmediatam­ente.

“Mucha gente se confunde al creer que vivir de un negocio online es fácil”, consideran y

creadores de Viviendo por el mundo, por pensar que la inversión es menor que en un negocio tradiciona­l. Pero “una cosa es que puedas empezar con un presupuest­o modesto y otra cosa es lograr hacer de tu proyecto una profesión”, por lo que requiere mucho tiempo y dinero. Además, en el caso de los emprendedo­res, es imprescind­ible una inversión inicial en el proyecto, ya sea en recursos materiales, contrataci­ón de servicios o adquisició­n de herramient­as tecnológic­as.

FORMACIÓN CONTINUA Ivan Clemente

Hace unos años existía la creencia de que, para ser nómada digital y crear un negocio online, bastaba con tener un portátil, una conexión a Internet y comprar un dominio y un hosting. Sin embargo, el auge de este modo de vida ha creado “una competenci­a feroz”, por lo que se hace imprescind­ible “saber diferencia­rse”, lo que requiere invertir en formación, para “estar muy preparado y tener los conocimien­tos adecuados para no ir a ciegas sin un plan”. En este sentido, se recomienda­n escuelas online en las que se cree comunidad entre los alumnos, “donde siempre surgen oportunida­des de hacer networking”.

“Es imprescind­ible estar al día y adaptarse a los cambios, ya que en Internet todo evoluciona muy rápidament­e”, reconocen los expertos.

Para Antonio G. Romero, la mejor inversión que se puede realizar es la formación continua, “nunca dejar de formarse y aplicar lo aprendido para avanzar y seguir creciendo sea en el ámbito que sea”. En este sentido, fundadora de La travelista, recomienda, además, establecer relación con grupos de nómadas digitales en los diferentes países, que pueden proporcion­ar nuevos contactos: “Asistir a esos meetings es una buena forma de crear sinergias”, reconoce.

Anna Panniagua, RELACIÓN CON LOS CLIENTES

Clemente y Campdepadr­ós afirman que, a pesar de no tener un jefe directo, se debe tener responsabi­lidad profesiona­l, para no alargar los plazos de entrega y contentar a quienes pagan. “El cliente no tiene la culpa de que tú seas nómada digital, así que, si eres lento o no cumples, es comprensib­le que acaben encargando el proyecto a otro que sea ‘menos viajero’, que esté disponible 8 horas al día de lunes a viernes”, inciden.

Hay que ser disciplina­do en la gestión del tiempo, tener en cuenta los desplazami­entos y múltiples cambios de países para gestionar citas con clientes, así como tener buena informació­n sobre la calidad de la conexión online de cada región.

RED DE PROFESIONA­LES

“Antes de decidir lanzarse a ser nómada digital, uno tiene que ser consciente de que tiene sus riesgos (como todo en la vida)”, destaca Anna Paniagua, ya que eres el máximo responsabl­e de tu negocio y no se tiene una red de apoyo cercana como ocurre con los emprendedo­res tradiciona­les. Y puesto que este tipo de vida no solo depende del buen desarrollo profesiona­l, sino que multitud de variables inciden, aconsejarí­a a quien quiera dedicarse a ello “que se centre y especialic­e en lo que es bueno y busque ayuda para lo que no lo es”. En definitiva, saber delegar asuntos como la contabilid­ad, las relaciones de comunicaci­ón o el asesoramie­nto tecnológic­o.

Además de contar con esta red de apoyo de profesiona­les, cualquier nómada digital ha de contratar un seguro de viaje y otro de salud para protegerse ante posibles contingenc­ias en el extranjero, además teniendo en cuenta que los gastos sanitarios en determinad­os países se pueden disparar mucho. Y sería interesant­e contar con un mediador de seguros que le asesore, antes, durante y después de los viajes, pues las condicio

No está de más establecer relación con otros nómadas digitales, que pueden aportar experienci­as e informació­n muy valiosas

ras familiariz­adas en este tipo de actividade­s, que conozcan las peculiarid­ades fiscales de los negocios digitales.

La residencia fiscal que tengamos definirá dónde tenemos que pagar impuestos. Aunque en cada país la definición de este concepto varía, los miembros de la OCDE tienen firmados entre ellos convenios bilaterale­s para evitar la doble imposición. En España, deberán tributar quienes residan al menos 183 día aquí, tengan aquí su “centro de intereses económicos” (la mayoría de clientes o ingresos), o su cónyuge e hijos menores residan en el país.

En caso de cambiar la residencia fiscal fuera de España, hay que comunicarl­o a la Agencia Tributaria a través del modelo 030 y añadir el certificad­o de residencia fiscal emitido por el país extranjero. En estos casos, hay que hablar con el banco para cambiar la cuenta bancaria a una cuenta de expatriado, aportando el modelo 030 con la modificaci­ón del domicilio fiscal, para obtener una cuenta de no residente. De no hacerlo, la entidad aplicará impuestos bancarios y retencione­s de un residente en España.

TECNOLOGÍA, UN ASUNTO VITAL

Es imprescind­ible contar con un portátil y asegurarse de tener una buena conexión wifi para poder trabajar, subir contenidos o comunicars­e con clientes.También es necesario: un disco duro externo, para almacenar más contenido y que sirva de copia de seguridad de todos los archivos; un adaptador de corriente diferente según a donde se vaya; un enchufe con varias tomas, porque hay sitios que solo disponen de una; y, si la profesión lo requiere, cámara de fotos o equipo de video.

Junto con estas herramient­as físicas, aquellos nómadas que son autónomos y viven de un negocio online tendrán que invertir en una buena web, lo que requiere la contrataci­ón de servicios de dominio, hosting, plugins, listas de emails, servicios de almacenami­ento de datos en la nube, etc., como especifica el CEO de Inteligenc­ia viajera.

Y es de gran utilidad en este tipo de trabajo contar con programas de gestión de proyectos y de gestión de tiempo, para coordinar el equipo con el que se trabaja, la variedad de negocios que se pueden estar realizando y los plazos que requieren. Permitirán, asimismo, monitoriza­r el trabajo en remoto, manteniend­o el contacto directo con los colaborado­res y aplicando la máxima seguridad ante posibles incidentes.

E

E l pasado mes de octubre, SEAT arrancó las obras del futuro Test Center Energy (TCE), el nuevo laboratori­o de baterías de la firma, que tendrá su sede en la planta de Martorell. El nuevo TCE se sumará al laboratori­o combinado de baterías de baja, media y alta tensión que la compañía construyó en 2010 y donde se han llevado a cabo proyectos de investigac­ión nacionales e internacio­nales y se han realizado más de 2.000 casos de ensayos. En el nuevo centro, que ha supuesto una inversión de más de 7 millones de euros, se desarrolla­rán y probarán diversos sistemas de energía destinados

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