ALGUNAS DESVENTAJAS
Cae el consumo. Como recalca Juantegui, “el mercado se empequeñece, pero los competidores siguen siendo los mismos lo que obliga a hacer una guerra más encarnizada”. Esta caída del consumo puede conducir a estrategias equivocadas como competir en precio.
Escasez de fondos. “La dificultad para conseguir financiación es uno de los problemas más importantes. En momentos de crisis la inversión siempre cae de manera muy relevante, tanto la privada como la pública.”, insiste Peyró. En efecto, como explica Werner, “cuando el sector ya está en marcha y hay bonanza las rondas seeds son mucho más grandes que en crisis. Empecé con 30.000 euros y he llegado a tener 34 inversores seeds y vas haciendo pequeñas ronditas y cartas de compromiso, que te dan para vivir dos o cuatro meses. Esto te obliga a estar constantemente buscando dinero”. Y esta falta de fondos se traduce en paralización de inversiones, de proyectos, de contrataciones…
La incertidumbre como losa. “El no saber hasta qué punto se va a parar la economía hace a la gente ser muy precavido y no puedes hacer previsiones, ni comprar stocks… En mi caso, ¿cómo voy a vender carritos de bebé a alguien que está confinado? Hay que aprender a gestionar la incertidumbre”, insiste Garelli.