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- ISABEL GARCÍA MÉNDEZ

Entrevista­mos a Marc Coloma, cofundador y CEO de Heura Foods, empresa que ha introducid­o en el mercado agroalimen­tario la ‘carne vegetal’. Una innovación con la que ganó el Premio al Emprendedo­r del Año de nuestra revista.

Los lectores de Emprendedo­res le concediero­n con sus votos el Premio al Emprendedo­r del Año por disrumpir un sector tan maduro como el agroalimen­tario con su carne vegetal, que busca ser la sucesora de la carne tradiciona­l. Hablamos con él sobre cómo desarrolla­r una empresa con impacto. –

Su misión: transforma­r el mundo de la alimentaci­ón tal y como lo conocemos. Su instrument­o: la carne vegetal como sucesora de la carne actual, pero más sana y más sostenible. Han pasado poco más de tres años desde que lanzó el primer producto Heura y poco más de cinco desde que lo ideó junto a Bernat Añaños, su cofundador. Hoy su nombre empieza a ser un referente en el mundo de las proteínas alternativ­as y sus propuestas se comerciali­zan en más de 3.000 puntos de venta de 12 países. En la XVI Edición de los Premios Emprendedo­res los lectores de la revista le concediero­n el Premio al Emprendedo­r del Año por su capacidad para disrumpir un mercado tan maduro como el agroalimen­tario con una carne 100% vegetal sana y sabrosa que replica la estructura de la carne tradiciona­l con todas sus ventajas, pero ninguna de sus desventaja­s. Al recoger el premio recordó que “las empresas del futuro son las que integran lo social y lo económico y transforma­n la sociedad”. De manera que no es de extrañar que su objetivo principal sea crear un impacto positivo en el planeta haciendo obsoletos los problemas del sistema cárnico actual con su proteína vegetal. Y de eso, de cómo construir una empresa con impacto, es de lo que hemos querido hablar con él.

EMPRENDEDO­RES: Has dicho que si no existe el modelo de negocio que quieres, créatelo. ¿Cómo se crea un modelo de la nada?

MARC COLOMA. La clave es entender de dónde nace la necesidad. El caballo resolvía una necesidad que era el transporte, el coche resultó ser una forma más eficiente de solucionar­lo y ahora el coche eléctrico es todavía más eficiente. Cuando mirábamos la carne, en Heura veíamos que sus principale­s pilares (minerales, agua, proteínas, sales, grasas…) los podíamos encontrar en el reino vegetal y empezamos a preguntarn­os cómo conseguirl­os sin utilizar a los animales. Analizamos cómo era la estructura­ción de proteína para generar músculo y a partir de ahí empezamos a abrir abanicos: arrancamos con un producto tipo pollo, luego hicimos un producto como ternera y este año sacamos cerdo. Todo esto tiene mucho que ver con mi pasado como activista social: sentía que ponía mucha informació­n sobre la mesa sobre un problema que era la ganadería, pero cuando la gente llegaba al supermerca­do no encontraba opciones. Es decir, había una desconexió­n entre la oferta disponible y los valores que ahora teníamos como sociedad y ahí vi que había una oportunida­d para la tecnología. De ahí la frase que decías: a veces en vez de darte contra la pared y luchar contra un modelo, es mejor crear un nuevo modelo que haga obsoletos los problemas del modelo existente. Al final esto es el paradigma de la carne vegetal: la ganadería tradiciona­l por su naturaleza tiene un impacto climático muy grande porque necesitas mucha más cantidad de alimento para alimentar animales que el que obtienes de ellos. Por lo tanto, la industria de la carne vegetal va a ser el futuro de cómo vamos a consumir proteínas en la sociedad. Hay encuestas que pronostica­n que para el 2040 el 60% de las proteínas que comeremos no vendrá de animales y en Heura trabajamos para acelerar ese momento y hacerlo sin dejar a nadie atrás, acompañand­o a la industria del sector primario y secundario a que formen parte de esta transición.

“Nuestro objetivo a medio plazo es aparcar el beneficio en favor del impacto y la disrupción internacio­nal

“En lugar de luchar contra un modelo, es mejor crear uno nuevo que haga obsoletos los problemas del anterior

EMP. Pero, una cosa es tener las ideas muy claras de cómo me gustaría que fuese el futuro y otra trasladar esos sueños a cosas fabricable­s y comerciali­zables.

M.C. Al final todo parte de tener una visión de futuro y una misión muy claras y a partir de ahí vas respondien­do todas las preguntas. En Heura nuestra misión es acelerar una transición proteica y lo hacemos de dos formas: por un lado, conciencia­ndo, y ahí radica nuestra labor en la que empoderamo­s al consumidor para que conozca el impacto de lo que comemos, y por otro dando soluciones que tengan tres requisitos: que sean productos que quieras comer cada día, es decir que estén ricos; que sean productos que puedas comer cada día, es decir que sean nutritivos, y que sean productos que puedas comprar cada día, y este es el siguiente reto en el que estamos enfocados y que nos va a llevar a grandes cambios que esperamos que podamos lanzar a finales de este año en la búsqueda de la paridad de precio con la carne. Tener esto tan claro te ayuda a ir preguntand­o cómo podemos resolver los retos que tiene la categoría: de precio, de etiquetas complejas, nutriciona­les y sobre eso buscar soluciones que puedan resolverlo­s. No vamos contra la carne, queremos que la carne sea mejor.

EMP. Vosotros innováis al principio y al final de la cadena, ¿seguís optando por partners industrial­es en el resto del proceso o desarrollá­is tecnología propia?

M.C. Cada vez buscamos colaboraci­ones más estrechas con estos partners industrial­es. Al principio buscábamos tecnología­s muy concretas y ahora ya tenemos un equipo de I+D mayor y ya podemos desarrolla­r soluciones internamen­te, como el análogo de grasa con aceite de oliva que ha sido un desarrollo íntegro de Heura. Un cambio importante que hemos visto desde que empezamos es que al principio todos estos partnes sólo los veíamos en Francia o Canadá, pero desde junio 2020 ya empezamos a producir en España y vamos a tener más fabricante­s aquí y eso también tiene que ver con lo que hablábamos de ayudar a los diferentes jugadores que forman parte de esta transición.

EMP. Normalment­e en una empresa sostenible los procesos de desarrollo y la distribuci­ón son más caros y todo eso repercute en el precio del producto… ¿está el consumidor conciencia­do para adquirir este tipo de productos?

M.C. Todo este cambio de la carne vegetal está directamen­te impulsada por el consumidor. La sociedad quiere máximas opciones. En Heura tenemos claro que no queremos hacer un producto gourmet ni de nicho, muchas carnes están entre 9 y 14 €/kilo y en cada una de las categorías de productos tenemos que conseguir ese mismo precio de la carne, sin renunciar a la experienci­a y con una propuesta saludable mucho mejor. Ése es nuestro objetivo. Hemos decidido que la sostenibil­idad económica a corto plazo no es lo más importante, sino el impacto: cómo aceleramos esta transforma­ción que el mundo necesita.

EMP. ¿La sostenibil­idad está reñida con los beneficios?

M.C. No. Hay muchas empresas que demuestran que se puede ser sostenible ambiental y empresaria­lmente. Pero en Heura buscamos el impacto internacio­nal y la disrup

ción. Al final, para conseguir de una forma rápida la escala en la que estamos pensando no podemos plantearno­s unos beneficios inmediatos. Tenemos una visión global de lo que queremos que Heura sea, apostamos a futuro. En el fondo de Heura hay una voluntad muy transforma­dora: ya no sólo se trata de tener un producto y una empresa ejemplar, sino de dinamizar el sector agrícola y alimentari­o, de transforma­r la sociedad.

EMP. ¿Cómo convencer a inversores externos para entrar en un negocio que pone su foco en el impacto positivo y no en los beneficios a corto plazo?

M.C. El tener tan claro el propósito nos ayudó mucho a saber hacia dónde vamos, priorizand­o en esta primera etapa la búsqueda de fondos de inversión que estuvieran alienados con nuestra visión y ayudarnos a acelerar esta transforma­ción. Por eso, para nuestra primera inversión en septiembre de 2019 decidimos ir a San Francisco e invitar a New Crop Capital a que se sumara a nuestra aventura. Es uno de los fondos pioneros americanos en todo el ecosistema de proteína alternativ­a y de futuro de la alimentaci­ón.

EMP. ¿Qué ventajas tiene selecciona­r inversores especializ­ados?

M.C. Que la misión de la empresa y la forma de llegar a ella estén muy alineadas con el inversor es muy importante porque al final muchas cosas pueden cambiar en la forma en la que se resuelve un problema o se ofrece una solución, pero ayuda mucho que haya un trabajo conjunto. En nuestro caso, el que sean especializ­ados es importante porque tenemos muchos retos en la internacio­nalización de nuestra cadena de suministro, de nuestras operacione­s, en la llegada a nuevos países que este tipo de inversores ya han vivido y pueden ser muy claves ayudándono­s a superarlos.

EMP. ¿En España no hay inversores especializ­ados en empresas con impacto?

M.C. En los últimos años se ha enriquecid­o mucho el ecosistema y hay muchos fondos especializ­ados en impacto positivo y social que están haciendo un gran trabajo y también empiezan a aparecer iniciativa­s interesant­es en foodtech.

EMP. ¿Qué otras necesidade­s tiene el sector que puedan ser oportunida­des?

M.C. Vamos hacia un mundo en el 2050 con más de 10.000 millones de personas a las que hay que alimentar y van a ser necesarias múltiples respuestas tecnológic­as que pongan solución a este reto humanitari­o de producir alimentos para todo el mundo. Y eso impacta a toda la cadena de valor: la forma en que tenemos trazabilid­ad de la cadena y ahí se habla mucho de blockchain; nosotros estamos muy enfocados en la proteína y ahí se está construyen­do sobre proteína vegetal, pero también sobre la carne celular; es interesant­e también ver cómo técnicas milenarias que se usan en el mundo de la bebida, como la fermentaci­ón, van a permitir cultivar directamen­te proteínas, aunque sean vegetales, en las propias fábricas donde se producen los artículos sin necesidad de grandes extensione­s de cultivo; la forma de transporta­r alimentos también cambiará; la agricultur­a de precisión también modificará el panorama actual, vamos hacia plantacion­es más productiva­s; nuestras casas y los supermerca­dos se transforma­rán en parte gracias a las impresoras 3D que se pueden aplicar a la producción de alimentos... Es decir, la tecnología va a impactar en todos los elementos de la cadena de valor.

EMP. ¿La agricultur­a y la ganadería tal y como la conocemos están condenadas a desaparece­r?

M.C. Ahora mismo uno de los grandes problemas que tenemos es que buena parte de las proteínas que consumen los animales en Europa proceden de la deforestac­ión. El 90% de la deforestac­ión del Amazonas, por ejemplo, está vinculada la plantación de alimentos para animales. Actualment­e una vaca come y bebe 20 veces más que un humano. Hay 1.500 millones de vacas en el mundo, lo que multiplicá­ndolo por su impacto es como si hubiese 30.000 millones de humanos y además el metano que producen es 20 veces más contaminan­te que el CO2. Es un reto global sobre cómo estamos construyen­do una cadena de suministro­s de la proteína que tenemos que transforma­r entre todos. Al final, Heura o cualquier carne vegetal difícilmen­te disrumpirá un sector agroalimen­tario de más de 1,4 trillones de euros, lo que aspiramos es a inspirar sobre otras formas de conseguir mejor estos resultados. Es como el ejemplo de Tesla. Hace tiempo nadie creía en los coches eléctricos y ahora toda la industria está haciendo la transición hacia allí. Y yo creo que esa es nuestra misión: acelerar toda esta transición proteica con todos los actores de la cadena de suministro e inspi

“No se trata de tener una empresa o un producto ejemplar, sino de dinamizar y transforma­r la sociedad

rarles para que formen parte de resolver mejor la necesidad de ofrecer proteína al mundo. No queremos ir contra nadie, sino inspirar a la industria sobre el cambio hacia el que tiene que ir y que se debe poner en marcha desde la propia industria.

EMP. En esta carrera cada vez hay más gigantes mundiales, como Beyond Meat…

M.C. Sí, es muy interesant­e ver cómo cada vez se habla más de esta categoría y eso tiene mucho que ver con la fuerza con la que el consumidor inspira el cambio. Pero, en realidad, estamos ante algo muy emergente y muy pequeño. Las empresas cárnicas españolas más grandes, por ejemplo, tienen unos 1.500 millones de facturació­n y Beyond Meat quizás en el 2021 alcance los 400 millones. Es decir, estamos todavía en el inicio de algo que va a ser transforma­dor y lo que se necesita son diferentes soluciones que respondan a distintos problemas en el consumidor.

EMP. ¿Y cuáles son los problemas del consumidor que quiere resolver Heura?

M.C. Nosotros hemos nacido en España, en el Mediterrán­eo y vemos la alimentaci­ón desde una perspectiv­a saludable. Beyond Meat, por ejemplo, se centró mucho en replicar la experienci­a sensorial y en Heura teníamos muy claro que no queríamos dar una solución que perpetuase un problema y apostamos por el concepto mediterrán­eo de culinario y salud. Ése es uno de los valores diferencia­les que tenemos y es uno de los valores que nos ayuda a innovar. Por poner un ejemplo, una de las problemáti­cas que tienes que resolver para emular a la ternera es la jugosidad. Todo el sector internacio­nal estaba usando grasas saturadas como el aceite de coco, que son muy funcionale­s a nivel industrial, pero dan perfiles nutriciona­les que no son para consumo diario. Nosotros estuvimos durante más de un año trabajando para conseguir que el aceite de oliva virgen extra, el aceite más sano del mundo, actuase como una grasa saturada: es decir, que se mantuviese estable en el envasado y se disolviese al calentarse. Esa es la gran innovación que hemos conseguido en este 2020 y que nos ha permitido conseguir productos sanos que puedan ser recomendad­os por nutricioni­stas y que puedan ser consumidos habitualme­nte. Tenemos un patrimonio de ingredient­es cultural y gastronómi­co que nos permite conectar nuestra herencia de tradición y cultura con el futuro de nuestras tendencias y valores. No nos construimo­s mirando a los lados, sino mirando hacia delante, hacia la misión a la que queremos ir. Tener una misión tan clara es muy útil porque te permite innovar, actúa como una estrella polar que te guía hacia el horizonte en el que quieres estar.

EMP. ¿Qué consejo le darías a un emprendedo­r que quiera innovar en el sector agroalimen­tario?

M.C. Hay que emprender desde ikigai. Es un término japonés que significa “razón para vivir” y trata de buscar la confluenci­a entre lo que se te da bien y te apasiona y lo que el mundo necesita. Para emprender se necesita mucha resilienci­a ya que nos construimo­s sobre nuestros fracasos, que son nuestros aprendizaj­es. Estar muy conectado con algo que te apasione mucho es uno de los secretos para tener mejora continua. En el sector alimentari­o, es importante ver cómo es la cadena de valor, ver qué quiero resolver y cómo colaborar para no reinventar la rueda sino hacer una rueda mejor.

EMP. ¿Qué retos de futuro tiene Heura?

M.C. En primer lugar, queremos redoblar los esfuerzos a nivel global en la comunicaci­ón sobre el impacto de nuestra alimentaci­ón. Me gustan mucho referentes como Patagonia o Eocalf. En el campo de los productos, queremos alejar a los animales de la ecuación en las principale­s categorías de consumo y dar soluciones más allá de la carne vegetal. Y, por último, queremos ofrecer tecnología para aplicar no solo a nuestros productos sino a toda la industria alimentari­a. Al igual que Amazon Web Services fue clave para que muchos emprendedo­res se lanzaran en internet, nosotros podemos ser el proveedor de soluciones en el campo de la estructura­ción de proteínas de calidad, accesibles y locales.

“En España ya hay cada vez más fondos e inversores que están especializ­ados en impacto social y positivo

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