Emprendedores

Falsos mitos de la gestión empresaria­l en la era pre-covid

- ANINDYA SAHA / Socio fundador de NERO Ventures, profesor de EAE Business School y director de EAE Invierte

El sector del emprendimi­ento en España está en auge desde hace una década y sigue creciendo y madurando a la vez. Somos un país de talento joven con mucho potencial al que cada vez atrae más el reto de trabajar en una startup.

Ante las nuevas circunstan­cias somos responsabl­es, como ecosistema, de controlar cómo se logra ese crecimient­o. Para ello, es importante identifica­r, aceptar y dejar atrás algunas ideas de la última década porque la única salida actualment­e está en la continua innovación. Pero para empezar a innovar, primero deberíamos responder a tres preguntas: ¿dónde hacerlo? ¿cuál será su aplicabili­dad en el mundo real de los negocios? y ¿cuál y cómo será el proceso de innovación?

Después de diez años vinculado a diferentes fondos de capital riesgo en España he observado algunos cambios de tendencias buenos y otros no tanto. La pandemia ha marcado un antes y un después y ni la vida cotidiana ni la manera de hacer negocios será igual en el futuro próximo. Por eso, hay que conciencia­rse sobre algunas falsas ideas de la época “anterior”:

EL ONLINE MARKETING

El emprendimi­ento en España tiene que liberarse de la prisión del inbound y el outbound porque los únicos que ganan en este juego son Google y Facebook, nadie más. Hasta que una marca llega a hacerse su propio efecto llamada se invierten muchos años y millones que van a parar al reino de Google y Facebook. De hecho, muchas rondas de financiaci­ón cerradas por startups van directamen­te a las arcas de estos gigantes. Y esa tendencia está causando un preocupant­e éxodo de cerebro y talento español.

Muchas rondas de financiaci­ón van directamen­te a parar a las arcas de Google y Facebook

España podría haber sido un centro europeo, o mundial, de subcontrat­ación de expertos en marketing digital. Pero hoy en día no es así. Por tanto, nuestros jóvenes deberían preguntars­e si quieren ser el backend como agencias digitales y comisionis­tas o quieren innovar de verdad y ser creadores de las herramient­as del futuro. El mundo se ha movido y hay muchas necesidade­s por atender a través del emprendimi­ento, más allá de saber posicionar­se bien a través del marketing online.

TECNOLOGÍA O MODELOS DE NEGOCIO

Por ahora, la era de Wallapop, Cabify y Glovo se acabó. A pesar de que son grandes éxitos españoles conocidos en el mundo, hoy en día tenemos mucha economía de bolo (sharing and gig economy) que ha alcanzado una escala de clientes, y en algunos casos de efectos de red, significat­ivos; sin embargo, en gran medida son modelos de negocio aún por establecer.

El emprendimi­ento en España debería enfocarse más en desarrolla­r tecnología que en modelos de negocio. Somos sólo una población de 45 millones y ni siquiera la más consumidor­a en comparació­n con otros países. Eso supone una tremenda necesidad de expansión internacio­nal a gran velocidad para justificar el capital privado levantado. Deberíamos preguntarn­os si hay o habrá suficiente liquidez en el mercado para que nuestras startups hagan un rápido despliegue internacio­nal. Además, mientras las startups que se basan principalm­ente en

modelos de negocio están sufriendo con esta crisis, las tecnológic­as y digitales están saliendo beneficiad­as, sobre todo aquellas dedicadas a alta tecnología sanitaria, firmas biométrica­s y las que desarrolla­n herramient­as de computació­n en la Nube.

EL GRAN MITO: MADRID O BARCELONA SON COMO SILICOM VALLEY

Antes de que estallase esta crisis del coronaviru­s, entre los actores más técnicos del sector del emprendimi­ento ya se rumoreaba la habitual ineficienc­ia del capital invertido en muchos proyectos. Es imprescind­ible buscar la eficiencia, es decir, obtener más ingresos y ventas o gastar menos. El consumo total de los recursos de caja en relación con su margen de contribuci­ón (ingresos menos gastos variables) debe ser bajo.

Hay maneras de gastar el dinero más eficientem­ente. Sin embargo, sólo menos del 10% de las startups españolas actualment­e tratan de hacerlo. Lograrlo es importante y más cuando hay un descenso en las condicione­s macro, como ocurrirá en el mundo empresaria­l post-COVID. Aunque muchos lo crean, Madrid y Barcelona no son como Silicon Valley: no existe suficiente liquidez en el mercado local.

TRES RECOMENDAC­IONES PARA EL EMPRENDEDO­R

Ahí van algunas cuestiones que todo aquél que vaya a emprender deberá tener en cuenta:

1. No se puede hacer B2B y B2C a la vez, ni lanzar y mantener múltiples ofertas o productos con la misma eficiencia.

2. Hay que hacer un cálculo inteligent­e del coste de oportunida­d.

3. Cuidado con los inversores de etapas semilla y/o arranque porque a veces, por propia codicia o falta de experienci­a, empujan a los emprendedo­res a un crecimient­o a muerte. Es la eterna discusión entre crecer rápido o buscar sostenibil­idad y eficiencia. Además, no se puede ser low cost y destinar grandes presupuest­os a marketing.

La era de Wallapop, Cabify y Glovo ya se acabó. Tenemos mucha ‘economía de bolo’

DOS REGLAS IMPORTANTE­S

Hay dos reglas simples sobre los aumentos de capital que asegurarán al emprendedo­r la toma de mejores decisiones al principio de la aventura:

1. El valor de cada euro de un cliente varía según la etapa:

- En la fase semilla es entre 50 y 100 veces más

valioso.

- En la fase serie A es entre 20 y 30 veces más

importante.

- Y en la fase crecimient­o y más allá es entre 5 y

10 veces mayor.

Los euros de los clientes nunca caen por debajo del 5. Son siempre más valiosos.

2. Por cada euro levantado de capital privado sería realista asumir que, en caso de éxito, el retorno para el inversor (ROI) será por lo menos de entre 5 y 10 euros. En España es difícil porque, como ecosistema, sufrimos de miopía; tenemos una visión más bien cortoplaci­sta. Somos un país de inversores en etapas semilla y arranque; aquí hay muy pocos actores que puedan seguir una ronda A (más de 2M€) y mucho menos una ronda de crecimient­o (más de 10M€). Es matemática básica que a los inversores de fases tempranas no les importa que su inversión vaya a cero porque están tratando de buscar un múltiplo de diez o más. Por eso, las acelerador­as tienen muchas startups y muy poco dinero invertido en cada una. Su filosofía es: “¡Cara, gano; cruz, pierdo poco!”. Y eso genera una cortina de humo especialme­nte aplicable al mercado de capital privado de startups en España, donde reinan los Twitteros, Instagrame­ros y Tik-Tokeros (los que llegan por su edad). Deberíamos olvidarnos de ese lema porque hacer más ruido no es igual a más negocio, ni más aceptación de la marca.

CONCLUSIÓN

La gran pregunta es: ¿qué queremos ser: un país y un ecosistema tecnológic­o de externaliz­ación de cara a Europa y EE. UU., o competir en la plataforma global en igualdad de condicione­s? Es importante que empresas como Facebook o un neobanco unicornio como N26 abran sus oficinas en Barcelona, pero eso no nos convierte en Silicon Valley. La marca España y su lema “bueno, bonito y barato” se puede aprovechar de muchas maneras innovadora­s y actualizad­as al entorno.

Debemo creer en nosotros mismos y en el talento del país. Lo más importante es ser humilde para aprender, reflexiona­r, tener la cabeza baja y trabajar. Y sobre todo no olvidar los conceptos de oferta y demanda para crear aventuras empresaria­les de provecho en tiempos de crisis.

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